Uveítis
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¿De qué hablamos?
La uveítis es un proceso inflamatorio que afecta a la úvea (figura 1), capa del ojo situada entre la retina y la esclerótica que consta de tres estructuras: el iris, el cuerpo ciliar y la coroides. Según su localización se distinguen cuatro tipos de uveítis (Jabs DA, 2005):
- Uveítis anterior: es la forma más frecuente (60%). La inflamación, caracterizada por la presencia de leucocitos en la cámara anterior del ojo, afecta al iris y/o cuerpo ciliar e incluye iritis, ciclitis y/o iridociclitis. Suele ser aguda y autolimitada.
- Uveítis intermedia: representan el 7% del total de uveítis. La inflamación afecta a la porción posterior del cuerpo ciliar (pars plana), dando lugar a una pars planitis y/o a la zona de la periferia extrema retiniana, originando una vitritis o ciclitis posterior.
- Uveítis posterior: representan alrededor del 15% del total de las uveítis. La inflamación puede afectar a la coroides, la retina y la porción posterior del cuerpo vítreo e incluye los siguientes subtipos: coroiditis focal, multifocal, difusa, coriorretinitis, retinocoroiditis, retinitis, neuroretinitis.
- Panuveítis: afecta a cámara anterior, vítreo y retina o coroides, representando el 20% de todas las uveítis.
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- De inicio brusco o insidioso.
- De duración aguda (≤3 meses) o crónica (≥3 meses).
- Episodio único o recidivante.
- Unilateral o bilateral.
La incidencia de uveítis se estima entre 38-140 casos por 100.000 habitantes y año, con una prevalencia de 40-70 casos por 100.000 habitantes (Yeh S, 2014; Llorenç V, 2015). Es más frecuente entre los 30 y 40 años, aunque puede afectar a personas de cualquier grupo de edad.
La etiología y la patogenia de las uveítis puede ser muy diversa. Las uveítis pueden ser la manifestación de un proceso limitado al globo ocular, de una enfermedad generalizada ya conocida, o ser el primer signo clínico de una entidad que se desarrollará más tardíamente. Según su etiología las uveítis se clasifican en idiopáticas, infecciosas y de mecanismo patogénico inmune. Algunos estudios sugieren que el consumo de tabaco puede asociarse con un mayor riesgo de uveítis y con una mayor gravedad de éstas (Lin P, 2010; Yuen BG, 2015). También se han relacionado las uveítis con la utilización de moxifloxacino (Eadie B, 2015).
Además, las uveítis se clasifican según se acompañen o no de manifestaciones clínicas extraoculares y finalmente también se incluyen en otro grupo los síndromes de enmascaramiento, trastornos oculares que dan como resultado una proliferación de leucocitos y que puede confundirse fácilmente con inflamación de la úvea. A continuación se resumen las principales etiologías:
- Idiopática: representan aproximadamente el 25-30% de las uveítis.
- Secundaria a enfermedades sistémicas y autoinmunes: suponen el 30-40%, entre las que se incluyen las espondiloartropatías seronegativas (HLA-B27 +), como la espondilitis anquilosante, síndrome de Reiter y artritis psoriásica, enfermedad inflamatoria intestinal (EII) -enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa-, artritis idiopática juvenil, policondritis recidivante, vasculitis -enfermedad de Behçet, enfermedad de Kawasaki, otras vasculitis necrosantes-, sarcoidosis, síndrome de nefritis tubulointersticial, síndrome de Sjögren, lupus eritematoso sistémico, síndrome de Vogt-Koyanagi-Harada, enfermedad celiaca, etc., (Haroon M, 2015; Juanola X, 2016).
- Secundaria a enfermedades infecciosas (15-25%): virales -herpes simple, herpes zóster, VIH, citomegalovirus, virus del Ébola, virus del Zika-, bacterianas -tuberculosis, sífilis, enfermedad de Lyme, enfermedad de Whipple, enfermedad por arañazo de gato, lepra-, parásitos -toxoplasma, toxocara-, hongos -candidiasis, histoplasmosis-, etc.
- Síndromes confinados principalmente a los ojos (25-30%): entre los que se incluyen crisis glaucomatociclíticas, pars planitis, ciclitis heterocrómica de Fuchs, uveítis asociadas al HLA-B27 sin manifestaciones sistémicas, síndrome de puntos blancos, coroidopatía en perdigonada, enfermedad de Eales, uveítis postquirúrgicas no infecciosas, oftalmía simpática, etc.
- Grupo misceláneo en el que se incluyen los síndromes de enmascaramiento: neoplasias -metástasis, linfoma, leucemia, retinoblastoma-, farmacológicas (rifabutina, antivirales, moxifloxacino, bifosfonatos, etc.), vasculopatías -enfermedad venooclusiva-, y otras entidades -retinitis pigmentaria, malformaciones-, etc.
Las causas más frecuentes, en función de la localización primaria de la uveítis, se resumen en la tabla 1 y en la tabla 2 se describen las características de la uveítis asociada a los procesos más frecuentes (Bañares A, 1997; Bodaghi B, 2001; Albarrán F, 2009; Messenger W, 2015; Álvarez-Mon M, 2017; Rosenbaum JT, 2018):
Tabla 1. Etiología más frecuente de las uveítis según localización y características evolutivas. | ||
Uveítis aguda anterior | Aguda no recurrente unilateral |
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Aguda recurrente unilateral |
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Aguda bilateral |
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Crónica |
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Uveítis intermedia |
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Uveítis posterior | Infecciosa |
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No infecciosa |
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Panuveítis |
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Tabla 2. Características de la uveítis asociada a algunas etiologías. | |
Etiología | Características de la uveítis |
Idiopática |
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Espondilitis anquilosante |
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Artritis psoriásica y enfermedad inflamatoria intestinal (EII) |
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Sarcoidosis |
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Enfermedad de Behçet |
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Nefritis tubulointersticial |
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Síndromes primarios oculares |
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¿Cómo se diagnostica?
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¿Cómo se trata?
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