Fisterra

    Cáncer orofaríngeo

    ¿De qué hablamos?


    El cáncer de la cavidad oral y orofaringe se incluye en el grupo de cáncer de cabeza y cuello (6º cáncer más frecuente) y cada año en el mundo se diagnostican 650.000 nuevos casos y se producen 350.000 muertes. Ambas localizaciones suponen el 30% de los cánceres de cabeza y cuello (la cavidad oral -excluyendo el labio- el 14%) y el 3% de las neoplasias malignas diagnosticadas en EE.UU. (Swiecicki PL, 2016; Neville BW, 2002; Casiglia J, 2001). La incidencia del cáncer oral aumentó drásticamente durante el siglo XX, tanto en Europa como en EE.UU., especialmente en individuos de menos de 60 años y en los últimos años ha disminuido a nivel mundial debido a una disminución del consumo de tabaco. Sin embargo, la incidencia del cáncer de orofaringe ha aumentado durante los últimos 20 años, concomitantemente a un aumento en la incidencia de la infección por el virus del papiloma humano (VPH) (Mehanna H, 2016).

    Según las regiones anatómicas afectadas el cáncer oral se divide en tres categorías: carcinoma de la cavidad oral propiamente dicho, carcinoma del bermellón labial (figura 1) y carcinoma orofaríngeo. Las localizaciones dentro de la cavidad oral son: lengua, suelo de boca, encía mandibular y maxilar, trígono retromolar (región gingival situada detrás del último molar mandibular), vestíbulos superior e inferior, mucosa yugal y paladar duro (figuras 2, 3, 4, 5, 6 y 7). A su vez, la orofaringe la componen: base de lengua, paladar blando, amígdala palatina y pared posterior faríngea (figuras 8 y 9).

    Más del 90% son carcinomas epidermoides, y las localizaciones más frecuente son la lengua y el suelo de la boca. Son más frecuentes en varones, en los sectores más desfavorecidos de la población y afecta típicamente a las edades avanzadas. Se trata de una enfermedad con mal pronóstico en estadios avanzados, de ahí la importancia del diagnóstico precoz (Rivera C, 2015; Sciubba JJ, 2001).

    Figura 1
    Carcinoma epidermoide de bermellón labial
    Figura 2
    Carcinoma epidermoide de lengua
    Figura 3
    Carcinoma epidermoide de suelo de boca
    Figura 4
    Carcinoma epidermoide de encía mandibular
    Figura 5
    Carcinoma epidermoide de encía maxilar
    Figura 6
    Carcinoma epidermoide de trigono retromolar
    Figura 7
    Carcinoma epidermoide paladar duro
    Figura 8
    Carcinoma epidermoide de paladar blando y amígdala
    Figura 9
    Carcinoma epidermoide de úvula

    Factores de riesgo del cáncer orofaríngeo

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    ¿Cómo se diagnostica?

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    Cuidados postoperatorios en consulta de atención primaria

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    Bibliografía

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    Más en la red

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    Autores

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    Conflicto de intereses
    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

    Cáncer orofaríngeo

    Fecha de revisión: 20/07/2017
    • Guía
    Índice de contenidos

    ¿De qué hablamos?


    El cáncer de la cavidad oral y orofaringe se incluye en el grupo de cáncer de cabeza y cuello (6º cáncer más frecuente) y cada año en el mundo se diagnostican 650.000 nuevos casos y se producen 350.000 muertes. Ambas localizaciones suponen el 30% de los cánceres de cabeza y cuello (la cavidad oral -excluyendo el labio- el 14%) y el 3% de las neoplasias malignas diagnosticadas en EE.UU. (Swiecicki PL, 2016; Neville BW, 2002; Casiglia J, 2001). La incidencia del cáncer oral aumentó drásticamente durante el siglo XX, tanto en Europa como en EE.UU., especialmente en individuos de menos de 60 años y en los últimos años ha disminuido a nivel mundial debido a una disminución del consumo de tabaco. Sin embargo, la incidencia del cáncer de orofaringe ha aumentado durante los últimos 20 años, concomitantemente a un aumento en la incidencia de la infección por el virus del papiloma humano (VPH) (Mehanna H, 2016).

    Según las regiones anatómicas afectadas el cáncer oral se divide en tres categorías: carcinoma de la cavidad oral propiamente dicho, carcinoma del bermellón labial (figura 1) y carcinoma orofaríngeo. Las localizaciones dentro de la cavidad oral son: lengua, suelo de boca, encía mandibular y maxilar, trígono retromolar (región gingival situada detrás del último molar mandibular), vestíbulos superior e inferior, mucosa yugal y paladar duro (figuras 2, 3, 4, 5, 6 y 7). A su vez, la orofaringe la componen: base de lengua, paladar blando, amígdala palatina y pared posterior faríngea (figuras 8 y 9).

    Más del 90% son carcinomas epidermoides, y las localizaciones más frecuente son la lengua y el suelo de la boca. Son más frecuentes en varones, en los sectores más desfavorecidos de la población y afecta típicamente a las edades avanzadas. Se trata de una enfermedad con mal pronóstico en estadios avanzados, de ahí la importancia del diagnóstico precoz (Rivera C, 2015; Sciubba JJ, 2001).

    Figura 1
    Carcinoma epidermoide de bermellón labial
    Figura 2
    Carcinoma epidermoide de lengua
    Figura 3
    Carcinoma epidermoide de suelo de boca
    Figura 4
    Carcinoma epidermoide de encía mandibular
    Figura 5
    Carcinoma epidermoide de encía maxilar
    Figura 6
    Carcinoma epidermoide de trigono retromolar
    Figura 7
    Carcinoma epidermoide paladar duro
    Figura 8
    Carcinoma epidermoide de paladar blando y amígdala
    Figura 9
    Carcinoma epidermoide de úvula

    Factores de riesgo del cáncer orofaríngeo

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    Conflicto de intereses
    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

    Cáncer orofaríngeo

    Fecha de revisión: 20/07/2017

    ¿De qué hablamos?


    El cáncer de la cavidad oral y orofaringe se incluye en el grupo de cáncer de cabeza y cuello (6º cáncer más frecuente) y cada año en el mundo se diagnostican 650.000 nuevos casos y se producen 350.000 muertes. Ambas localizaciones suponen el 30% de los cánceres de cabeza y cuello (la cavidad oral -excluyendo el labio- el 14%) y el 3% de las neoplasias malignas diagnosticadas en EE.UU. (Swiecicki PL, 2016; Neville BW, 2002; Casiglia J, 2001). La incidencia del cáncer oral aumentó drásticamente durante el siglo XX, tanto en Europa como en EE.UU., especialmente en individuos de menos de 60 años y en los últimos años ha disminuido a nivel mundial debido a una disminución del consumo de tabaco. Sin embargo, la incidencia del cáncer de orofaringe ha aumentado durante los últimos 20 años, concomitantemente a un aumento en la incidencia de la infección por el virus del papiloma humano (VPH) (Mehanna H, 2016).

    Según las regiones anatómicas afectadas el cáncer oral se divide en tres categorías: carcinoma de la cavidad oral propiamente dicho, carcinoma del bermellón labial (figura 1) y carcinoma orofaríngeo. Las localizaciones dentro de la cavidad oral son: lengua, suelo de boca, encía mandibular y maxilar, trígono retromolar (región gingival situada detrás del último molar mandibular), vestíbulos superior e inferior, mucosa yugal y paladar duro (figuras 2, 3, 4, 5, 6 y 7). A su vez, la orofaringe la componen: base de lengua, paladar blando, amígdala palatina y pared posterior faríngea (figuras 8 y 9).

    Más del 90% son carcinomas epidermoides, y las localizaciones más frecuente son la lengua y el suelo de la boca. Son más frecuentes en varones, en los sectores más desfavorecidos de la población y afecta típicamente a las edades avanzadas. Se trata de una enfermedad con mal pronóstico en estadios avanzados, de ahí la importancia del diagnóstico precoz (Rivera C, 2015; Sciubba JJ, 2001).

    Figura 1
    Carcinoma epidermoide de bermellón labial
    Figura 2
    Carcinoma epidermoide de lengua
    Figura 3
    Carcinoma epidermoide de suelo de boca
    Figura 4
    Carcinoma epidermoide de encía mandibular
    Figura 5
    Carcinoma epidermoide de encía maxilar
    Figura 6
    Carcinoma epidermoide de trigono retromolar
    Figura 7
    Carcinoma epidermoide paladar duro
    Figura 8
    Carcinoma epidermoide de paladar blando y amígdala
    Figura 9
    Carcinoma epidermoide de úvula

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