Las primeras directrices del Consejo Europeo de Reanimación (ERC, siglas en inglés) se presentaron en Brighton en 1992, las cuales se fueron revisando sistemáticamente y actualizando hasta el día de hoy (Bossaert L, 2013).

Posteriormente se funda el Comité de Enlace Internacional sobre Reanimación (ILCOR), siendo el ERC uno de los fundadores miembro y colaborador estrecho. Realizándose inicialmente una revisión sistemática periódica de la evidencia cada 5 años y un consenso internacional científico con directrices al respecto. Salvo en el 2020, que se publican las recomendaciones de la reanimación en el contexto de esta situación pandémica de la enfermedad por coronavirus COVID-19 (Nolan JP, 2020; Perkins GD, 2021).

Entendemos por soporte vital básico (SVB), todas aquellas medidas encaminadas a un soporte de vía aérea, respiratoria y circulatoria sin el uso de otro equipo que no sea un dispositivo de protección y el uso de un desfibrilador externo automático (DEA).

El SVB tiene como objetivo proporcionar una adecuada oxigenación, ventilación y circulación eficaces hasta el retorno de la circulación espontánea, o hasta el inicio del soporte vital avanzado.

En la parada cardiorrespiratoria del niño lo más frecuente es que primero se produzca una parada respiratoria y después venga la parada cardiaca (Van de Voorde P, 2021). En un adulto, lo más frecuente es que primero sea la parada cardiaca; excepto en casos de ahogamiento, asfixia, traumatismo o sustancias depresores del SNC.

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