Fisterra

    Conjuntivitis víricas

    ¿De qué hablamos?


    La conjuntivitis es la inflamación de la conjuntiva, membrana transparente que cubre la cara interna de los párpados y superficie del globo ocular hasta el limbo (unión entre córnea y esclera). La porción que cubre el ojo se denomina conjuntiva bulbar, mientras a la que recubre los párpados se le denomina conjuntiva tarsal (Morrow GL, 1998).

    La incidencia anual de conjuntivitis infecciosa es del 1,35% y supone el 1,5% de las consultas al médico de atención primaria. Aunque la prevalencia es diferente entre la población adulta y niños, siendo la conjuntivitis bacteriana más prevalente en niños, la conjuntivitis vírica, constituye la primera causa de conjuntivitis infecciosa en ambos grupos de edad (Smith AF, 2009).

    Las conjuntivitis víricas más comunes son las causadas por adenovirus (hasta en un 75% de los casos). Sus reservorios suelen localizarse en fosas nasales, amígdalas y faringe. Por ello, la conjuntivitis puede ser el primer síntoma de otra enfermedad vírica.

    Los adenovirus 8,19 y 37 son los principales implicados en el desarrollo de la queratoconjuntivitis epidémica (inflamación de la córnea, además de la conjuntiva). Esta es más común en adultos, en rango de 20-40 años de edad y no hay predilección por sexos (Kimura R, 2009).

    Por otra parte, los adenovirus 3 (y en menor medida 2, 4, 7 y 14), son los responsables de la fiebre faringoconjuntival, que cursa con conjuntivitis folicular, rinitis, fiebre y adenopatía preauricular. Es más común en niños (Melendez CP, 2009; Jhanji V, 2015).

    Otros virus, como el picornavirus, virus del herpes simple y virus de varicela-zóster, pueden causar conjuntivitis simple, pero con mayor frecuencia hay afectación corneal y palpebral.

    ¿Cómo diagnosticarla?

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    ¿Cómo se trata?

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    Prevención y recomendaciones

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    Bibliografía

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    Autoras

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    Conflicto de intereses
    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

    Conjuntivitis víricas

    Fecha de revisión: 12/05/2016
    • Guía
    Índice de contenidos

    ¿De qué hablamos?


    La conjuntivitis es la inflamación de la conjuntiva, membrana transparente que cubre la cara interna de los párpados y superficie del globo ocular hasta el limbo (unión entre córnea y esclera). La porción que cubre el ojo se denomina conjuntiva bulbar, mientras a la que recubre los párpados se le denomina conjuntiva tarsal (Morrow GL, 1998).

    La incidencia anual de conjuntivitis infecciosa es del 1,35% y supone el 1,5% de las consultas al médico de atención primaria. Aunque la prevalencia es diferente entre la población adulta y niños, siendo la conjuntivitis bacteriana más prevalente en niños, la conjuntivitis vírica, constituye la primera causa de conjuntivitis infecciosa en ambos grupos de edad (Smith AF, 2009).

    Las conjuntivitis víricas más comunes son las causadas por adenovirus (hasta en un 75% de los casos). Sus reservorios suelen localizarse en fosas nasales, amígdalas y faringe. Por ello, la conjuntivitis puede ser el primer síntoma de otra enfermedad vírica.

    Los adenovirus 8,19 y 37 son los principales implicados en el desarrollo de la queratoconjuntivitis epidémica (inflamación de la córnea, además de la conjuntiva). Esta es más común en adultos, en rango de 20-40 años de edad y no hay predilección por sexos (Kimura R, 2009).

    Por otra parte, los adenovirus 3 (y en menor medida 2, 4, 7 y 14), son los responsables de la fiebre faringoconjuntival, que cursa con conjuntivitis folicular, rinitis, fiebre y adenopatía preauricular. Es más común en niños (Melendez CP, 2009; Jhanji V, 2015).

    Otros virus, como el picornavirus, virus del herpes simple y virus de varicela-zóster, pueden causar conjuntivitis simple, pero con mayor frecuencia hay afectación corneal y palpebral.

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    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

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    Fecha de revisión: 12/05/2016

    ¿De qué hablamos?


    La conjuntivitis es la inflamación de la conjuntiva, membrana transparente que cubre la cara interna de los párpados y superficie del globo ocular hasta el limbo (unión entre córnea y esclera). La porción que cubre el ojo se denomina conjuntiva bulbar, mientras a la que recubre los párpados se le denomina conjuntiva tarsal (Morrow GL, 1998).

    La incidencia anual de conjuntivitis infecciosa es del 1,35% y supone el 1,5% de las consultas al médico de atención primaria. Aunque la prevalencia es diferente entre la población adulta y niños, siendo la conjuntivitis bacteriana más prevalente en niños, la conjuntivitis vírica, constituye la primera causa de conjuntivitis infecciosa en ambos grupos de edad (Smith AF, 2009).

    Las conjuntivitis víricas más comunes son las causadas por adenovirus (hasta en un 75% de los casos). Sus reservorios suelen localizarse en fosas nasales, amígdalas y faringe. Por ello, la conjuntivitis puede ser el primer síntoma de otra enfermedad vírica.

    Los adenovirus 8,19 y 37 son los principales implicados en el desarrollo de la queratoconjuntivitis epidémica (inflamación de la córnea, además de la conjuntiva). Esta es más común en adultos, en rango de 20-40 años de edad y no hay predilección por sexos (Kimura R, 2009).

    Por otra parte, los adenovirus 3 (y en menor medida 2, 4, 7 y 14), son los responsables de la fiebre faringoconjuntival, que cursa con conjuntivitis folicular, rinitis, fiebre y adenopatía preauricular. Es más común en niños (Melendez CP, 2009; Jhanji V, 2015).

    Otros virus, como el picornavirus, virus del herpes simple y virus de varicela-zóster, pueden causar conjuntivitis simple, pero con mayor frecuencia hay afectación corneal y palpebral.

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