Fisterra

    Bursitis aguda

    ¿De qué hablamos?


    Denominamos bursitis a la inflamación de las bursas sinoviales que son estructuras saculares cerradas con un revestimiento sinovial, en cuyo interior existe una cavidad virtual con una mínima cantidad de líquido seroso que contribuye a la función de almohadillado entre estructuras conectivas. Estas estructuras se sitúan en lugares donde se requiere facilitar el desplazamiento de una estructura ostearticular sobre otra, piel sobre hueso, músculo o tendón sobre hueso (Sánchez-González CO, 2005).

    Se han descrito más de 150 bursas en nuestro organismo (tabla 1) (Zimmerman B, 1995).

    Tabla 1. Localizaciones más frecuentes de bursitis.
    Bursas superficiales
    • Olécranon.
    • Prepatelar.
    • Infrapatelar superficial.
    Bursas profundas
    • Subacromial o subdeltoidea.
    • Ileopsoas.
    • Trocantérica.
    • Isquiopubiana.
    • Infrapatelar profunda.
    • Poplítea.
    • Anseriana.
    • Retrocalcánea.
    • Metatarsofalángica.

    En la práctica clínica la bursitis aguda se puede clasificar en séptica y no séptica (tabla 2) (Gómez-Rodríguez N, 1997; García-Porrúa C, 1999; Cea-Pereiro, 2001; Sánchez-González CO, 2005; Reilly D, 2016).

    Tabla 2. Clasificación de la bursitis aguda.
    Etiología Observaciones
    Bursitis séptica Staphylococcus aureus
    en aproximadamente el 80-90% de los casos

    Las más frecuentes (80%):

    • Bursitis olecraneana.
    • Bursitis prepatelar.
    Bursitis no séptica Traumatismos
    Microcristalinas
    Cuerpos extraños
    Enfermedad sistémica

    En el momento de instauración de los síntomas no es fácil distinguir entre estas dos entidades, si bien en la primera valoración es preciso tratar de identificar la bursitis séptica para iniciar el tratamiento de la forma más precoz posible.

    La bursitis séptica ocurre con mayor frecuencia en varones entre la cuarta y la quinta década de la vida, en profesiones en las que se ejerce presión sobre las bursas y en los que existen factores predisponentes añadidos.

    Se estima una incidencia de bursitis séptica de entre 0,8 y 12 casos por cada 10.000 ingresos hospitalarios.

    Los mecanismos patogénicos más habituales son (Sánchez-González CO, 2005; Reilly D, 2016):

    • Inoculación directa.
    • Contigüidad.
    • Diseminación hematógena.

    A la hora de valorar a un paciente con bursitis, debemos tener presente para estratificar el riesgo y la potencial gravedad, los diferentes factores de riesgo así como la coexistencia de factores predisponentes (locales y/o sistémicos) (tabla 3) (Zimmerman B, 1995; Gómez-Rodríguez N, 1997; García-Porrúa C, 1999; Ibáñez Barceló M, 2007).

    Tabla 3. Factores predisponentes y de riesgo asociados a bursitis.
    • Antecedente de traumatismo.
    • Lesiones locales favorecidas por actividades profesionales o recreativas.
    • Antecedente de bursitis previas.
    • Inmunodeprimidos.
    • Cirugía local.
    • Infiltraciones locales con esteroides.
    • Tratamiento con corticoides.
    • Diabetes mellitus.
    • EPOC.
    • Alcoholismo.
    • Insuficiencia renal crónica (hemodiálisis).
    • Artritis reumatoide, LES, psoriasis.
    • Gota/pseudogota.
    • Trastornos neurológicos (esclerosis múltiple, siringomielia).

    ¿Cómo se diagnostica?

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    ¿Cómo se trata?

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    Bibliografía

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    Más en la red

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    Autores

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    Conflicto de intereses
    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

    Bursitis aguda

    Fecha de revisión: 10/10/2017
    • Guía
    Índice de contenidos

    ¿De qué hablamos?


    Denominamos bursitis a la inflamación de las bursas sinoviales que son estructuras saculares cerradas con un revestimiento sinovial, en cuyo interior existe una cavidad virtual con una mínima cantidad de líquido seroso que contribuye a la función de almohadillado entre estructuras conectivas. Estas estructuras se sitúan en lugares donde se requiere facilitar el desplazamiento de una estructura ostearticular sobre otra, piel sobre hueso, músculo o tendón sobre hueso (Sánchez-González CO, 2005).

    Se han descrito más de 150 bursas en nuestro organismo (tabla 1) (Zimmerman B, 1995).

    Tabla 1. Localizaciones más frecuentes de bursitis.
    Bursas superficiales
    • Olécranon.
    • Prepatelar.
    • Infrapatelar superficial.
    Bursas profundas
    • Subacromial o subdeltoidea.
    • Ileopsoas.
    • Trocantérica.
    • Isquiopubiana.
    • Infrapatelar profunda.
    • Poplítea.
    • Anseriana.
    • Retrocalcánea.
    • Metatarsofalángica.

    En la práctica clínica la bursitis aguda se puede clasificar en séptica y no séptica (tabla 2) (Gómez-Rodríguez N, 1997; García-Porrúa C, 1999; Cea-Pereiro, 2001; Sánchez-González CO, 2005; Reilly D, 2016).

    Tabla 2. Clasificación de la bursitis aguda.
    Etiología Observaciones
    Bursitis séptica Staphylococcus aureus
    en aproximadamente el 80-90% de los casos

    Las más frecuentes (80%):

    • Bursitis olecraneana.
    • Bursitis prepatelar.
    Bursitis no séptica Traumatismos
    Microcristalinas
    Cuerpos extraños
    Enfermedad sistémica

    En el momento de instauración de los síntomas no es fácil distinguir entre estas dos entidades, si bien en la primera valoración es preciso tratar de identificar la bursitis séptica para iniciar el tratamiento de la forma más precoz posible.

    La bursitis séptica ocurre con mayor frecuencia en varones entre la cuarta y la quinta década de la vida, en profesiones en las que se ejerce presión sobre las bursas y en los que existen factores predisponentes añadidos.

    Se estima una incidencia de bursitis séptica de entre 0,8 y 12 casos por cada 10.000 ingresos hospitalarios.

    Los mecanismos patogénicos más habituales son (Sánchez-González CO, 2005; Reilly D, 2016):

    • Inoculación directa.
    • Contigüidad.
    • Diseminación hematógena.

    A la hora de valorar a un paciente con bursitis, debemos tener presente para estratificar el riesgo y la potencial gravedad, los diferentes factores de riesgo así como la coexistencia de factores predisponentes (locales y/o sistémicos) (tabla 3) (Zimmerman B, 1995; Gómez-Rodríguez N, 1997; García-Porrúa C, 1999; Ibáñez Barceló M, 2007).

    Tabla 3. Factores predisponentes y de riesgo asociados a bursitis.
    • Antecedente de traumatismo.
    • Lesiones locales favorecidas por actividades profesionales o recreativas.
    • Antecedente de bursitis previas.
    • Inmunodeprimidos.
    • Cirugía local.
    • Infiltraciones locales con esteroides.
    • Tratamiento con corticoides.
    • Diabetes mellitus.
    • EPOC.
    • Alcoholismo.
    • Insuficiencia renal crónica (hemodiálisis).
    • Artritis reumatoide, LES, psoriasis.
    • Gota/pseudogota.
    • Trastornos neurológicos (esclerosis múltiple, siringomielia).

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    ¿De qué hablamos?


    Denominamos bursitis a la inflamación de las bursas sinoviales que son estructuras saculares cerradas con un revestimiento sinovial, en cuyo interior existe una cavidad virtual con una mínima cantidad de líquido seroso que contribuye a la función de almohadillado entre estructuras conectivas. Estas estructuras se sitúan en lugares donde se requiere facilitar el desplazamiento de una estructura ostearticular sobre otra, piel sobre hueso, músculo o tendón sobre hueso (Sánchez-González CO, 2005).

    Se han descrito más de 150 bursas en nuestro organismo (tabla 1) (Zimmerman B, 1995).

    Tabla 1. Localizaciones más frecuentes de bursitis.
    Bursas superficiales
    • Olécranon.
    • Prepatelar.
    • Infrapatelar superficial.
    Bursas profundas
    • Subacromial o subdeltoidea.
    • Ileopsoas.
    • Trocantérica.
    • Isquiopubiana.
    • Infrapatelar profunda.
    • Poplítea.
    • Anseriana.
    • Retrocalcánea.
    • Metatarsofalángica.

    En la práctica clínica la bursitis aguda se puede clasificar en séptica y no séptica (tabla 2) (Gómez-Rodríguez N, 1997; García-Porrúa C, 1999; Cea-Pereiro, 2001; Sánchez-González CO, 2005; Reilly D, 2016).

    Tabla 2. Clasificación de la bursitis aguda.
    Etiología Observaciones
    Bursitis séptica Staphylococcus aureus
    en aproximadamente el 80-90% de los casos

    Las más frecuentes (80%):

    • Bursitis olecraneana.
    • Bursitis prepatelar.
    Bursitis no séptica Traumatismos
    Microcristalinas
    Cuerpos extraños
    Enfermedad sistémica

    En el momento de instauración de los síntomas no es fácil distinguir entre estas dos entidades, si bien en la primera valoración es preciso tratar de identificar la bursitis séptica para iniciar el tratamiento de la forma más precoz posible.

    La bursitis séptica ocurre con mayor frecuencia en varones entre la cuarta y la quinta década de la vida, en profesiones en las que se ejerce presión sobre las bursas y en los que existen factores predisponentes añadidos.

    Se estima una incidencia de bursitis séptica de entre 0,8 y 12 casos por cada 10.000 ingresos hospitalarios.

    Los mecanismos patogénicos más habituales son (Sánchez-González CO, 2005; Reilly D, 2016):

    • Inoculación directa.
    • Contigüidad.
    • Diseminación hematógena.

    A la hora de valorar a un paciente con bursitis, debemos tener presente para estratificar el riesgo y la potencial gravedad, los diferentes factores de riesgo así como la coexistencia de factores predisponentes (locales y/o sistémicos) (tabla 3) (Zimmerman B, 1995; Gómez-Rodríguez N, 1997; García-Porrúa C, 1999; Ibáñez Barceló M, 2007).

    Tabla 3. Factores predisponentes y de riesgo asociados a bursitis.
    • Antecedente de traumatismo.
    • Lesiones locales favorecidas por actividades profesionales o recreativas.
    • Antecedente de bursitis previas.
    • Inmunodeprimidos.
    • Cirugía local.
    • Infiltraciones locales con esteroides.
    • Tratamiento con corticoides.
    • Diabetes mellitus.
    • EPOC.
    • Alcoholismo.
    • Insuficiencia renal crónica (hemodiálisis).
    • Artritis reumatoide, LES, psoriasis.
    • Gota/pseudogota.
    • Trastornos neurológicos (esclerosis múltiple, siringomielia).

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