Lesiones de pelvis, cadera y fémur
Índice de contenidos
Fracturas de pelvis
¿De qué hablamos?
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En pacientes jóvenes el mecanismo de producción suele ser traumatismo de alta energía.
- La causas más frecuentes son los accidente de tráfico (50%), atropellos (20%) y la precipitación (5-20%).
- Suele romperse el anillo pélvico.
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En ancianos, sin embargo, suele ser por traumatismos de baja energía.
- Mujeres mayores con osteoporosis.
- La causa más frecuente es la caída casual desde la propia altura.
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Suelen romperse las ramas, sin que se produzca rotura del anillo pélvico.
- Es rara la fractura aislada de ramas ilio o isquiopubianas, siendo mucho más frecuente la rotura de ambas del mismo lado o las de un lado y el opuesto.
¿Cómo se clasifican?
- Las fracturas de pelvis pueden ser fractura-avulsiones, fracturas-disrupciones del anillo, fracturas de acetábulo y fracturas de sacro (Fiechtl J, 2018).
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Fracturas-avulsiones:
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Se producen en su mayoría en pacientes jóvenes con esqueleto inmaduro y deportistas. Puede ocurrir por traumatismos de alta energía o contracción muscular repentina e intensa.
- En caso de adultos, ante fracturas sin traumatismo de alta energía, se debe de sospechar fractura patológica.
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Las más frecuente son:
- Espina iliaca anterosuperior: inserción sartorio.
- Espina Iliaca anteroinferior: inserción recto femoral.
- Tuberosidad isquiática: inserción isquiotibiales.
- Trocánter menor: inserción iliopsoas.
- El tratamiento suele ser tratamiento conservador, salvo en caso de fracturas muy desplazadas o en pacientes altamente demandantes (deportistas).
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Se producen en su mayoría en pacientes jóvenes con esqueleto inmaduro y deportistas. Puede ocurrir por traumatismos de alta energía o contracción muscular repentina e intensa.
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Fracturas-disrupciones del anillo pélvico:
- Se producen principalmente por traumatismos de alta energía salvo en caso de ancianos que se producen por caídas accidentales desde su propia altura debido a la osteopenia.
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Según el mecanismo de producción se pueden clasificar en (clasificación de Young y Burgess):
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Fracturas por compresión lateral:
- El mecanismo de producción sería un traumatismo en la cara externa de la pelvis.
- Puede haber fractura transversa de ramas o acabalgamiento de los huesos pubianos y afectarse una o las dos hemipelvis en casos más complejos.
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Fracturas por compresión anteroposterior:
- El mecanismo de producción suelen ser atropellos o aplastamientos.
- El anillo pélvico se va a debilitar en su parte anterior inicialmente y después en la zona posterior.
- Produce fractura longitudinal de las ramas o diástasis de la sínfisis púbica.
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Fracturas verticalmente inestables (Vertical Share):
- Se producen por una fuerza longitudinal desplazando la pelvis hacia atrás y superior.
- Produce diástasis de la sínfisis púbica con desplazamiento vertical, anterior o posterior, generalmente a través de la articulación sacroilíaca.
- Son fracturas complejas en las que el paciente puede presentar inestabilidad hemodinámica y son inestables precisando fijación quirúrgica.
- Fracturas combinadas (compresión lateral/Vertical Share).
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Fracturas por compresión lateral:
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Según su grado de estabilidad se pueden clasificar en (clasificación de Tile):
- Tipo A o estables.
- Tipo B o rotacionalmente inestables y verticalmente estables.
- Tipo C o rotacionalmente y verticalmente inestables.
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El tratamiento, en general, depende de la gravedad de la fractura y del estado general del paciente variando desde tratamiento conservador a quirúrgico.
- El grado de la clasificación de Young y Burgess se correlaciona directamente con la gravedad de las lesiones óseas, de órganos internos, con la necesidad de estabilización inmediata, las necesidades de transfusión sanguínea inicial y la supervivencia del paciente.
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Fracturas del anillo pélvico en el anciano (O’Connor TJ, 2014; Fiechtl J, 2018):
- Mayoritariamente son fracturas estables que suelen afectar a las ramas pubianas (ilio/isquiopubianas) tras caída de baja energía, por lo que, en ocasiones, pueden pasar desapercibidas.
- Clínicamente presentan dificultad para deambulación y dolor a nivel púbico o posterior tras mínima caída.
- El tratamiento habitual suele ser conservador, dirigiéndose al alivio sintomático y movilización del paciente para prevenir las complicaciones de la inmovilización. El paciente puede deambular según tolerancia, aunque en ocasiones el paciente no lo soporta y precisa de movilización cama-sillón.
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Fracturas de acetábulo:
- El mecanismo de lesión es por traumatismo de alta energía provocando la impactación de la cabeza femoral con el acetábulo.
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Se clasifican según la parte del acetábulo afectada (clasificación de Judet-Letournel): pared anterior/posterior, columna anterior/posterior, etc.
- La más frecuente es la fractura de la pared posterior del acetábulo.
- En algunos casos se asocia a luxaciones centrales de la cadera.
- Cursan con dolor, impotencia funcional, dolor a la movilización de la cadera y acortamiento del miembro.
- Imprescindible la realización de un examen neurológico distal.
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Fracturas de sacro:
- Según la zona de sacro de afectación, asociándose con riesgo de lesión neurológica, se clasifican en lateral, a través o medial a los forámenes sacros.
¿Cómo se diagnostican?
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Clínico: por el mecanismo de la lesión y sintomatología del paciente.
- En traumatismos de alta energía, imprescindible la evolución diagnóstica primaria del traumatizado (ABC).
- Evaluación secundaria de la pelvis por palpación. Descartar fracturas abiertas.
- Examen complementario indirecto de órganos intrapélvicos: equimosis perineal, sangre en meato urinario o recto, etc.
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Radiológico y de imagen:
- Radiografía anteroposterior (diagnóstica en el 90% de los casos). Básica en pacientes politraumatizados.
- Proyección inlet (40º de inclinación craneal) para visualizar el sacro.
- Proyección outlet (40º de inclinación caudal) para visualizar el anillo anterior.
- Proyecciones oblicuas de hemipelvis (alar y obturatriz), que permiten visualizar el acetábulo, ramas y ala iliaca.
- TAC: obligatorio para muchos autores. Recomendable siempre en fracturas de la parte posterior del anillo pélvico y acetábulo.
- Arteriografía si el paciente se encuentra hemodinámicamente inestable.
- Cistografía si sospecha de lesión vesical.
- Uretrografía ante sospecha de lesión de uretra.
¿Cómo se tratan?
- El tratamiento general de estas fracturas es inicialmente el soporte vital, analgesia y valoración de lesiones concomitantes.
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En fracturas pélvicas severas se debe seguir el manejo del paciente politraumatizado según el protocolo ATLS (Advanced Trauma Life Support) optimizando el tratamiento mediante un algoritmo diagnóstico y terapéutico multidisciplinar que incluya a especialistas como el traumatólogo, el cirujano general, el cirujano vascular, el anestesista o el radiólogo intervencionista (Burlew CC, 2018; Fiechtl J, 2018):
- El tratamiento quirúrgico definitivo debe de ser el indicado por el traumatólogo en función del tipo de fractura y condición del paciente.
- La reducción abierta y osteosíntesis con fijación interna (RAFI), realizada de forma programada, es el tratamiento habitual de las lesiones pélvicas desplazadas e inestables.
¿Cuáles son las complicaciones y el pronóstico?
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Hemorragia:
- Es la complicación más frecuente. Se debe prevenir el shock mediante una adecuada reposición de la volemia.
- Puede ser retroperitoneal o intrapélvica, más grave la primera por pasar desapercibida.
- Puede ser por sangrado arterial (arteria iliaca interna) o venoso (el más frecuente por sangrado a través del plexo venoso presacro).
- Es la causa más probable de hipotensión en los pacientes con fractura pélvica.
- La hemorragia grave con shock hipovolémico secundario, es la causa más frecuente de muerte.
- Precisa fijación externa electiva de la pelvis. Angiografía con embolización, precisando de embolización (sangrado arterial) o pelvis-packing (sangrado venoso) en caso de inestabilidad hemodinámica.
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Lesión del tracto urinario (Runyon MS, 2018):
- Son relativamente frecuentes (10-20% de los pacientes), siendo más frecuente en varones.
- Predominan en lesiones con diástasis púbica.
- Rotura vesical (20%): produce hematuria franca. Cistografía retrógrada diagnóstica.
- Lesión uretral (4-14%): más frecuente en varones. Sangre en meato urinario. Uretrografía diagnóstica.
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Otras complicaciones:
- Lesiones gastrointestinales. TAC diagnóstico.
- Íleo paralítico.
- Rotura del diafragma.
- Lesión neurológica: tronco lumbosacro a nivel del triángulo de Marcille.
- Acortamiento de la extremidad.
- Dificultades obstétricas.
- Dolor persistente en la articulación sacroilíaca.
- Inestabilidad persistente en la sínfisis del pubis.
- Artrosis postraumática.
- Miositis osificante.
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En general, estas lesiones tienen una mortalidad del 10% en adultos y del 5% en niños.
- Si la fractura es abierta la mortalidad sube al 30%.
- Si la hipotensión es de presentación temprana la mortalidad será de hasta el 50%.
¿Cómo se rehabilitan?
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Período de inmovilización total:
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Ejercicios respiratorios.
- Movilizaciones activas de las extremidades superiores.
- Movilizaciones activas de la extremidad inferior no afectada.
- Trabajo estático de cuádriceps e isquiotibiales de la extremidad afecta.
- Movilización activa del pie de la extremidad afecta.
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Período de inmovilización relativa: añadir a lo anterior:
- Contracciones isométricas de abdominales y paravertebrales.
- Trabajo contra resistencia de las extremidades superiores (sobre todo tríceps, dorsal ancho y pectoral) para preparar los brazos para el uso de bastones.
- De forma progresiva, iniciar ejercicios activos de la extremidad afecta.
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Período de verticalización y apoyo:
- Masoterapia de drenaje de miembros inferiores. Continuar con tonificación de los miembros inferiores, musculatura abdominal y tronco.
- Verticalización muy progresiva.
- Paso de la sedestación a la posición de pie.
- Repartición del peso del cuerpo más sobre un costado, según la localización de la fractura.
- Hidrocinesiterapia para la progresión del apoyo y continuar con las movilizaciones.
- Corrección de la estática pelvis-columna vertebral.
- Reeducación progresiva del apoyo y marcha.
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Ejercicios respiratorios.
Información médico-legal:
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Hospitalización:
- 1-2 semanas en caso de fracturas simples.
- 3-4 semanas en el caso de una fijación externa.
- 8-10 semanas en el caso de fracturas abiertas o complicadas.
- Inmovilización: la referida en el texto.
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Rehabilitación:
- Permitir la deambulación en todas las lesiones anteriores estables unilaterales.
- Las fracturas inestables precisarán de reposo sin deambulación durante, al menos, 4-6 semanas.
- Interrupción laboral: de 30 a 90 días dependiendo del tipo de lesión.
Luxaciones de la cadera (luxaciones coxofemorales)
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Fracturas de la extremidad proximal del fémur
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Fracturas de la extremidad distal del fémur
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Bibliografía
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Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
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