Bases de la cirugía endoscópica
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¿De qué hablamos?
Dentro del concepto de “cirugía endoscópica” entendemos aquellos procedimientos en los que se accede al campo quirúrgico a través de pequeñas puertas de entrada, naturales o generadas, visualizándose la intervención a través de una óptica que se conecta a un monitor externo.
Clásicamente, se comenzó a emplear a nivel abdominal (laparoscopia), pudiéndose emplear en otras zonas del cuerpo, como el tórax (toracoscopia) o en el tubo digestivo (gastroscopia, colonoscopia). Dadas sus ventajas, su rápida expansión abarca cada vez más especialidades, como la traumatología (artroscopia), la otorrinolaringología (rinolaringoscopia), la ginecología (histeroscopia) o la urología (cistoscopia), entre otras, con muchísimas indicaciones en la actualidad.
En esta revisión nos centraremos en los procedimientos endoscópicos y laparoscópicos aplicados fundamentalmente al campo de la cirugía general.
En los últimos años, la aparición de programas de recuperación funcional posquirúrgica (ERAS) (Ljungqvist O, 2017) ha revolucionado el postoperatorio de pacientes muy complejos, y en parte es debido a la aparición del concepto de “cirugía mínimamente invasiva”, que permite una menor agresión quirúrgica en procedimientos mayores y una recuperación más rápida del paciente.
Para realizar este tipo de intervenciones es necesario, por supuesto, un aparataje específico. Es fundamental disponer de un sistema óptico (endoscopio) para obtener una visión nítida y clara. Tiene diámetros variables en función del procedimiento y el tipo de intervención (5-12 mm) y una longitud de entre 30 y 45 cm. El endoscopio se conecta a una fuente de luz y a una cámara, que transmite la imagen a los monitores externos.
Es fundamental también disponer de un insuflador, ya que es necesario emplear algún tipo de gas o líquido para distender el espacio en el que se trabaja con la cirugía endoscópica. Estos espacios suelen ser cavidades virtuales colapsadas en condiciones normales, por lo que necesitan ampliarse para una correcta visualización de las estructuras y la inserción de los instrumentos de trabajo. Lo más frecuente es utilizar dióxido de carbono, gas incoloro, inerte, no inflamable, soluble y fácilmente eliminable por el organismo, a través de los pulmones (Cheng Y, 2013). Con el insuflador se establecen los parámetros de presión, flujo y volumen del gas necesarios para realizar el procedimiento con una visión estable.
El monitor permite al equipo quirúrgico visualizar la intervención desde fuera del paciente. Existen monitores de gamas muy variables, llegando los más novedosos a incorporar sistemas 3D (Portale G, 2023),o incluso de realidad virtual.
Los trócares son los instrumentos cilíndricos que se insertan en las incisiones de entrada. Su objetivo es conducir el instrumental quirúrgico hasta el espacio donde se va a realizar la intervención. Obviamente, este instrumental debe estar adaptado para cirugía endoscópica y existen multitud de instrumentos disponibles (pinzas, tijeras, grapadoras, etc.).
¿Qué ventajas tiene la cirugía endoscópica?
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¿Cuáles son sus indicaciones y contraindicaciones?
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¿Qué complicaciones se asocian a procedimientos endoscópicos?
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¿Cuáles son los últimos avances?
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Bibliografía
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Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
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