Fisterra

    Trastorno del sueño: insomnio

    ¿Qué es el insomnio?


    El insomnio es una de las quejas de malestar más frecuentes en una consulta médica, bien como síntoma principal, o asociado a diversas condiciones (Bonnet MH, 2022).

    El insomnio es la dificultad para conciliar, mantener el sueño, o despertar más temprano de lo esperable. O simplemente, consiste en despertar con la impresión de no haber tenido un sueño reparador, levantándose con la sensación de fatiga e irritabilidad (Buysse DJ, 2013).

    Tipos de insomnio (American Psychiatric Assocciation, 2014):
    • Crónico: los síntomas ocurren por lo menos 3 veces por semana y durante un mínimo de 3 meses.
    • De aparición reciente: los síntomas tienen menos de 3 meses de evolución.
    En esta definición se contempla un componente subjetivo (insatisfacción, o impresión personal de un sueño escaso o poco reparador) muy importante, como elemento central de valoración diagnóstica.

    Según el DSM-5, el 40-50% de pacientes que refieren insomnio presentan otro trastorno mental comórbido.

    Según el momento de aparición, el insomnio se puede clasificar en (De Alba C, 2011):
    • De conciliación o inicio. Es el más frecuente, el paciente tarda más de 30 minutos en dormirse. Se relaciona fundamentalmente con cambios de hábitos o del entorno, estados de ansiedad o determinadas enfermedades crónicas.
    • Despertares repetidos por la noche. Relacionado con la edad y, en ocasiones, con enfermedades cerebrales.
    • Despertar precoz. Es propio del anciano y de los trastornos afectivos; en la depresión puede ser un síntoma orientativo de su curso.
    Las alteraciones primarias del sueño no son atribuibles a los efectos fisiológicos que puedan producir algunas sustancias (medicamentos, tóxicos), ni a la coexistencia de enfermedades médicas o de otros trastornos mentales que lo alteren.

    El trastorno de insomnio es el más prevalente entre todos los trastornos del sueño. Es más frecuente en mujeres que en hombres, en una proporción de 1,44:1 según el DSM-5. Las quejas de algún síntoma de insomnio son más frecuentes en adultos de edad mediana o avanzada. Generalmente, las dificultades para conciliar el sueño son más frecuentes en personas jóvenes, y las de mantenimiento en adultos de edad mediana y avanzada (NICE, 2004).

    Se estima que los síntomas de insomnio aparecen en aproximadamente el 30-50% de la población adulta a lo largo de su vida. Según el DSM-5, alrededor de un 30% de las personas en estudios epidemiológicos poblacionales refiere algún síntoma de insomnio, y un 6-10% cumple criterios diagnósticos del trastorno de insomnio. En el 10-15% de las personas, al insomnio se añade una repercusión funcional diurna (NICE, 2004; Schutte-Rodin S, 2008).

    El insomnio tiene su reflejo en el funcionamiento diurno: fatiga, cansancio, síntomas de ansiedad y depresión, disforia e irritabilidad, déficits de atención, memoria y concentración y excesiva somnolencia diurna.

    ¿Cómo se diagnostica el insomnio?

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    ¿Qué factores influyen en el insomnio?

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    ¿Cómo se trata el insomnio?

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    Información para pacientes y familiares

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    Bibliografía

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    Más en la red

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    Autores

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    Conflicto de intereses
    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

    Trastorno del sueño: insomnio

    Fecha de revisión: 15/07/2022
    • Guía
    Índice de contenidos

    ¿Qué es el insomnio?


    El insomnio es una de las quejas de malestar más frecuentes en una consulta médica, bien como síntoma principal, o asociado a diversas condiciones (Bonnet MH, 2022).

    El insomnio es la dificultad para conciliar, mantener el sueño, o despertar más temprano de lo esperable. O simplemente, consiste en despertar con la impresión de no haber tenido un sueño reparador, levantándose con la sensación de fatiga e irritabilidad (Buysse DJ, 2013).

    Tipos de insomnio (American Psychiatric Assocciation, 2014):
    • Crónico: los síntomas ocurren por lo menos 3 veces por semana y durante un mínimo de 3 meses.
    • De aparición reciente: los síntomas tienen menos de 3 meses de evolución.
    En esta definición se contempla un componente subjetivo (insatisfacción, o impresión personal de un sueño escaso o poco reparador) muy importante, como elemento central de valoración diagnóstica.

    Según el DSM-5, el 40-50% de pacientes que refieren insomnio presentan otro trastorno mental comórbido.

    Según el momento de aparición, el insomnio se puede clasificar en (De Alba C, 2011):
    • De conciliación o inicio. Es el más frecuente, el paciente tarda más de 30 minutos en dormirse. Se relaciona fundamentalmente con cambios de hábitos o del entorno, estados de ansiedad o determinadas enfermedades crónicas.
    • Despertares repetidos por la noche. Relacionado con la edad y, en ocasiones, con enfermedades cerebrales.
    • Despertar precoz. Es propio del anciano y de los trastornos afectivos; en la depresión puede ser un síntoma orientativo de su curso.
    Las alteraciones primarias del sueño no son atribuibles a los efectos fisiológicos que puedan producir algunas sustancias (medicamentos, tóxicos), ni a la coexistencia de enfermedades médicas o de otros trastornos mentales que lo alteren.

    El trastorno de insomnio es el más prevalente entre todos los trastornos del sueño. Es más frecuente en mujeres que en hombres, en una proporción de 1,44:1 según el DSM-5. Las quejas de algún síntoma de insomnio son más frecuentes en adultos de edad mediana o avanzada. Generalmente, las dificultades para conciliar el sueño son más frecuentes en personas jóvenes, y las de mantenimiento en adultos de edad mediana y avanzada (NICE, 2004).

    Se estima que los síntomas de insomnio aparecen en aproximadamente el 30-50% de la población adulta a lo largo de su vida. Según el DSM-5, alrededor de un 30% de las personas en estudios epidemiológicos poblacionales refiere algún síntoma de insomnio, y un 6-10% cumple criterios diagnósticos del trastorno de insomnio. En el 10-15% de las personas, al insomnio se añade una repercusión funcional diurna (NICE, 2004; Schutte-Rodin S, 2008).

    El insomnio tiene su reflejo en el funcionamiento diurno: fatiga, cansancio, síntomas de ansiedad y depresión, disforia e irritabilidad, déficits de atención, memoria y concentración y excesiva somnolencia diurna.

    ¿Cómo se diagnostica el insomnio?

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    Conflicto de intereses
    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

    Trastorno del sueño: insomnio

    Fecha de revisión: 15/07/2022

    ¿Qué es el insomnio?


    El insomnio es una de las quejas de malestar más frecuentes en una consulta médica, bien como síntoma principal, o asociado a diversas condiciones (Bonnet MH, 2022).

    El insomnio es la dificultad para conciliar, mantener el sueño, o despertar más temprano de lo esperable. O simplemente, consiste en despertar con la impresión de no haber tenido un sueño reparador, levantándose con la sensación de fatiga e irritabilidad (Buysse DJ, 2013).

    Tipos de insomnio (American Psychiatric Assocciation, 2014):
    • Crónico: los síntomas ocurren por lo menos 3 veces por semana y durante un mínimo de 3 meses.
    • De aparición reciente: los síntomas tienen menos de 3 meses de evolución.
    En esta definición se contempla un componente subjetivo (insatisfacción, o impresión personal de un sueño escaso o poco reparador) muy importante, como elemento central de valoración diagnóstica.

    Según el DSM-5, el 40-50% de pacientes que refieren insomnio presentan otro trastorno mental comórbido.

    Según el momento de aparición, el insomnio se puede clasificar en (De Alba C, 2011):
    • De conciliación o inicio. Es el más frecuente, el paciente tarda más de 30 minutos en dormirse. Se relaciona fundamentalmente con cambios de hábitos o del entorno, estados de ansiedad o determinadas enfermedades crónicas.
    • Despertares repetidos por la noche. Relacionado con la edad y, en ocasiones, con enfermedades cerebrales.
    • Despertar precoz. Es propio del anciano y de los trastornos afectivos; en la depresión puede ser un síntoma orientativo de su curso.
    Las alteraciones primarias del sueño no son atribuibles a los efectos fisiológicos que puedan producir algunas sustancias (medicamentos, tóxicos), ni a la coexistencia de enfermedades médicas o de otros trastornos mentales que lo alteren.

    El trastorno de insomnio es el más prevalente entre todos los trastornos del sueño. Es más frecuente en mujeres que en hombres, en una proporción de 1,44:1 según el DSM-5. Las quejas de algún síntoma de insomnio son más frecuentes en adultos de edad mediana o avanzada. Generalmente, las dificultades para conciliar el sueño son más frecuentes en personas jóvenes, y las de mantenimiento en adultos de edad mediana y avanzada (NICE, 2004).

    Se estima que los síntomas de insomnio aparecen en aproximadamente el 30-50% de la población adulta a lo largo de su vida. Según el DSM-5, alrededor de un 30% de las personas en estudios epidemiológicos poblacionales refiere algún síntoma de insomnio, y un 6-10% cumple criterios diagnósticos del trastorno de insomnio. En el 10-15% de las personas, al insomnio se añade una repercusión funcional diurna (NICE, 2004; Schutte-Rodin S, 2008).

    El insomnio tiene su reflejo en el funcionamiento diurno: fatiga, cansancio, síntomas de ansiedad y depresión, disforia e irritabilidad, déficits de atención, memoria y concentración y excesiva somnolencia diurna.

    ¿Cómo se diagnostica el insomnio?

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    © Descargado el 19/04/2024 20:12:51 Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright © . Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.

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