Infecciones urinarias de repetición en la mujer no embarazada
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¿De qué hablamos?
Se denomina infección urinaria (ITU) recurrente o de repetición a la que ocurre en dos o más ocasiones durante seis meses o tres o más veces en un año (Bonkat B, 2018). La mayoría serán cistitis agudas no complicadas, que ocurren en el 50-80% de las mujeres a lo largo de su vida en la población general y el 30-44% de las que tienen un episodio tendrán una recurrencia en el año, a menudo dentro de los tres meses siguientes, en ocasiones con agrupación de episodios y con mayor frecuencia después de los 55 años (Aydin A, 2015; Gupta K, 2013).
La recurrencia puede deberse a una reinfección o a una recaída. En la reinfección cada infección se resuelve antes de que aparezca la siguiente, ocurre al menos 15 días después de terminar el tratamiento, generalmente varios meses después y suele estar ocasionada por un germen diferente al del primer episodio. La recaída (o recidiva) está producida por el mismo germen que la infección inicial y la bacteriuria puede persistir durante el tratamiento o reaparecer dentro de las 2 semanas siguientes a la finalización del mismo (Bonkat B, 2018; Aydin A, 2015; Ikäheimo R, 1996).
Aunque la recurrencia sea causada por un mismo germen, si es mas allá de los 15 días, se considera una reinfección. Es útil tratar de distinguir clínicamente entre recaída y reinfección porque la recaída merece una evaluación urológica más extensa y precisa una terapia más prolongada (Bonkat B, 2018; Aydin A, 2015).
La mayoría de las recurrencias (78%) son causadas por Escherichia coli, germen que se asocia a mayor riesgo de recurrencia, aunque siempre debe hacerse urocultivo (Ikäheimo R, 1996; Foxman B, 2000). Rara vez existen anormalidades urológicas responsables de la recurrencia por lo que habitualmente no es necesario realizar una evaluación urológica exhaustiva (cistoscopia o prueba de imagen), salvo sospecha de cálculos renales, obstrucción del flujo de salida, cistitis intersticial o cáncer urotelial (Bonkat B, 2018; De Cueto M, 2017).
Debe prestarse especial atención en caso de antecedente de cirugía o trauma urinario previos, hematuria o microhematuria tras la resolución de la ITU, síntomas obstructivos o atípicos, fiebre persistente, diabetes o inmunodeficiencias (Aydin A, 2015; Dason S, 2011). Puede ser aconsejable asesoramiento o derivación cuando se desconoce la causa subyacente (NICE, 2018).
Hay una serie de factores comportamentales, urológicos y biológicos que predisponen a las ITU de repetición. En la mujer premenopáusica la actividad sexual (frecuencia coital y nueva pareja sexual) y el uso del diafragma/espermicida son factores de riesgo fuertes e independientes para la cistitis simple aguda. Incluso el uso de preservativos recubiertos de espermicida se asocia con un mayor riesgo. También ITUs previas, tener una primera ITU a los 15 años de edad o antes o historia de antecedentes familiares de madre con ITUs (Bonkat B, 2018; De Cueto M, 2017). Tras la menopausia, la incontinencia urinaria, la cirugía ginecológica previa, la diabetes, la historia de infecciones previas, la atrofia vaginal, el cistocele, la cateterización y el aumento del volumen de orina residual favorecen la aparición de cistitis de repetición. En esta etapa, el papel de la actividad sexual es de menor relevancia (Bonkat B, 2018; De Cueto M, 2017).
Algunas mujeres pueden identificar uno o más factores desencadenantes (por ejemplo, relaciones sexuales) que a menudo provocan una ITU. Estos desencadenantes pueden variar según la persona (NICE, 2018).
¿Cómo se tratan?
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Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
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