Fisterra

    Síndrome de latigazo cervical

    ¿De qué hablamos?


    El término latigazo cervical fue acuñado por primera vez por Crowe en 1928, quien lo describió como una lesión de la columna cervical producido por una hiperextensión de la nuca seguida de hiperflexión. También se conoce comúnmente como distensión o esguince cervical. Posteriormente, en 1995, el grupo de trabajo de Quebec sobre trastornos asociados al latigazo cervical acuñó el término síndrome de latigazo cervical (SLC), manteniéndose vigente su definición: “una transferencia de energía al cuello resultado de una aceleración-desaceleración, que puede provenir de un impacto desde atrás o desde un lado, predominantemente por accidentes de vehículos a motor, pero puede producirse también en accidentes de inmersión en el agua o en otros tipos de accidentes”. El mecanismo de extensión-flexión puede dañar las articulaciones intervertebrales, los discos, los ligamentos, músculos cervicales, y/o las raíces nerviosas.

    Según la clasificación del Quebec Task Force, la gravedad del SLC se valora en 5 grados (tabla 1) (Spitzer WO, 1995; Tanaka N, 2018; Isaac Z, 2019).

    Tabla 1. Clasificación del grado de lesión en el síndrome de latigazo cervical.
    Grado 0: no hay signos/síntomas ni cervicalgia.

    Grado I: cervicalgia o rigidez sin signos físicos (no signos clínicos objetivables).

    Grado II: cervicalgia con pérdida de recorrido articular o puntos dolorosos a la palpación, signos músculo-esqueléticos. Actualmente, se admiten dos grados:

    • Grado IIa: dolor sin limitación de recorrido articular.
    • Grado IIb: dolor con limitación del recorrido articular.

    Grado III: síntomas de cuello y signos neurológicos, como disminución o ausencia de los reflejos sensitivos profundos, debilidad o déficit sensitivo.

    Grado IV: síntomas en cuello y fractura o luxación cervical. No se considera un latigazo cervical*.
    *El término "lesión por latigazo cervical" generalmente se refiere a lesiones de grado 1 a 3; las lesiones de grado 4 (asociadas con fractura o luxación) generalmente se asocian con traumas más intensos y se consideran una entidad distinta.

    La frecuencia de las lesiones producidas por el SLC tras un accidente de automóvil varía entre países e incluso entre regiones, dependiendo de múltiples variables como el número de automóviles/habitante, normas de seguridad vial, sistemas de indemnización, etc., si bien tanto en EE.UU. como en Europa occidental se ha producido en los últimos 30 años un incremento notable de su incidencia y de los costes económicos que suponen la atención a estos pacientes. Aunque la incidencia exacta de este trastorno es desconocida, podemos estimarla en 1 caso por cada mil personas y año (Ferrari R, 1999; Kasch H, 2001; Sterner Y, 2003).

    En España se estima que aproximadamente el 15% de los accidentes de tráfico sufren un SLC, con una incidencia de 60,2 nuevos casos por cada 100.000 habitantes/año, siendo una patología muy frecuente en las consultas de atención primaria y también en las de los médicos evaluadores de discapacidades (López J, 2002; Regal Ramos RJ, 2011).

    ¿Cuál es su fisiopatología?

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    ¿Cuáles son sus manifestaciones clínicas?

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    ¿Cómo se diagnostica?

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    ¿Cuál es su pronóstico y evolución?

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    ¿Cuál es su tratamiento?

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    Bibliografía

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    Más en la red

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    Autores

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    Conflicto de intereses
    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

    Síndrome de latigazo cervical

    Fecha de revisión: 22/08/2019
    • Guía
    Índice de contenidos

    ¿De qué hablamos?


    El término latigazo cervical fue acuñado por primera vez por Crowe en 1928, quien lo describió como una lesión de la columna cervical producido por una hiperextensión de la nuca seguida de hiperflexión. También se conoce comúnmente como distensión o esguince cervical. Posteriormente, en 1995, el grupo de trabajo de Quebec sobre trastornos asociados al latigazo cervical acuñó el término síndrome de latigazo cervical (SLC), manteniéndose vigente su definición: “una transferencia de energía al cuello resultado de una aceleración-desaceleración, que puede provenir de un impacto desde atrás o desde un lado, predominantemente por accidentes de vehículos a motor, pero puede producirse también en accidentes de inmersión en el agua o en otros tipos de accidentes”. El mecanismo de extensión-flexión puede dañar las articulaciones intervertebrales, los discos, los ligamentos, músculos cervicales, y/o las raíces nerviosas.

    Según la clasificación del Quebec Task Force, la gravedad del SLC se valora en 5 grados (tabla 1) (Spitzer WO, 1995; Tanaka N, 2018; Isaac Z, 2019).

    Tabla 1. Clasificación del grado de lesión en el síndrome de latigazo cervical.
    Grado 0: no hay signos/síntomas ni cervicalgia.

    Grado I: cervicalgia o rigidez sin signos físicos (no signos clínicos objetivables).

    Grado II: cervicalgia con pérdida de recorrido articular o puntos dolorosos a la palpación, signos músculo-esqueléticos. Actualmente, se admiten dos grados:

    • Grado IIa: dolor sin limitación de recorrido articular.
    • Grado IIb: dolor con limitación del recorrido articular.

    Grado III: síntomas de cuello y signos neurológicos, como disminución o ausencia de los reflejos sensitivos profundos, debilidad o déficit sensitivo.

    Grado IV: síntomas en cuello y fractura o luxación cervical. No se considera un latigazo cervical*.
    *El término "lesión por latigazo cervical" generalmente se refiere a lesiones de grado 1 a 3; las lesiones de grado 4 (asociadas con fractura o luxación) generalmente se asocian con traumas más intensos y se consideran una entidad distinta.

    La frecuencia de las lesiones producidas por el SLC tras un accidente de automóvil varía entre países e incluso entre regiones, dependiendo de múltiples variables como el número de automóviles/habitante, normas de seguridad vial, sistemas de indemnización, etc., si bien tanto en EE.UU. como en Europa occidental se ha producido en los últimos 30 años un incremento notable de su incidencia y de los costes económicos que suponen la atención a estos pacientes. Aunque la incidencia exacta de este trastorno es desconocida, podemos estimarla en 1 caso por cada mil personas y año (Ferrari R, 1999; Kasch H, 2001; Sterner Y, 2003).

    En España se estima que aproximadamente el 15% de los accidentes de tráfico sufren un SLC, con una incidencia de 60,2 nuevos casos por cada 100.000 habitantes/año, siendo una patología muy frecuente en las consultas de atención primaria y también en las de los médicos evaluadores de discapacidades (López J, 2002; Regal Ramos RJ, 2011).

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    ¿Cuál es su tratamiento?

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    Más en la red

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    Autores

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    Conflicto de intereses
    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

    Síndrome de latigazo cervical

    Fecha de revisión: 22/08/2019

    ¿De qué hablamos?


    El término latigazo cervical fue acuñado por primera vez por Crowe en 1928, quien lo describió como una lesión de la columna cervical producido por una hiperextensión de la nuca seguida de hiperflexión. También se conoce comúnmente como distensión o esguince cervical. Posteriormente, en 1995, el grupo de trabajo de Quebec sobre trastornos asociados al latigazo cervical acuñó el término síndrome de latigazo cervical (SLC), manteniéndose vigente su definición: “una transferencia de energía al cuello resultado de una aceleración-desaceleración, que puede provenir de un impacto desde atrás o desde un lado, predominantemente por accidentes de vehículos a motor, pero puede producirse también en accidentes de inmersión en el agua o en otros tipos de accidentes”. El mecanismo de extensión-flexión puede dañar las articulaciones intervertebrales, los discos, los ligamentos, músculos cervicales, y/o las raíces nerviosas.

    Según la clasificación del Quebec Task Force, la gravedad del SLC se valora en 5 grados (tabla 1) (Spitzer WO, 1995; Tanaka N, 2018; Isaac Z, 2019).

    Tabla 1. Clasificación del grado de lesión en el síndrome de latigazo cervical.
    Grado 0: no hay signos/síntomas ni cervicalgia.

    Grado I: cervicalgia o rigidez sin signos físicos (no signos clínicos objetivables).

    Grado II: cervicalgia con pérdida de recorrido articular o puntos dolorosos a la palpación, signos músculo-esqueléticos. Actualmente, se admiten dos grados:

    • Grado IIa: dolor sin limitación de recorrido articular.
    • Grado IIb: dolor con limitación del recorrido articular.

    Grado III: síntomas de cuello y signos neurológicos, como disminución o ausencia de los reflejos sensitivos profundos, debilidad o déficit sensitivo.

    Grado IV: síntomas en cuello y fractura o luxación cervical. No se considera un latigazo cervical*.
    *El término "lesión por latigazo cervical" generalmente se refiere a lesiones de grado 1 a 3; las lesiones de grado 4 (asociadas con fractura o luxación) generalmente se asocian con traumas más intensos y se consideran una entidad distinta.

    La frecuencia de las lesiones producidas por el SLC tras un accidente de automóvil varía entre países e incluso entre regiones, dependiendo de múltiples variables como el número de automóviles/habitante, normas de seguridad vial, sistemas de indemnización, etc., si bien tanto en EE.UU. como en Europa occidental se ha producido en los últimos 30 años un incremento notable de su incidencia y de los costes económicos que suponen la atención a estos pacientes. Aunque la incidencia exacta de este trastorno es desconocida, podemos estimarla en 1 caso por cada mil personas y año (Ferrari R, 1999; Kasch H, 2001; Sterner Y, 2003).

    En España se estima que aproximadamente el 15% de los accidentes de tráfico sufren un SLC, con una incidencia de 60,2 nuevos casos por cada 100.000 habitantes/año, siendo una patología muy frecuente en las consultas de atención primaria y también en las de los médicos evaluadores de discapacidades (López J, 2002; Regal Ramos RJ, 2011).

    ¿Cuál es su fisiopatología?

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    Bibliografía

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    Conflicto de intereses
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