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    Dispepsia

    ¿De qué hablamos?


    No hay un acuerdo general acerca de la definición de dispepsia, que puede incluir diferentes síntomas que se consideren originados en el tracto gastrointestinal superior: epigastralgia, ardor de estómago, hinchazón posprandial, saciedad precoz o náusea y vómitos. Algunos autores incluyen incluso pirosis y regurgitación de la comida, síntomas sugestivos de reflujo gastroesofágico, aunque la mayoría los excluyen (NICE, 2014; Ford AC, 2020; Gisbert JP, 2012). Existen tablas con criterios formales para la definición, los más utilizados son los de la Rome Foundation (III y IV) (Stanghellini V, 2016).

    Cuando los síntomas son persistentes (haber aparecido al menos 6 meses antes del diagnóstico y estar activos durante al menos 3 meses) y no se identifica una causa tras una endoscopia superior (70-80% casos) se habla de dispepsia funcional (NICE, 2014; Ford AC, 2020; Gisbert JP, 2012).

    Lógicamente, los estudios de prevalencia varían mucho según la definición utilizada, el país y la población estudiada. En todo caso, se sitúa entre el 10 y el 40%. Aquellos cuya definición es más imprecisa son los que encontraron porcentajes más elevados (Stanghellini V, 2016; Ford AC, 2015; NICE, 2014; Talley NJ, 2005). Es más prevalente en la mujer (Ford AC, 2015). En nuestro medio se estima que supone el 8% de las consultas de atención primaria (Gisbert JP, 2012).

    Los síntomas dispépticos pueden tener diversas causas orgánicas. Las más importantes son: reflujo gastroesofágico, cáncer de esófago, cáncer gástrico, enfermedad ulcerosa péptica y duodenitis erosiva.

    Existen diversos factores que se han relacionado con la dispepsia funcional:

    • Gastroenteritis aguda: el riesgo de desarrollar una dispepsia aumenta tras una gastroenteritis aguda (Pike BL, 2013).
    • Es controvertido que la infección por Helicobacter pylori pueda producir síntomas de dispepsia, aunque algunos pacientes refieren mejorar tras la erradicación (Kim SE, 2014; Fock KM, 2011). Algunos autores la clasifican en el grupo de la dispepsia orgánica (Sugano K, 2015).
    • Tabaco y antiinflamatorios no esteroideos, pero no alcohol ni café, se han asociado a dispepsia (Ford AC, 2015; Shaib Y, 2004; Gisbert JP, 2012).
    • Hay una fuerte superposición entre el síndrome del intestino irritable, el reflujo gastroesofágico y la dispepsia (Ford AC, 2020).

    ¿Cómo se diagnostica?

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    Autoras

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    Conflicto de intereses
    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

    Dispepsia

    Fecha de revisión: 15/10/2021
    • Guía
    Índice de contenidos

    ¿De qué hablamos?


    No hay un acuerdo general acerca de la definición de dispepsia, que puede incluir diferentes síntomas que se consideren originados en el tracto gastrointestinal superior: epigastralgia, ardor de estómago, hinchazón posprandial, saciedad precoz o náusea y vómitos. Algunos autores incluyen incluso pirosis y regurgitación de la comida, síntomas sugestivos de reflujo gastroesofágico, aunque la mayoría los excluyen (NICE, 2014; Ford AC, 2020; Gisbert JP, 2012). Existen tablas con criterios formales para la definición, los más utilizados son los de la Rome Foundation (III y IV) (Stanghellini V, 2016).

    Cuando los síntomas son persistentes (haber aparecido al menos 6 meses antes del diagnóstico y estar activos durante al menos 3 meses) y no se identifica una causa tras una endoscopia superior (70-80% casos) se habla de dispepsia funcional (NICE, 2014; Ford AC, 2020; Gisbert JP, 2012).

    Lógicamente, los estudios de prevalencia varían mucho según la definición utilizada, el país y la población estudiada. En todo caso, se sitúa entre el 10 y el 40%. Aquellos cuya definición es más imprecisa son los que encontraron porcentajes más elevados (Stanghellini V, 2016; Ford AC, 2015; NICE, 2014; Talley NJ, 2005). Es más prevalente en la mujer (Ford AC, 2015). En nuestro medio se estima que supone el 8% de las consultas de atención primaria (Gisbert JP, 2012).

    Los síntomas dispépticos pueden tener diversas causas orgánicas. Las más importantes son: reflujo gastroesofágico, cáncer de esófago, cáncer gástrico, enfermedad ulcerosa péptica y duodenitis erosiva.

    Existen diversos factores que se han relacionado con la dispepsia funcional:

    • Gastroenteritis aguda: el riesgo de desarrollar una dispepsia aumenta tras una gastroenteritis aguda (Pike BL, 2013).
    • Es controvertido que la infección por Helicobacter pylori pueda producir síntomas de dispepsia, aunque algunos pacientes refieren mejorar tras la erradicación (Kim SE, 2014; Fock KM, 2011). Algunos autores la clasifican en el grupo de la dispepsia orgánica (Sugano K, 2015).
    • Tabaco y antiinflamatorios no esteroideos, pero no alcohol ni café, se han asociado a dispepsia (Ford AC, 2015; Shaib Y, 2004; Gisbert JP, 2012).
    • Hay una fuerte superposición entre el síndrome del intestino irritable, el reflujo gastroesofágico y la dispepsia (Ford AC, 2020).

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    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

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    No hay un acuerdo general acerca de la definición de dispepsia, que puede incluir diferentes síntomas que se consideren originados en el tracto gastrointestinal superior: epigastralgia, ardor de estómago, hinchazón posprandial, saciedad precoz o náusea y vómitos. Algunos autores incluyen incluso pirosis y regurgitación de la comida, síntomas sugestivos de reflujo gastroesofágico, aunque la mayoría los excluyen (NICE, 2014; Ford AC, 2020; Gisbert JP, 2012). Existen tablas con criterios formales para la definición, los más utilizados son los de la Rome Foundation (III y IV) (Stanghellini V, 2016).

    Cuando los síntomas son persistentes (haber aparecido al menos 6 meses antes del diagnóstico y estar activos durante al menos 3 meses) y no se identifica una causa tras una endoscopia superior (70-80% casos) se habla de dispepsia funcional (NICE, 2014; Ford AC, 2020; Gisbert JP, 2012).

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    Los síntomas dispépticos pueden tener diversas causas orgánicas. Las más importantes son: reflujo gastroesofágico, cáncer de esófago, cáncer gástrico, enfermedad ulcerosa péptica y duodenitis erosiva.

    Existen diversos factores que se han relacionado con la dispepsia funcional:

    • Gastroenteritis aguda: el riesgo de desarrollar una dispepsia aumenta tras una gastroenteritis aguda (Pike BL, 2013).
    • Es controvertido que la infección por Helicobacter pylori pueda producir síntomas de dispepsia, aunque algunos pacientes refieren mejorar tras la erradicación (Kim SE, 2014; Fock KM, 2011). Algunos autores la clasifican en el grupo de la dispepsia orgánica (Sugano K, 2015).
    • Tabaco y antiinflamatorios no esteroideos, pero no alcohol ni café, se han asociado a dispepsia (Ford AC, 2015; Shaib Y, 2004; Gisbert JP, 2012).
    • Hay una fuerte superposición entre el síndrome del intestino irritable, el reflujo gastroesofágico y la dispepsia (Ford AC, 2020).

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