Fisterra

    Reanimación cardiopulmonar básica en pediatría

    ¿De qué hablamos?


    Parada cardiorrespiratoria (PCR): interrupción brusca, inesperada y potencialmente reversible de la actividad mecánica del corazón, determinada por la imposibilidad de palpar el pulso central y detectar la respiración espontánea.

    Reanimación cardiopulmonar: conjunto de medidas que permiten establecer si un paciente se encuentra en situación de PCR o en riesgo inmediato de entrar en ella, y cuya aplicación sustituya la función cardiorrespiratoria hasta conseguir la recuperación del pulso espontáneo y la perfusión de todos los órganos.

    Para el propósito de estas guías, se utilizarán los siguientes términos según la edad:

    • Neonatos: desde el nacimiento hasta el alta hospitalaria.
    • Lactantes: menores de un año.
    • Niños: niños entre un año de edad y la pubertad (definida como desarrollo mamario en las mujeres y la presencia de vello axilar en los varones).
    • Adultos: púberes y mayores.

    A diferencia de los adultos, en quienes lo más frecuente es la parada cardiaca primaria, la parada cardiorrespiratoria en niños se produce generalmente por hipoxia progresiva y acidosis, como resultado de fracaso respiratorio y/o shock. En esta situación, el ritmo que suele verse es una bradicardia que progresa hasta una asistolia o una actividad eléctrica sin pulso. Las causas de fracaso respiratorio y shock en esta edad incluyen los accidentes, el síndrome de muerte súbita del lactante, anomalías cardiovasculares, insuficiencia respiratoria y sepsis (López-Herce J, 2005).

    La parada cardiaca debida a fibrilación ventricular (FV) o taquicardia ventricular sin pulso (TVSP) ocurre hasta en el 18% de todas las paradas cardiacas prehospitalarias, pero es menos frecuente como ritmo de presentación en niños menores de 8 años (Meyer L, 2012; Smith BT, 2006). Las condiciones predisponentes incluyen la miocardiopatía hipertrófica, el origen anómalo de la coronaria, el síndrome de QT largo, la miocarditis, las intoxicaciones (antidepresivos tricíclicos, digoxina, cocaína, etc.) y la conmoción cardiaca.

    La supervivencia al alta de los niños que tienen una parada cardiorrespiratoria extrahospitalaria es de aproximadamente 3-10% en los menores de 1 año y de 9-19% de los niños de 1 a 19 años (Young KD, 2004; Herlitz J, 2005; Atkins DL, 2009; Sutton RM, 2015).

    La supervivencia es mayor en todos los grupos de edad que reciben reanimación cardiopulmonar precoz tras una parada cardiorrespiratoria presenciada, son desfibrilados (DEA) y su ritmo cardiaco inicial es una FV o TVSP (Naim MY, 2017; Goto Y, 2016).

    La supervivencia aguda es muy superior en las paradas intrahospitalarias (hasta un 78%), con supervivencias al alta de 39-65% (Gupta P, 2014).

    La prevención de la parada cardiorrespiratoria es la intervención que más vidas puede salvar. Para ello se puede actuar a varios niveles: en la prevención del síndrome de muerte súbita del lactante, de los accidentes en el domicilio o alrededores y lugares públicos, y conociendo los signos que indican una parada cardiorrespiratoria inminente en los niños de riesgo, ya que un porcentaje de los niños que presentan una parada lo hacen tras un periodo de descompensación clínica (tabla 1).

    Tabla 1. Signos de riesgo inminente de parada cardiorrespiratoria.
    Fallo respiratorio
    • Frecuencia demasiado alta.
    • Trabajo respiratorio exagerado o signos de agotamiento.
    • Cianosis.
    • Respiración superficial.
    • Ruidos respiratorios: estridor, sibilancias.
    Fallo circulatorio
    • Taquicardia/bradicardia.
    • Mala perfusión periférica.
    • Pulsos débiles.
    • Oliguria.
    Alteraciones neurológicas
    • Disminución del nivel de conciencia.

    Reanimación cardiopulmonar básica

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    Desfibrilador externo automático/semiautomático (DEA)

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    Obstrucción de la vía aérea por cuerpo extraño

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    Bibliografía

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    Más en la red

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    Autoras

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    Conflicto de intereses
    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

    Reanimación cardiopulmonar básica en pediatría

    Fecha de revisión: 12/07/2019
    • Guía
    Índice de contenidos

    ¿De qué hablamos?


    Parada cardiorrespiratoria (PCR): interrupción brusca, inesperada y potencialmente reversible de la actividad mecánica del corazón, determinada por la imposibilidad de palpar el pulso central y detectar la respiración espontánea.

    Reanimación cardiopulmonar: conjunto de medidas que permiten establecer si un paciente se encuentra en situación de PCR o en riesgo inmediato de entrar en ella, y cuya aplicación sustituya la función cardiorrespiratoria hasta conseguir la recuperación del pulso espontáneo y la perfusión de todos los órganos.

    Para el propósito de estas guías, se utilizarán los siguientes términos según la edad:

    • Neonatos: desde el nacimiento hasta el alta hospitalaria.
    • Lactantes: menores de un año.
    • Niños: niños entre un año de edad y la pubertad (definida como desarrollo mamario en las mujeres y la presencia de vello axilar en los varones).
    • Adultos: púberes y mayores.

    A diferencia de los adultos, en quienes lo más frecuente es la parada cardiaca primaria, la parada cardiorrespiratoria en niños se produce generalmente por hipoxia progresiva y acidosis, como resultado de fracaso respiratorio y/o shock. En esta situación, el ritmo que suele verse es una bradicardia que progresa hasta una asistolia o una actividad eléctrica sin pulso. Las causas de fracaso respiratorio y shock en esta edad incluyen los accidentes, el síndrome de muerte súbita del lactante, anomalías cardiovasculares, insuficiencia respiratoria y sepsis (López-Herce J, 2005).

    La parada cardiaca debida a fibrilación ventricular (FV) o taquicardia ventricular sin pulso (TVSP) ocurre hasta en el 18% de todas las paradas cardiacas prehospitalarias, pero es menos frecuente como ritmo de presentación en niños menores de 8 años (Meyer L, 2012; Smith BT, 2006). Las condiciones predisponentes incluyen la miocardiopatía hipertrófica, el origen anómalo de la coronaria, el síndrome de QT largo, la miocarditis, las intoxicaciones (antidepresivos tricíclicos, digoxina, cocaína, etc.) y la conmoción cardiaca.

    La supervivencia al alta de los niños que tienen una parada cardiorrespiratoria extrahospitalaria es de aproximadamente 3-10% en los menores de 1 año y de 9-19% de los niños de 1 a 19 años (Young KD, 2004; Herlitz J, 2005; Atkins DL, 2009; Sutton RM, 2015).

    La supervivencia es mayor en todos los grupos de edad que reciben reanimación cardiopulmonar precoz tras una parada cardiorrespiratoria presenciada, son desfibrilados (DEA) y su ritmo cardiaco inicial es una FV o TVSP (Naim MY, 2017; Goto Y, 2016).

    La supervivencia aguda es muy superior en las paradas intrahospitalarias (hasta un 78%), con supervivencias al alta de 39-65% (Gupta P, 2014).

    La prevención de la parada cardiorrespiratoria es la intervención que más vidas puede salvar. Para ello se puede actuar a varios niveles: en la prevención del síndrome de muerte súbita del lactante, de los accidentes en el domicilio o alrededores y lugares públicos, y conociendo los signos que indican una parada cardiorrespiratoria inminente en los niños de riesgo, ya que un porcentaje de los niños que presentan una parada lo hacen tras un periodo de descompensación clínica (tabla 1).

    Tabla 1. Signos de riesgo inminente de parada cardiorrespiratoria.
    Fallo respiratorio
    • Frecuencia demasiado alta.
    • Trabajo respiratorio exagerado o signos de agotamiento.
    • Cianosis.
    • Respiración superficial.
    • Ruidos respiratorios: estridor, sibilancias.
    Fallo circulatorio
    • Taquicardia/bradicardia.
    • Mala perfusión periférica.
    • Pulsos débiles.
    • Oliguria.
    Alteraciones neurológicas
    • Disminución del nivel de conciencia.

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    Conflicto de intereses
    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

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    Fecha de revisión: 12/07/2019

    ¿De qué hablamos?


    Parada cardiorrespiratoria (PCR): interrupción brusca, inesperada y potencialmente reversible de la actividad mecánica del corazón, determinada por la imposibilidad de palpar el pulso central y detectar la respiración espontánea.

    Reanimación cardiopulmonar: conjunto de medidas que permiten establecer si un paciente se encuentra en situación de PCR o en riesgo inmediato de entrar en ella, y cuya aplicación sustituya la función cardiorrespiratoria hasta conseguir la recuperación del pulso espontáneo y la perfusión de todos los órganos.

    Para el propósito de estas guías, se utilizarán los siguientes términos según la edad:

    • Neonatos: desde el nacimiento hasta el alta hospitalaria.
    • Lactantes: menores de un año.
    • Niños: niños entre un año de edad y la pubertad (definida como desarrollo mamario en las mujeres y la presencia de vello axilar en los varones).
    • Adultos: púberes y mayores.

    A diferencia de los adultos, en quienes lo más frecuente es la parada cardiaca primaria, la parada cardiorrespiratoria en niños se produce generalmente por hipoxia progresiva y acidosis, como resultado de fracaso respiratorio y/o shock. En esta situación, el ritmo que suele verse es una bradicardia que progresa hasta una asistolia o una actividad eléctrica sin pulso. Las causas de fracaso respiratorio y shock en esta edad incluyen los accidentes, el síndrome de muerte súbita del lactante, anomalías cardiovasculares, insuficiencia respiratoria y sepsis (López-Herce J, 2005).

    La parada cardiaca debida a fibrilación ventricular (FV) o taquicardia ventricular sin pulso (TVSP) ocurre hasta en el 18% de todas las paradas cardiacas prehospitalarias, pero es menos frecuente como ritmo de presentación en niños menores de 8 años (Meyer L, 2012; Smith BT, 2006). Las condiciones predisponentes incluyen la miocardiopatía hipertrófica, el origen anómalo de la coronaria, el síndrome de QT largo, la miocarditis, las intoxicaciones (antidepresivos tricíclicos, digoxina, cocaína, etc.) y la conmoción cardiaca.

    La supervivencia al alta de los niños que tienen una parada cardiorrespiratoria extrahospitalaria es de aproximadamente 3-10% en los menores de 1 año y de 9-19% de los niños de 1 a 19 años (Young KD, 2004; Herlitz J, 2005; Atkins DL, 2009; Sutton RM, 2015).

    La supervivencia es mayor en todos los grupos de edad que reciben reanimación cardiopulmonar precoz tras una parada cardiorrespiratoria presenciada, son desfibrilados (DEA) y su ritmo cardiaco inicial es una FV o TVSP (Naim MY, 2017; Goto Y, 2016).

    La supervivencia aguda es muy superior en las paradas intrahospitalarias (hasta un 78%), con supervivencias al alta de 39-65% (Gupta P, 2014).

    La prevención de la parada cardiorrespiratoria es la intervención que más vidas puede salvar. Para ello se puede actuar a varios niveles: en la prevención del síndrome de muerte súbita del lactante, de los accidentes en el domicilio o alrededores y lugares públicos, y conociendo los signos que indican una parada cardiorrespiratoria inminente en los niños de riesgo, ya que un porcentaje de los niños que presentan una parada lo hacen tras un periodo de descompensación clínica (tabla 1).

    Tabla 1. Signos de riesgo inminente de parada cardiorrespiratoria.
    Fallo respiratorio
    • Frecuencia demasiado alta.
    • Trabajo respiratorio exagerado o signos de agotamiento.
    • Cianosis.
    • Respiración superficial.
    • Ruidos respiratorios: estridor, sibilancias.
    Fallo circulatorio
    • Taquicardia/bradicardia.
    • Mala perfusión periférica.
    • Pulsos débiles.
    • Oliguria.
    Alteraciones neurológicas
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    © Descargado el 28/03/2024 10:27:05 Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright © . Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.

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