Fisterra

    Suplementos de calcio y vitamina D en personas adultas

    ¿De qué hablamos?


    La determinación y suplementación de calcio y vitamina D forma parte de la demanda y manejo frecuente en la consulta médica de atención primaria. La falta de consenso científico sobre los valores de vitamina D considerados normales o a partir de los cuales es necesario realizar un aporte farmacológico condiciona una gran variabilidad en la práctica clínica, así como un posible sobrediagnóstico y sobretratamiento. En los últimos años se observa un crecimiento incesante tanto de peticiones de laboratorio como de uso de medicamentos con vitamina D: en Estados Unidos se observó un incremento de 80 veces en el gasto en determinaciones de vitamina D en Medicare entre 2000 y 2010 (Shahangian S, 2014); en Navarra aumentó un 31,55% el número de personas con prescripción de fármacos con vitamina D entre 2012 y 2018 (Leache L, 2018); en A Coruña el incremento de determinaciones de 25(OH)D fue del 1.020,5% entre 2013 y 2020 (figura 1); en Galicia creció un 154,97% el gasto en vitamina D del Servicio Galego de Saúde en los últimos 5 años (de 5.868.761,76 euros en 2016 a 9.094.750,48 euros en 2020) y la prescripción (datos de dispensación financiada) medida en dosis diaria definida (DDD) subió un 195,51%, al pasar de un total de DDD de 54.424.549 en 2016 a 106.404.571 en 2020 (figura 2).

    Figura 1
    Número de determinaciones de 25(OH)D en el Área de Salud (547.000 personas) de A Coruña (España).
    Datos del Servicio de Análisis Clínicos del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña.

    Figura 2
    Prescripción de colecalciferol, calcifediol, asociaciones de calcio y vitamina D y el total (en Dosis
    Diaria Definida) en Galicia (España). Población 2.660.000.
    Datos del Servizo de Xestión da Prestación Farmacéutica (Subdirección Xeral de Farmacia. Servizo Galego de Saúde).

    En la práctica clínica los suplementos de calcio y vitamina D a menudo se administran juntos, pero tienen acciones distintas y diferentes perfiles de seguridad, por lo que es importante considerar los requisitos para cada uno por separado y prescribirlos según las necesidades. El calcio es un mineral de aporte exclusivamente dietético, de absorción muy limitada y acumulación en el esqueleto, cuya homeostasis está regulada por medio del sistema hormonal paratiroides.

    La vitamina D, a su vez, es un compuesto liposoluble que actúa como precursor del calcitriol, principal regulador hormonal de la absorción intestinal de calcio. Las principales fuentes de obtención de vitamina D son la radiación ultravioleta (UV) y la alimentación.

    La vitamina D (calciferol) puede observarse en forma D2 (ergocalciferol) o D3 (colecalciferol). Se sintetiza en la piel humana en forma D3 tras la acción de la luz UV B sobre su precursor, el 7-dehidrocolesterol. Puede también ser ingerida con los alimentos en forma D2 (procedente de las plantas y hongos) o D3 (procedente de animales). Posteriormente se convierte en el hígado en 25-hidroxivitamina D o 25(OH)D (calcidiol) y, finalmente, es transformada fundamentalmente en el riñón y en el intestino en la forma activa, la 1,25-hidroxivitamina D o 1,25(OH)2D (calcitriol).

    La carencia de vitamina D ocasiona raquitismo y osteomalacia. También se asocia su deficiencia a otros procesos como la osteoporosis, el aumento del riesgo de caída y la existencia de fracturas. La baja ingesta o reducción de absorción intestinal de calcio y/o la deficiencia de vitamina D producen hipocalcemia, causando hiperparatiroidismo secundario, que conduce a fosfaturia, desmineralización ósea y, cuando es prolongada, osteomalacia en adultos y raquitismo y osteomalacia en niños (Uday S, 2017).

    El aporte farmacológico de vitamina D no ha demostrado un beneficio claro en problemas distintos a las enfermedades asociadas a la mineralización ósea (IOM, 2011; EFSA, 2016; SACN, 2016; Lips P, 2019; Kahwati LC, 2021). Por este motivo, se ha generado la necesidad de crear guías clínicas claras cuyo objetivo se centre en determinar aquellos escenarios clínicos y subgrupos poblacionales en los que resulte beneficiosa la determinación y suplementación con calcio y/o vitamina D, evitando así el realizar un sobrediagnóstico y sobretratamiento, con el sobre gasto y la percepción inadecuada sobre la salud que ello conlleva.

    ¿Cómo se diagnostica la deficiencia de vitamina D?

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    ¿Cómo se trata?

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    Seguimiento del tratamiento de la deficiencia de vitamina D

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    Acción extraósea de la vitamina D

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    Algoritmo de manejo de deficiencia de vitamina D

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    Bibliografía

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    Más en la red

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    Autores

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    Conflicto de intereses
    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

    Suplementos de calcio y vitamina D en personas adultas

    Fecha de revisión: 27/05/2021
    • Guía
    Índice de contenidos

    ¿De qué hablamos?


    La determinación y suplementación de calcio y vitamina D forma parte de la demanda y manejo frecuente en la consulta médica de atención primaria. La falta de consenso científico sobre los valores de vitamina D considerados normales o a partir de los cuales es necesario realizar un aporte farmacológico condiciona una gran variabilidad en la práctica clínica, así como un posible sobrediagnóstico y sobretratamiento. En los últimos años se observa un crecimiento incesante tanto de peticiones de laboratorio como de uso de medicamentos con vitamina D: en Estados Unidos se observó un incremento de 80 veces en el gasto en determinaciones de vitamina D en Medicare entre 2000 y 2010 (Shahangian S, 2014); en Navarra aumentó un 31,55% el número de personas con prescripción de fármacos con vitamina D entre 2012 y 2018 (Leache L, 2018); en A Coruña el incremento de determinaciones de 25(OH)D fue del 1.020,5% entre 2013 y 2020 (figura 1); en Galicia creció un 154,97% el gasto en vitamina D del Servicio Galego de Saúde en los últimos 5 años (de 5.868.761,76 euros en 2016 a 9.094.750,48 euros en 2020) y la prescripción (datos de dispensación financiada) medida en dosis diaria definida (DDD) subió un 195,51%, al pasar de un total de DDD de 54.424.549 en 2016 a 106.404.571 en 2020 (figura 2).

    Figura 1
    Número de determinaciones de 25(OH)D en el Área de Salud (547.000 personas) de A Coruña (España).
    Datos del Servicio de Análisis Clínicos del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña.

    Figura 2
    Prescripción de colecalciferol, calcifediol, asociaciones de calcio y vitamina D y el total (en Dosis
    Diaria Definida) en Galicia (España). Población 2.660.000.
    Datos del Servizo de Xestión da Prestación Farmacéutica (Subdirección Xeral de Farmacia. Servizo Galego de Saúde).

    En la práctica clínica los suplementos de calcio y vitamina D a menudo se administran juntos, pero tienen acciones distintas y diferentes perfiles de seguridad, por lo que es importante considerar los requisitos para cada uno por separado y prescribirlos según las necesidades. El calcio es un mineral de aporte exclusivamente dietético, de absorción muy limitada y acumulación en el esqueleto, cuya homeostasis está regulada por medio del sistema hormonal paratiroides.

    La vitamina D, a su vez, es un compuesto liposoluble que actúa como precursor del calcitriol, principal regulador hormonal de la absorción intestinal de calcio. Las principales fuentes de obtención de vitamina D son la radiación ultravioleta (UV) y la alimentación.

    La vitamina D (calciferol) puede observarse en forma D2 (ergocalciferol) o D3 (colecalciferol). Se sintetiza en la piel humana en forma D3 tras la acción de la luz UV B sobre su precursor, el 7-dehidrocolesterol. Puede también ser ingerida con los alimentos en forma D2 (procedente de las plantas y hongos) o D3 (procedente de animales). Posteriormente se convierte en el hígado en 25-hidroxivitamina D o 25(OH)D (calcidiol) y, finalmente, es transformada fundamentalmente en el riñón y en el intestino en la forma activa, la 1,25-hidroxivitamina D o 1,25(OH)2D (calcitriol).

    La carencia de vitamina D ocasiona raquitismo y osteomalacia. También se asocia su deficiencia a otros procesos como la osteoporosis, el aumento del riesgo de caída y la existencia de fracturas. La baja ingesta o reducción de absorción intestinal de calcio y/o la deficiencia de vitamina D producen hipocalcemia, causando hiperparatiroidismo secundario, que conduce a fosfaturia, desmineralización ósea y, cuando es prolongada, osteomalacia en adultos y raquitismo y osteomalacia en niños (Uday S, 2017).

    El aporte farmacológico de vitamina D no ha demostrado un beneficio claro en problemas distintos a las enfermedades asociadas a la mineralización ósea (IOM, 2011; EFSA, 2016; SACN, 2016; Lips P, 2019; Kahwati LC, 2021). Por este motivo, se ha generado la necesidad de crear guías clínicas claras cuyo objetivo se centre en determinar aquellos escenarios clínicos y subgrupos poblacionales en los que resulte beneficiosa la determinación y suplementación con calcio y/o vitamina D, evitando así el realizar un sobrediagnóstico y sobretratamiento, con el sobre gasto y la percepción inadecuada sobre la salud que ello conlleva.

    ¿Cómo se diagnostica la deficiencia de vitamina D?

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    Algoritmo de manejo de deficiencia de vitamina D

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    Bibliografía

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    Más en la red

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    Autores

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    Conflicto de intereses
    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

    Suplementos de calcio y vitamina D en personas adultas

    Fecha de revisión: 27/05/2021

    ¿De qué hablamos?


    La determinación y suplementación de calcio y vitamina D forma parte de la demanda y manejo frecuente en la consulta médica de atención primaria. La falta de consenso científico sobre los valores de vitamina D considerados normales o a partir de los cuales es necesario realizar un aporte farmacológico condiciona una gran variabilidad en la práctica clínica, así como un posible sobrediagnóstico y sobretratamiento. En los últimos años se observa un crecimiento incesante tanto de peticiones de laboratorio como de uso de medicamentos con vitamina D: en Estados Unidos se observó un incremento de 80 veces en el gasto en determinaciones de vitamina D en Medicare entre 2000 y 2010 (Shahangian S, 2014); en Navarra aumentó un 31,55% el número de personas con prescripción de fármacos con vitamina D entre 2012 y 2018 (Leache L, 2018); en A Coruña el incremento de determinaciones de 25(OH)D fue del 1.020,5% entre 2013 y 2020 (figura 1); en Galicia creció un 154,97% el gasto en vitamina D del Servicio Galego de Saúde en los últimos 5 años (de 5.868.761,76 euros en 2016 a 9.094.750,48 euros en 2020) y la prescripción (datos de dispensación financiada) medida en dosis diaria definida (DDD) subió un 195,51%, al pasar de un total de DDD de 54.424.549 en 2016 a 106.404.571 en 2020 (figura 2).

    Figura 1
    Número de determinaciones de 25(OH)D en el Área de Salud (547.000 personas) de A Coruña (España).
    Datos del Servicio de Análisis Clínicos del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña.

    Figura 2
    Prescripción de colecalciferol, calcifediol, asociaciones de calcio y vitamina D y el total (en Dosis
    Diaria Definida) en Galicia (España). Población 2.660.000.
    Datos del Servizo de Xestión da Prestación Farmacéutica (Subdirección Xeral de Farmacia. Servizo Galego de Saúde).

    En la práctica clínica los suplementos de calcio y vitamina D a menudo se administran juntos, pero tienen acciones distintas y diferentes perfiles de seguridad, por lo que es importante considerar los requisitos para cada uno por separado y prescribirlos según las necesidades. El calcio es un mineral de aporte exclusivamente dietético, de absorción muy limitada y acumulación en el esqueleto, cuya homeostasis está regulada por medio del sistema hormonal paratiroides.

    La vitamina D, a su vez, es un compuesto liposoluble que actúa como precursor del calcitriol, principal regulador hormonal de la absorción intestinal de calcio. Las principales fuentes de obtención de vitamina D son la radiación ultravioleta (UV) y la alimentación.

    La vitamina D (calciferol) puede observarse en forma D2 (ergocalciferol) o D3 (colecalciferol). Se sintetiza en la piel humana en forma D3 tras la acción de la luz UV B sobre su precursor, el 7-dehidrocolesterol. Puede también ser ingerida con los alimentos en forma D2 (procedente de las plantas y hongos) o D3 (procedente de animales). Posteriormente se convierte en el hígado en 25-hidroxivitamina D o 25(OH)D (calcidiol) y, finalmente, es transformada fundamentalmente en el riñón y en el intestino en la forma activa, la 1,25-hidroxivitamina D o 1,25(OH)2D (calcitriol).

    La carencia de vitamina D ocasiona raquitismo y osteomalacia. También se asocia su deficiencia a otros procesos como la osteoporosis, el aumento del riesgo de caída y la existencia de fracturas. La baja ingesta o reducción de absorción intestinal de calcio y/o la deficiencia de vitamina D producen hipocalcemia, causando hiperparatiroidismo secundario, que conduce a fosfaturia, desmineralización ósea y, cuando es prolongada, osteomalacia en adultos y raquitismo y osteomalacia en niños (Uday S, 2017).

    El aporte farmacológico de vitamina D no ha demostrado un beneficio claro en problemas distintos a las enfermedades asociadas a la mineralización ósea (IOM, 2011; EFSA, 2016; SACN, 2016; Lips P, 2019; Kahwati LC, 2021). Por este motivo, se ha generado la necesidad de crear guías clínicas claras cuyo objetivo se centre en determinar aquellos escenarios clínicos y subgrupos poblacionales en los que resulte beneficiosa la determinación y suplementación con calcio y/o vitamina D, evitando así el realizar un sobrediagnóstico y sobretratamiento, con el sobre gasto y la percepción inadecuada sobre la salud que ello conlleva.

    ¿Cómo se diagnostica la deficiencia de vitamina D?

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    ¿Cómo se trata?

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    Bibliografía

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