Fisterra

    Infección crónica por el virus de la hepatitis C

    ¿De qué hablamos?


    Definición

    Se trata de una enfermedad infecciosa caracterizada por la persistencia del virus de la hepatitis C (VHC) tras 6 meses de una infección aguda o en pacientes con datos de enfermedad hepática crónica.

    Tras la infección aguda, aproximadamente un 15-45% de las personas eliminan el virus espontáneamente en un plazo de seis meses. Se estima que el restante 55-85% desarrollan VHC crónica, de los que entre el 15-30% evoluciona a cirrosis hepática tras 20 años de la infección (OMS, 2021). La variabilidad en la progresión a infección crónica o a estadios avanzados depende de la metodología utilizada en los estudios y de las características de la población analizada (Westbrook R, 2014).

    El VHC es un virus RNA de cadena positiva. Se conocen ocho genotipos, designados con los números 1 a 8, y una gran cantidad de subtipos (Smith DB, 2014; EASL, 2020). El genotipo 1 es el de mayor prevalencia en todo el mundo, con un porcentaje superior del subtipo 1b en Europa y del 1a en los EE.UU. El genotipo 3a tiene una prevalencia elevada en la población de personas que se inyectan drogas (PQID) en Europa. Este grupo está experimentando un incremento de la incidencia y prevalencia de las infecciones por el genotipo 4. El genotipo 2 se observa en agrupaciones de casos en la región mediterránea, mientras que los genotipos 5 y 6 son muy poco frecuentes en Europa (Antaki N, 2010). El genotipo 7 se identificó en pacientes de Canadá y Bélgica, posiblemente infectados en África Central (Murphy D, 2007).

    Prevalencia

    La infección crónica por VHC es un problema de salud mundial y una de las causas principales de enfermedad hepática. Aunque es difícil conocer la prevalencia real de esta enfermedad, ya que muchos pacientes desconocen su diagnóstico, se estima que el número de personas infectadas en el mundo es del 2-3% (130-170 millones de personas) con una distribución muy variable por áreas geográficas y países (Devesa MJ, 2015). Las regiones de la OMS más afectadas son las del Mediterráneo Oriental y Europa, con una prevalencia estimada entre el 2,3 y el 1,5% respectivamente (OMS, 2021).

    En España, los datos del 2º estudio de seroprevalencia (GTEPH 2019), observan una prevalencia de anticuerpos frente al VHC del 0,85% (IC 95%: 0,64%-1,08%) y de infección activa del 0,22% (IC 95%: 0,12%-0,32%) en la población de 20 a 80 años entre 2017 y 2018.

    La prevalencia de infección activa más elevada se observa en:

    • Hombres nacidos entre 1958 y 1967 (0,86%).
    • Hombres nacidos entre 1948 y 1957 (0,72%).
    • Personas con clase social desfavorecida.
    • Personas con estudios primarios o inferiores.
    • Poblaciones que tienen exposiciones o situaciones de riesgo (usuarios de drogas por vía intravenosa, VIH, hombres que tienen sexo con hombres).
    • Población migrante de países de Europa del Este, Asia y África.
    • Población interna en centros penitenciarios.

    Incidencia

    La información sobre la incidencia de nuevos diagnósticos es limitada y heterogénea y con frecuencia la infección aguda cursa asintomática (Hajarizadeh B, 2013). En España la tasa global de incidencia fue de 3,39 nuevos diagnósticos por cada 100.000 habitantes (Centro Nacional de Epidemiología, 2019).

    Mecanismos de trasmisión

    Los mecanismos de transmisión son los mismos que para la hepatitis C aguda (ver guía: Hepatitis C aguda).

    Hasta la década de los noventa, las principales vías de trasmisión fueron las transfusiones de sangre, las técnicas de inyección poco seguras y el consumo de drogas intravenosas (CDI). Estas vías han sido responsables de aproximadamente el 70% de los casos crónicos en los países desarrollados. Sin embargo, en la actualidad, la detección sistemática del VHC en los hemoderivados ha erradicado prácticamente la infección asociada a las transfusiones. De igual modo, en los países desarrollados, es infrecuente que las nuevas infecciones se encuentren relacionadas con técnicas médicas o quirúrgicas poco seguras.

    La diseminación de la infección en la comunidad de personas que se inyectan drogas (PQID) explica actualmente la inmensa mayoría de los casos incidentes en los países desarrollados. Otras conductas, como los tatuajes o la acupuntura, realizados con materiales poco seguros, se encuentran involucradas en transmisiones ocasionales del VHC. El riesgo de transmisión perinatal y heterosexual es bajo, mientras que la actividad homosexual masculina ha pasado a ser una vida de transmisión importante en los países occidentales (John-Baptiste A, 2010).

    La situación es muy diferente en los países con pocos recursos, en donde la falta de concienciación publica y el uso continuado de instrumentos médicos poco seguros continúa explicando una buena parte de las nuevas infecciones por el VHC.

    A pesar de la importante reducción del número de pacientes infectados desde el año 2015, la infección por el VHC continúa siendo una causa frecuente y evitable de cirrosis hepática y hepatocarcinoma. Pese al marcado descenso del VHC como causa de trasplante, se observa una estabilización en los últimos 2 años, siendo la causa de cerca del 20% de los trasplantes, a expensas probablemente del desarrollo de carcinoma hepatocelular sobre cirrosis por VHC, una vez erradicado este (Berenguer M, 2018).

    ¿A quién y cómo realizar cribado?

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    ¿Cómo se diagnostica?

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    ¿A quién se trata?

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    ¿Cómo se trata?

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    ¿Cuáles son las interacciones farmacológicas más habituales?

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    ¿Qué seguimiento se debe realizar?

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    ¿Cuándo derivar?

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    ¿Cuáles son las indicaciones del trasplante hepático?

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    Bibliografía

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    Más en la red

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    Autores

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    Conflicto de intereses
    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

    Infección crónica por el virus de la hepatitis C

    Fecha de revisión: 12/10/2021
    • Guía
    Índice de contenidos

    ¿De qué hablamos?


    Definición

    Se trata de una enfermedad infecciosa caracterizada por la persistencia del virus de la hepatitis C (VHC) tras 6 meses de una infección aguda o en pacientes con datos de enfermedad hepática crónica.

    Tras la infección aguda, aproximadamente un 15-45% de las personas eliminan el virus espontáneamente en un plazo de seis meses. Se estima que el restante 55-85% desarrollan VHC crónica, de los que entre el 15-30% evoluciona a cirrosis hepática tras 20 años de la infección (OMS, 2021). La variabilidad en la progresión a infección crónica o a estadios avanzados depende de la metodología utilizada en los estudios y de las características de la población analizada (Westbrook R, 2014).

    El VHC es un virus RNA de cadena positiva. Se conocen ocho genotipos, designados con los números 1 a 8, y una gran cantidad de subtipos (Smith DB, 2014; EASL, 2020). El genotipo 1 es el de mayor prevalencia en todo el mundo, con un porcentaje superior del subtipo 1b en Europa y del 1a en los EE.UU. El genotipo 3a tiene una prevalencia elevada en la población de personas que se inyectan drogas (PQID) en Europa. Este grupo está experimentando un incremento de la incidencia y prevalencia de las infecciones por el genotipo 4. El genotipo 2 se observa en agrupaciones de casos en la región mediterránea, mientras que los genotipos 5 y 6 son muy poco frecuentes en Europa (Antaki N, 2010). El genotipo 7 se identificó en pacientes de Canadá y Bélgica, posiblemente infectados en África Central (Murphy D, 2007).

    Prevalencia

    La infección crónica por VHC es un problema de salud mundial y una de las causas principales de enfermedad hepática. Aunque es difícil conocer la prevalencia real de esta enfermedad, ya que muchos pacientes desconocen su diagnóstico, se estima que el número de personas infectadas en el mundo es del 2-3% (130-170 millones de personas) con una distribución muy variable por áreas geográficas y países (Devesa MJ, 2015). Las regiones de la OMS más afectadas son las del Mediterráneo Oriental y Europa, con una prevalencia estimada entre el 2,3 y el 1,5% respectivamente (OMS, 2021).

    En España, los datos del 2º estudio de seroprevalencia (GTEPH 2019), observan una prevalencia de anticuerpos frente al VHC del 0,85% (IC 95%: 0,64%-1,08%) y de infección activa del 0,22% (IC 95%: 0,12%-0,32%) en la población de 20 a 80 años entre 2017 y 2018.

    La prevalencia de infección activa más elevada se observa en:

    • Hombres nacidos entre 1958 y 1967 (0,86%).
    • Hombres nacidos entre 1948 y 1957 (0,72%).
    • Personas con clase social desfavorecida.
    • Personas con estudios primarios o inferiores.
    • Poblaciones que tienen exposiciones o situaciones de riesgo (usuarios de drogas por vía intravenosa, VIH, hombres que tienen sexo con hombres).
    • Población migrante de países de Europa del Este, Asia y África.
    • Población interna en centros penitenciarios.

    Incidencia

    La información sobre la incidencia de nuevos diagnósticos es limitada y heterogénea y con frecuencia la infección aguda cursa asintomática (Hajarizadeh B, 2013). En España la tasa global de incidencia fue de 3,39 nuevos diagnósticos por cada 100.000 habitantes (Centro Nacional de Epidemiología, 2019).

    Mecanismos de trasmisión

    Los mecanismos de transmisión son los mismos que para la hepatitis C aguda (ver guía: Hepatitis C aguda).

    Hasta la década de los noventa, las principales vías de trasmisión fueron las transfusiones de sangre, las técnicas de inyección poco seguras y el consumo de drogas intravenosas (CDI). Estas vías han sido responsables de aproximadamente el 70% de los casos crónicos en los países desarrollados. Sin embargo, en la actualidad, la detección sistemática del VHC en los hemoderivados ha erradicado prácticamente la infección asociada a las transfusiones. De igual modo, en los países desarrollados, es infrecuente que las nuevas infecciones se encuentren relacionadas con técnicas médicas o quirúrgicas poco seguras.

    La diseminación de la infección en la comunidad de personas que se inyectan drogas (PQID) explica actualmente la inmensa mayoría de los casos incidentes en los países desarrollados. Otras conductas, como los tatuajes o la acupuntura, realizados con materiales poco seguros, se encuentran involucradas en transmisiones ocasionales del VHC. El riesgo de transmisión perinatal y heterosexual es bajo, mientras que la actividad homosexual masculina ha pasado a ser una vida de transmisión importante en los países occidentales (John-Baptiste A, 2010).

    La situación es muy diferente en los países con pocos recursos, en donde la falta de concienciación publica y el uso continuado de instrumentos médicos poco seguros continúa explicando una buena parte de las nuevas infecciones por el VHC.

    A pesar de la importante reducción del número de pacientes infectados desde el año 2015, la infección por el VHC continúa siendo una causa frecuente y evitable de cirrosis hepática y hepatocarcinoma. Pese al marcado descenso del VHC como causa de trasplante, se observa una estabilización en los últimos 2 años, siendo la causa de cerca del 20% de los trasplantes, a expensas probablemente del desarrollo de carcinoma hepatocelular sobre cirrosis por VHC, una vez erradicado este (Berenguer M, 2018).

    ¿A quién y cómo realizar cribado?

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    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

    Infección crónica por el virus de la hepatitis C

    Fecha de revisión: 12/10/2021

    ¿De qué hablamos?


    Definición

    Se trata de una enfermedad infecciosa caracterizada por la persistencia del virus de la hepatitis C (VHC) tras 6 meses de una infección aguda o en pacientes con datos de enfermedad hepática crónica.

    Tras la infección aguda, aproximadamente un 15-45% de las personas eliminan el virus espontáneamente en un plazo de seis meses. Se estima que el restante 55-85% desarrollan VHC crónica, de los que entre el 15-30% evoluciona a cirrosis hepática tras 20 años de la infección (OMS, 2021). La variabilidad en la progresión a infección crónica o a estadios avanzados depende de la metodología utilizada en los estudios y de las características de la población analizada (Westbrook R, 2014).

    El VHC es un virus RNA de cadena positiva. Se conocen ocho genotipos, designados con los números 1 a 8, y una gran cantidad de subtipos (Smith DB, 2014; EASL, 2020). El genotipo 1 es el de mayor prevalencia en todo el mundo, con un porcentaje superior del subtipo 1b en Europa y del 1a en los EE.UU. El genotipo 3a tiene una prevalencia elevada en la población de personas que se inyectan drogas (PQID) en Europa. Este grupo está experimentando un incremento de la incidencia y prevalencia de las infecciones por el genotipo 4. El genotipo 2 se observa en agrupaciones de casos en la región mediterránea, mientras que los genotipos 5 y 6 son muy poco frecuentes en Europa (Antaki N, 2010). El genotipo 7 se identificó en pacientes de Canadá y Bélgica, posiblemente infectados en África Central (Murphy D, 2007).

    Prevalencia

    La infección crónica por VHC es un problema de salud mundial y una de las causas principales de enfermedad hepática. Aunque es difícil conocer la prevalencia real de esta enfermedad, ya que muchos pacientes desconocen su diagnóstico, se estima que el número de personas infectadas en el mundo es del 2-3% (130-170 millones de personas) con una distribución muy variable por áreas geográficas y países (Devesa MJ, 2015). Las regiones de la OMS más afectadas son las del Mediterráneo Oriental y Europa, con una prevalencia estimada entre el 2,3 y el 1,5% respectivamente (OMS, 2021).

    En España, los datos del 2º estudio de seroprevalencia (GTEPH 2019), observan una prevalencia de anticuerpos frente al VHC del 0,85% (IC 95%: 0,64%-1,08%) y de infección activa del 0,22% (IC 95%: 0,12%-0,32%) en la población de 20 a 80 años entre 2017 y 2018.

    La prevalencia de infección activa más elevada se observa en:

    • Hombres nacidos entre 1958 y 1967 (0,86%).
    • Hombres nacidos entre 1948 y 1957 (0,72%).
    • Personas con clase social desfavorecida.
    • Personas con estudios primarios o inferiores.
    • Poblaciones que tienen exposiciones o situaciones de riesgo (usuarios de drogas por vía intravenosa, VIH, hombres que tienen sexo con hombres).
    • Población migrante de países de Europa del Este, Asia y África.
    • Población interna en centros penitenciarios.

    Incidencia

    La información sobre la incidencia de nuevos diagnósticos es limitada y heterogénea y con frecuencia la infección aguda cursa asintomática (Hajarizadeh B, 2013). En España la tasa global de incidencia fue de 3,39 nuevos diagnósticos por cada 100.000 habitantes (Centro Nacional de Epidemiología, 2019).

    Mecanismos de trasmisión

    Los mecanismos de transmisión son los mismos que para la hepatitis C aguda (ver guía: Hepatitis C aguda).

    Hasta la década de los noventa, las principales vías de trasmisión fueron las transfusiones de sangre, las técnicas de inyección poco seguras y el consumo de drogas intravenosas (CDI). Estas vías han sido responsables de aproximadamente el 70% de los casos crónicos en los países desarrollados. Sin embargo, en la actualidad, la detección sistemática del VHC en los hemoderivados ha erradicado prácticamente la infección asociada a las transfusiones. De igual modo, en los países desarrollados, es infrecuente que las nuevas infecciones se encuentren relacionadas con técnicas médicas o quirúrgicas poco seguras.

    La diseminación de la infección en la comunidad de personas que se inyectan drogas (PQID) explica actualmente la inmensa mayoría de los casos incidentes en los países desarrollados. Otras conductas, como los tatuajes o la acupuntura, realizados con materiales poco seguros, se encuentran involucradas en transmisiones ocasionales del VHC. El riesgo de transmisión perinatal y heterosexual es bajo, mientras que la actividad homosexual masculina ha pasado a ser una vida de transmisión importante en los países occidentales (John-Baptiste A, 2010).

    La situación es muy diferente en los países con pocos recursos, en donde la falta de concienciación publica y el uso continuado de instrumentos médicos poco seguros continúa explicando una buena parte de las nuevas infecciones por el VHC.

    A pesar de la importante reducción del número de pacientes infectados desde el año 2015, la infección por el VHC continúa siendo una causa frecuente y evitable de cirrosis hepática y hepatocarcinoma. Pese al marcado descenso del VHC como causa de trasplante, se observa una estabilización en los últimos 2 años, siendo la causa de cerca del 20% de los trasplantes, a expensas probablemente del desarrollo de carcinoma hepatocelular sobre cirrosis por VHC, una vez erradicado este (Berenguer M, 2018).

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    © Descargado el 28/03/2024 23:06:04 Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright © . Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.

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