Métodos barrera
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¿De qué hablamos?
(Navarro Martín JA, 2014)
Se denominan “métodos barrera” a aquellos que impiden que el semen penetre por el cérvix y, por tanto, se produzca la fertilización. Este bloqueo puede ser mecánico (obstrucción al paso del semen) o químico (acción espermicida).
Dadas sus características, no precisan la intervención médica (salvo en el cálculo de las medidas del diafragma y de los capuchones cervicales) y se dispensan sin receta. Esto permite que las campañas para su difusión y utilización se encuadren con otros agentes de salud.
Aunque no todos los métodos barrera están comercializados en nuestro país, se puede acceder a ellos vía internet. Los métodos disponibles son: el preservativo masculino, el preservativo femenino, el diafragma, el capuchón cervical y los espermicidas, entre los que se encuentra la esponja vaginal.
Preservativos masculino y femenino
Los preservativos masculinos pueden ser de látex (con un espesor entre 0,3-0,8 mm), de poliuretano o de materiales plásticos diferentes al poliuretano. Cuando se comercializaron los preservativos de no látex, allá por 1990, su utilización se asociaba con más frecuencia con la rotura y el deslizamiento; sin embargo con los materiales actuales empleados en su fabricación parece que se han conseguido unas tasas de rotura y deslizamiento similares a los de látex (Gallo MF, 2006) si bien son necesarios más estudios para poder comparar la eficacia entre los preservativos de látex y los de no látex. En cuanto a la aceptabilidad, hay una proporción mayor de usuarios que prefieren los de no látex. Otros materiales que se utilizan para la fabricación de preservativos es el tactylon, cuya tasa de rotura es 3-5 veces más que el látex, y el intestino de cordero que no se recomienda como método de prevención de las ETS (Black A, 2004).
El preservativo femenino está fabricado con poliuretano. Mide 7,8 cm de diámetro y 17 cm de longitud. Cubre completamente la vagina y tiene dos aros flexibles: uno que se coloca en el cérvix y otro en la parte externa de los labios mayores. Se puede colocar hasta 8 horas antes de la relación sexual.
Diafragma y capuchón cervical
El diafragma y el capuchón cervical se utilizan siempre impregnados con un espermicida (Clinical effectiveness Unit, 2012). El diafragma se coloca en la cara anterior de la vagina, desde la parte posterior del cérvix hasta la sínfisis del pubis; el capuchón cervical sólo ocluye el cérvix (es más pequeño que el diafragma). Tanto el diafragma como el capuchón cervical se fabrican en distintos tamaños y es preciso que un profesional sanitario explore a la mujer para calcular la talla adecuada. Recientemente se ha comercializado un nuevo método barrera, Lea´s Shield, que tiene el tamaño parecido al del diafragma, pero que a diferencia de éste se sujeta con la musculatura vaginal en vez de con la sínfisis del pubis; se fabrica en una única talla y no es preciso ninguna medición previa para su utilización.
Espermicidas
En cuanto a los espermicidas, tienen dos componentes: un producto tóxico para el esperma y un “vehículo” que permite su administración. Se han utilizado como principios activos el octoxynol, menfegol, clorhidro de benzalconio; actualmente se utiliza el 9-nonoxynol. Una revisión reciente (Girmes DA, 2013) concluye que la eficacia podría ser dosis dependiente. La tasa de fallos llega a ser hasta del 28% a los seis meses de utilización. La formulación más aceptada es el gel, por encima de los óvulos vaginales y de los “films”.
Se denominan “métodos barrera” a aquellos que impiden que el semen penetre por el cérvix y, por tanto, se produzca la fertilización. Este bloqueo puede ser mecánico (obstrucción al paso del semen) o químico (acción espermicida).
Dadas sus características, no precisan la intervención médica (salvo en el cálculo de las medidas del diafragma y de los capuchones cervicales) y se dispensan sin receta. Esto permite que las campañas para su difusión y utilización se encuadren con otros agentes de salud.
Aunque no todos los métodos barrera están comercializados en nuestro país, se puede acceder a ellos vía internet. Los métodos disponibles son: el preservativo masculino, el preservativo femenino, el diafragma, el capuchón cervical y los espermicidas, entre los que se encuentra la esponja vaginal.
Preservativos masculino y femenino
Los preservativos masculinos pueden ser de látex (con un espesor entre 0,3-0,8 mm), de poliuretano o de materiales plásticos diferentes al poliuretano. Cuando se comercializaron los preservativos de no látex, allá por 1990, su utilización se asociaba con más frecuencia con la rotura y el deslizamiento; sin embargo con los materiales actuales empleados en su fabricación parece que se han conseguido unas tasas de rotura y deslizamiento similares a los de látex (Gallo MF, 2006) si bien son necesarios más estudios para poder comparar la eficacia entre los preservativos de látex y los de no látex. En cuanto a la aceptabilidad, hay una proporción mayor de usuarios que prefieren los de no látex. Otros materiales que se utilizan para la fabricación de preservativos es el tactylon, cuya tasa de rotura es 3-5 veces más que el látex, y el intestino de cordero que no se recomienda como método de prevención de las ETS (Black A, 2004).
El preservativo femenino está fabricado con poliuretano. Mide 7,8 cm de diámetro y 17 cm de longitud. Cubre completamente la vagina y tiene dos aros flexibles: uno que se coloca en el cérvix y otro en la parte externa de los labios mayores. Se puede colocar hasta 8 horas antes de la relación sexual.
![]() Preservativos masculinos |
![]() Preservativos femeninos |
El diafragma y el capuchón cervical se utilizan siempre impregnados con un espermicida (Clinical effectiveness Unit, 2012). El diafragma se coloca en la cara anterior de la vagina, desde la parte posterior del cérvix hasta la sínfisis del pubis; el capuchón cervical sólo ocluye el cérvix (es más pequeño que el diafragma). Tanto el diafragma como el capuchón cervical se fabrican en distintos tamaños y es preciso que un profesional sanitario explore a la mujer para calcular la talla adecuada. Recientemente se ha comercializado un nuevo método barrera, Lea´s Shield, que tiene el tamaño parecido al del diafragma, pero que a diferencia de éste se sujeta con la musculatura vaginal en vez de con la sínfisis del pubis; se fabrica en una única talla y no es preciso ninguna medición previa para su utilización.
![]() Diafragma |
![]() Espermicidas |
En cuanto a los espermicidas, tienen dos componentes: un producto tóxico para el esperma y un “vehículo” que permite su administración. Se han utilizado como principios activos el octoxynol, menfegol, clorhidro de benzalconio; actualmente se utiliza el 9-nonoxynol. Una revisión reciente (Girmes DA, 2013) concluye que la eficacia podría ser dosis dependiente. La tasa de fallos llega a ser hasta del 28% a los seis meses de utilización. La formulación más aceptada es el gel, por encima de los óvulos vaginales y de los “films”.
¿Cuál es la frecuencia de su utilización?
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¿Se consideran métodos anticonceptivos eficaces?
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¿Cuáles son sus indicaciones?
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Recomendaciones sobre la utilización correcta de los métodos barrera
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¿Cuáles son los posibles efectos secundarios?
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Bibliografía
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Más en la red
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Autora
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Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
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