Fisterra

    Vacunas recomendables en el paciente asplénico

    Introducción


    Aunque no es un órgano esencial para la vida, el bazo tiene una función inmunitaria única. Proporciona células presentadoras de antígenos (APC) para facilitar la respuesta de los linfocitos B contra antígenos sanguíneos. Su estructura permite la filtración de patógenos sanguíneos y células anormales.

    Los pacientes sin bazo pueden carecer de inmunidad debido a la ausencia de estas APC únicas y, por tanto, tienen una capacidad de filtración reducida. Como tal, los pacientes sometidos a una esplenectomía corren el riesgo de sufrir de acontecimientos adversos a largo plazo, el más devastador de los cuales es la infección postesplenectomía abrumadora (OPSI), un síndrome que consiste en un pródromo inespecífico que evoluciona rápidamente hacia la neumonía, la meningitis o la sepsis fulminante.

    Un estudio de revisión realizado por Sinwar informa de un riesgo general del 5% de por vida de OPSI en pacientes asplénicos y que la tasa de mortalidad asociada a esta infección se sitúa entre el 38 y el 70% de media. Además, los pacientes asplénicos están en riesgo de contraer otras infecciones bacterianas y víricas como resultado de la inmunosupresión.

    La asplenia puede ser anatómica o funcional, bien sea congénita o adquirida. Entre las causas congénitas de asplenia están:
    • Drepanocitosis (anemia falciforme), talasemias y otras hemoglobinopatías.
    • Sindrómicas: heterotaxia con asplenia o poliesplenia (síndrome de Ivemark), poliendocrinopatía autoinmune tipo I (síndrome APECED), síndrome de Stormorken.
    • Asplenia funcional por sobrecarga: enfermedad de Gaucher, enfermedad de Niemann Pick, amiloidosis.
    • Asplenia congénita aislada, esporádica o familiar.
    Entre las causas de asplenia adquirida, la más frecuente es la esplenectomía quirúrgica. Otras causas son el infarto esplénico y la asplenia por irradiación terapéutica.

    Por otro lado, pueden ocurrir anomalías funcionales esplénicas (hiposplenismo) en una cierta cantidad de enfermedades, bien sea por la propia evolución de la enfermedad o por los tratamientos que se aplican, entre ellas:
    • Enfermedad celiaca en el adulto, enfermedad de Whipple.
    • Trasplante de progenitores hematopoyéticos, especialmente en situación de enfermedad injerto contra huésped (EICH) crónica.
    • Enfermedades autoinmunes.
    • Cirrosis etílica.
    Teniendo en cuenta que el bazo participa en la inmunidad innata y adaptativa, en caso de asplenia la disminución de la barrera al paso de bacterias y el déficit de producción de anticuerpos se traduce en una disminución de la fagocitosis de bacterias encapsuladas, exponiendo así a la persona a un mayor riesgo de infecciones por estas bacterias. La incidencia anual de infecciones en pacientes esplenectomizados es de 1 a 10% o de 50 a 100 veces mayor que en la población general. Este riesgo es especialmente importante durante los 2 a 3 años posteriores a la esplenectomía, pero persiste durante toda la vida.

    El riesgo infeccioso en términos de morbilidad y mortalidad es mayor en los niños con asplenia y en caso de hemoglobinopatías constitucionales, siendo más bajo en los pacientes esplenectomizados por traumatismos. Aún así, la incidencia de la mortalidad por sepsis se multiplicaría por 50 después de la esplenectomía por trauma y 350 después de la esplenectomía por hemoglobinopatías.

    Debido a la disminución en las síntesis de inmunoglobulinas existe una mayor susceptibilidad frente a bacterias encapsuladas: Streptococcus pneumoniae (el más frecuente, un 50-90% de los casos), Haemophilus influenzae (10-15% infecciones) y Neisseria meningitidis en menor frecuencia.

    En general, en estos pacientes no existe contraindicación para la recepción de ninguna vacuna, salvo las contraindicaciones generales de cualquier vacuna.

    Las vacunas recomendadas para los pacientes con asplenia o hipoesplenia son aquellas recomendadas en el calendario de vacunación vigente para el adulto y, además, se recomiendan específicamente, las vacunas contra: la enfermedad neumocócica invasiva, Haemophilus influenzae tipo b, las infecciones meningocócicas invasivas y la gripe.

    Normas generales sobre cuándo vacunar en este tipo de pacientes
    • Si la esplenectomía está programada:
      • Comprobar el estado de vacunación del paciente con respecto a bacterias encapsuladas.
      • Comprobar el estado de vacunación del paciente con respecto a su edad y otros riesgos específicos.
      • Administrar las vacunas necesarias, si es posible, al menos 2 semanas antes del procedimiento.
    • En caso de esplenectomía de emergencia:
      • Se obtiene una respuesta inmunitaria adecuada cuando las vacunas se administran en un período mínimo de 2 semanas después de la cirugía.
      • Si se sospecha falta de adherencia al calendario de vacunación por parte del paciente se recomienda la administración de las vacunas durante la estancia hospitalaria, aunque no hayan pasado más de 15 días desde la fecha de la intervención quirúrgica.
      • En aquellas patologías en que la esplenectomía se acompaña de radio o quimioterapia se administrarán las vacunas recomendadas 2 semanas antes del comienzo o 3 meses después de la finalización. Si se prevé que la quimioterapia puede ser de larga duración se podría valorar el inicio de la vacunación, a pesar de que la respuesta pueda ser menor. En estos casos se podrá valorar volver a vacunar una vez finalizada la quimioterapia.

    Vacuna frente a Streptococcus pneumoniae

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    Vacuna frente a Haemophilus influenzae tipo b

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    Vacuna frente a las enfermedades invasivas por meningococo: ACWY y B

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    Vacuna frente a la gripe

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    Aspectos generales a tener en cuenta para la inmunización de pacientes asplénicos

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    Bibliografía

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    Más en la red

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    Autoras

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    Conflicto de intereses
    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

    Vacunas recomendables en el paciente asplénico

    Fecha de revisión: 09/11/2022
    • Guía
    Índice de contenidos

    Introducción


    Aunque no es un órgano esencial para la vida, el bazo tiene una función inmunitaria única. Proporciona células presentadoras de antígenos (APC) para facilitar la respuesta de los linfocitos B contra antígenos sanguíneos. Su estructura permite la filtración de patógenos sanguíneos y células anormales.

    Los pacientes sin bazo pueden carecer de inmunidad debido a la ausencia de estas APC únicas y, por tanto, tienen una capacidad de filtración reducida. Como tal, los pacientes sometidos a una esplenectomía corren el riesgo de sufrir de acontecimientos adversos a largo plazo, el más devastador de los cuales es la infección postesplenectomía abrumadora (OPSI), un síndrome que consiste en un pródromo inespecífico que evoluciona rápidamente hacia la neumonía, la meningitis o la sepsis fulminante.

    Un estudio de revisión realizado por Sinwar informa de un riesgo general del 5% de por vida de OPSI en pacientes asplénicos y que la tasa de mortalidad asociada a esta infección se sitúa entre el 38 y el 70% de media. Además, los pacientes asplénicos están en riesgo de contraer otras infecciones bacterianas y víricas como resultado de la inmunosupresión.

    La asplenia puede ser anatómica o funcional, bien sea congénita o adquirida. Entre las causas congénitas de asplenia están:
    • Drepanocitosis (anemia falciforme), talasemias y otras hemoglobinopatías.
    • Sindrómicas: heterotaxia con asplenia o poliesplenia (síndrome de Ivemark), poliendocrinopatía autoinmune tipo I (síndrome APECED), síndrome de Stormorken.
    • Asplenia funcional por sobrecarga: enfermedad de Gaucher, enfermedad de Niemann Pick, amiloidosis.
    • Asplenia congénita aislada, esporádica o familiar.
    Entre las causas de asplenia adquirida, la más frecuente es la esplenectomía quirúrgica. Otras causas son el infarto esplénico y la asplenia por irradiación terapéutica.

    Por otro lado, pueden ocurrir anomalías funcionales esplénicas (hiposplenismo) en una cierta cantidad de enfermedades, bien sea por la propia evolución de la enfermedad o por los tratamientos que se aplican, entre ellas:
    • Enfermedad celiaca en el adulto, enfermedad de Whipple.
    • Trasplante de progenitores hematopoyéticos, especialmente en situación de enfermedad injerto contra huésped (EICH) crónica.
    • Enfermedades autoinmunes.
    • Cirrosis etílica.
    Teniendo en cuenta que el bazo participa en la inmunidad innata y adaptativa, en caso de asplenia la disminución de la barrera al paso de bacterias y el déficit de producción de anticuerpos se traduce en una disminución de la fagocitosis de bacterias encapsuladas, exponiendo así a la persona a un mayor riesgo de infecciones por estas bacterias. La incidencia anual de infecciones en pacientes esplenectomizados es de 1 a 10% o de 50 a 100 veces mayor que en la población general. Este riesgo es especialmente importante durante los 2 a 3 años posteriores a la esplenectomía, pero persiste durante toda la vida.

    El riesgo infeccioso en términos de morbilidad y mortalidad es mayor en los niños con asplenia y en caso de hemoglobinopatías constitucionales, siendo más bajo en los pacientes esplenectomizados por traumatismos. Aún así, la incidencia de la mortalidad por sepsis se multiplicaría por 50 después de la esplenectomía por trauma y 350 después de la esplenectomía por hemoglobinopatías.

    Debido a la disminución en las síntesis de inmunoglobulinas existe una mayor susceptibilidad frente a bacterias encapsuladas: Streptococcus pneumoniae (el más frecuente, un 50-90% de los casos), Haemophilus influenzae (10-15% infecciones) y Neisseria meningitidis en menor frecuencia.

    En general, en estos pacientes no existe contraindicación para la recepción de ninguna vacuna, salvo las contraindicaciones generales de cualquier vacuna.

    Las vacunas recomendadas para los pacientes con asplenia o hipoesplenia son aquellas recomendadas en el calendario de vacunación vigente para el adulto y, además, se recomiendan específicamente, las vacunas contra: la enfermedad neumocócica invasiva, Haemophilus influenzae tipo b, las infecciones meningocócicas invasivas y la gripe.

    Normas generales sobre cuándo vacunar en este tipo de pacientes
    • Si la esplenectomía está programada:
      • Comprobar el estado de vacunación del paciente con respecto a bacterias encapsuladas.
      • Comprobar el estado de vacunación del paciente con respecto a su edad y otros riesgos específicos.
      • Administrar las vacunas necesarias, si es posible, al menos 2 semanas antes del procedimiento.
    • En caso de esplenectomía de emergencia:
      • Se obtiene una respuesta inmunitaria adecuada cuando las vacunas se administran en un período mínimo de 2 semanas después de la cirugía.
      • Si se sospecha falta de adherencia al calendario de vacunación por parte del paciente se recomienda la administración de las vacunas durante la estancia hospitalaria, aunque no hayan pasado más de 15 días desde la fecha de la intervención quirúrgica.
      • En aquellas patologías en que la esplenectomía se acompaña de radio o quimioterapia se administrarán las vacunas recomendadas 2 semanas antes del comienzo o 3 meses después de la finalización. Si se prevé que la quimioterapia puede ser de larga duración se podría valorar el inicio de la vacunación, a pesar de que la respuesta pueda ser menor. En estos casos se podrá valorar volver a vacunar una vez finalizada la quimioterapia.

    Vacuna frente a Streptococcus pneumoniae

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    Vacuna frente a Haemophilus influenzae tipo b

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    Vacuna frente a las enfermedades invasivas por meningococo: ACWY y B

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    Vacuna frente a la gripe

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    Aspectos generales a tener en cuenta para la inmunización de pacientes asplénicos

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    Bibliografía

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    Más en la red

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    Autoras

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    Conflicto de intereses
    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

    Vacunas recomendables en el paciente asplénico

    Fecha de revisión: 09/11/2022

    Introducción


    Aunque no es un órgano esencial para la vida, el bazo tiene una función inmunitaria única. Proporciona células presentadoras de antígenos (APC) para facilitar la respuesta de los linfocitos B contra antígenos sanguíneos. Su estructura permite la filtración de patógenos sanguíneos y células anormales.

    Los pacientes sin bazo pueden carecer de inmunidad debido a la ausencia de estas APC únicas y, por tanto, tienen una capacidad de filtración reducida. Como tal, los pacientes sometidos a una esplenectomía corren el riesgo de sufrir de acontecimientos adversos a largo plazo, el más devastador de los cuales es la infección postesplenectomía abrumadora (OPSI), un síndrome que consiste en un pródromo inespecífico que evoluciona rápidamente hacia la neumonía, la meningitis o la sepsis fulminante.

    Un estudio de revisión realizado por Sinwar informa de un riesgo general del 5% de por vida de OPSI en pacientes asplénicos y que la tasa de mortalidad asociada a esta infección se sitúa entre el 38 y el 70% de media. Además, los pacientes asplénicos están en riesgo de contraer otras infecciones bacterianas y víricas como resultado de la inmunosupresión.

    La asplenia puede ser anatómica o funcional, bien sea congénita o adquirida. Entre las causas congénitas de asplenia están:
    • Drepanocitosis (anemia falciforme), talasemias y otras hemoglobinopatías.
    • Sindrómicas: heterotaxia con asplenia o poliesplenia (síndrome de Ivemark), poliendocrinopatía autoinmune tipo I (síndrome APECED), síndrome de Stormorken.
    • Asplenia funcional por sobrecarga: enfermedad de Gaucher, enfermedad de Niemann Pick, amiloidosis.
    • Asplenia congénita aislada, esporádica o familiar.
    Entre las causas de asplenia adquirida, la más frecuente es la esplenectomía quirúrgica. Otras causas son el infarto esplénico y la asplenia por irradiación terapéutica.

    Por otro lado, pueden ocurrir anomalías funcionales esplénicas (hiposplenismo) en una cierta cantidad de enfermedades, bien sea por la propia evolución de la enfermedad o por los tratamientos que se aplican, entre ellas:
    • Enfermedad celiaca en el adulto, enfermedad de Whipple.
    • Trasplante de progenitores hematopoyéticos, especialmente en situación de enfermedad injerto contra huésped (EICH) crónica.
    • Enfermedades autoinmunes.
    • Cirrosis etílica.
    Teniendo en cuenta que el bazo participa en la inmunidad innata y adaptativa, en caso de asplenia la disminución de la barrera al paso de bacterias y el déficit de producción de anticuerpos se traduce en una disminución de la fagocitosis de bacterias encapsuladas, exponiendo así a la persona a un mayor riesgo de infecciones por estas bacterias. La incidencia anual de infecciones en pacientes esplenectomizados es de 1 a 10% o de 50 a 100 veces mayor que en la población general. Este riesgo es especialmente importante durante los 2 a 3 años posteriores a la esplenectomía, pero persiste durante toda la vida.

    El riesgo infeccioso en términos de morbilidad y mortalidad es mayor en los niños con asplenia y en caso de hemoglobinopatías constitucionales, siendo más bajo en los pacientes esplenectomizados por traumatismos. Aún así, la incidencia de la mortalidad por sepsis se multiplicaría por 50 después de la esplenectomía por trauma y 350 después de la esplenectomía por hemoglobinopatías.

    Debido a la disminución en las síntesis de inmunoglobulinas existe una mayor susceptibilidad frente a bacterias encapsuladas: Streptococcus pneumoniae (el más frecuente, un 50-90% de los casos), Haemophilus influenzae (10-15% infecciones) y Neisseria meningitidis en menor frecuencia.

    En general, en estos pacientes no existe contraindicación para la recepción de ninguna vacuna, salvo las contraindicaciones generales de cualquier vacuna.

    Las vacunas recomendadas para los pacientes con asplenia o hipoesplenia son aquellas recomendadas en el calendario de vacunación vigente para el adulto y, además, se recomiendan específicamente, las vacunas contra: la enfermedad neumocócica invasiva, Haemophilus influenzae tipo b, las infecciones meningocócicas invasivas y la gripe.

    Normas generales sobre cuándo vacunar en este tipo de pacientes
    • Si la esplenectomía está programada:
      • Comprobar el estado de vacunación del paciente con respecto a bacterias encapsuladas.
      • Comprobar el estado de vacunación del paciente con respecto a su edad y otros riesgos específicos.
      • Administrar las vacunas necesarias, si es posible, al menos 2 semanas antes del procedimiento.
    • En caso de esplenectomía de emergencia:
      • Se obtiene una respuesta inmunitaria adecuada cuando las vacunas se administran en un período mínimo de 2 semanas después de la cirugía.
      • Si se sospecha falta de adherencia al calendario de vacunación por parte del paciente se recomienda la administración de las vacunas durante la estancia hospitalaria, aunque no hayan pasado más de 15 días desde la fecha de la intervención quirúrgica.
      • En aquellas patologías en que la esplenectomía se acompaña de radio o quimioterapia se administrarán las vacunas recomendadas 2 semanas antes del comienzo o 3 meses después de la finalización. Si se prevé que la quimioterapia puede ser de larga duración se podría valorar el inicio de la vacunación, a pesar de que la respuesta pueda ser menor. En estos casos se podrá valorar volver a vacunar una vez finalizada la quimioterapia.

    Vacuna frente a Streptococcus pneumoniae

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    Vacuna frente a Haemophilus influenzae tipo b

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    Vacuna frente a las enfermedades invasivas por meningococo: ACWY y B

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    Aspectos generales a tener en cuenta para la inmunización de pacientes asplénicos

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    Bibliografía

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    © Descargado el 24/04/2024 3:47:55 Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright © . Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.

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