Se trata de un grupo heterogéneo de condiciones que provocan la pérdida de visión de manera irreversible y se caracterizan por la pérdida progresiva de las células ganglionares de la retina (CGR) y por la lesión del nervio óptico, normalmente asociada a elevación de la presión intraocular.

A menudo, los pacientes no son conscientes de la pérdida de visión hasta etapas avanzadas de la enfermedad, dada la evolución lenta de la misma, la asimetría y por la compensación de los mecanismos neurológicos de las áreas con falta de visión.

Se trata de la principal causa de ceguera irreversible en todo el mundo (GBD, 2021; Weinreb RN, 2014).

En personas de bajos y medios ingresos, el glaucoma no se diagnostica en más del 90% de los casos. En países con ingresos altos, esto ocurre en alrededor de la mitad (Vijaya L, 2008).

La mayoría de los pacientes con glaucoma conservan las funciones de visión a lo largo de su vida y el tratamiento es efectivo en la disminución de la tasa de pérdida de visión por glaucoma. Cerca de 95 millones de personas en todo el mundo padecen glaucoma, aproximadamente 10 millones son ciegas al menos de un ojo, y muchas sufren discapacidad visual e impacto en las actividades de la vida diaria debido al glaucoma (Tham YC, 2014).

A día de hoy no existe un tratamiento que restaure la pérdida de visión debida al glaucoma, por lo que la detección temprana y tratamiento son esenciales con el fin de evitar ceguera innecesaria y prevenible (Jayaram H, 2023).

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