La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) fue definida en el documento de consenso de Montreal de 2006 (definición de Montreal [Vakil N, 2006]) como una condición que ocurre cuando el reflujo del contenido gástrico conduce a la aparición de síntomas molestos o complicaciones que llegan a afectar la calidad de vida. El material refluido puede alcanzar, además del esófago, la cavidad oral y las vías respiratorias (Katz PO, 2022).

ERGE y entidades asociadas

Hipersensibilidad al reflujo: clínica de ERGE con escasa respuesta al tratamiento, asociación sintomática positiva y estudios normales (gastroscopia, PH-metría, PH-impedanciometría, manometría). Este cuadro clínico parece estar más relacionado con los trastornos funcionales del esófago (Aziz Q, 2016) y no debería ser incluido en el diagnóstico de ERGE no erosiva.

ERGE y dispepsia: existe un alto grado de solapamiento entre la ERGE y la dispepsia, ya que la dispepsia incluye entre sus síntomas la pirosis (Gisbert JP, 2012) y además muchos pacientes con síntomas típicos de ERGE presentan también algún grado de distrés posprandial. No obstante, existen algunas situaciones clínicas concretas donde las manifestaciones clínicas se deben con mayor probabilidad a la ERGE que a la dispepsia (Alcedo J, 2019). Serían las siguientes:

• El síndrome típico de pirosis y regurgitación que no se asocia a otros síntomas abdominales, o bien que persiste tras la erradicación de Helicobacter Pylori (HP).
• Las manifestaciones extraesofágicas en las que los estudios confirman que el reflujo es el causante de las mismas.
• Las lesiones de la mucosa esofágica secundarias al reflujo.

La ERGE es una entidad muy frecuente en nuestro medio. En España cerca del 10% de la población manifiesta síntomas típicos de ERGE una o más veces a la semana (Díaz-Rubio M, 2004). Esta prevalencia puede ser aún mayor debido a la escasa correlación entre la clínica y las lesiones propias de la enfermedad.

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