Insuficiencia venosa crónica
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¿De qué hablamos?
Las venas de los miembros inferiores son las responsables de que la sangre ascienda hasta el corazón en cantidad adecuada a las necesidades de drenaje de los tejidos, termorregulación y reserva hemodinámica, para lo cual precisa de la existencia de vías venosas y de bombas que permitan la movilización de este flujo (Juan Samsó J, 2002).
Hay dos sistemas venosos diferenciados en las extremidades inferiores: el superficial (SVS) y el profundo (SVP), unidos por las venas perforantes o comunicantes. Las venas del sistema superficial tienen unas paredes más finas, están rodeadas por tejidos fácilmente distensibles, se distribuyen en forma de red y presentan una gran variabilidad individual en la localización. El sistema profundo, alberga el 90% de la sangre venosa de los miembros inferiores, presenta paredes más gruesas y con menor capacidad de distensión. Disponen de un sistema de válvulas semilunares enfrentadas, de modo que el flujo sanguíneo va en dirección ascendente y centrípeta (del SVS a SVP). Además, para que la sangre se mueva en contra de la gravedad, la contracción muscular actúa como una bomba exprimiendo las venas a las que rodean (Feied C, 2002).
La insuficiencia venosa crónica (IVC) es un estado de dificultad para el retorno venoso, con independencia de la postura y la actividad, pero más notorio en una bipedestación inmóvil, y en el que la sangre venosa fluye en sentido opuesto a la normalidad (desde el SVP al SVS).
Las varices son venas que presentan dilataciones permanentes y patológicas, con alargamiento y flexuosidades. Aparecen mayoritariamente en los miembros inferiores.
La IVC es la enfermedad vascular más frecuente, hasta el 71% de los pacientes que acuden a la consulta del médico de familia presentan algún signo o síntoma compatible con IVC, el 17% en los estadios más avanzados de la enfermedad con cambios tróficos cutáneos (Álvarez-Fernández LJ, 2008), siendo 5 veces más frecuente en la mujer (Díaz Sánchez S, 2001). A partir de datos registrados en historias clínicas electrónicas del Sistema d'Informació per al desenvolupament de la Investigació en Atenció Primària (SIDIAP) de Catalunya (Fábregas Escurriola M, 2014) la prevalencia fue de 5,89% (2,56% hombres, 9,11% mujeres); con una media entre 87-117 pacientes con 9-13 casos nuevos/año para un cupo medio de 2.000 pacientes asignados mayores de 14 años. La prevalencia de las úlceras venosas en nuestro entorno se encuentra alrededor de un 0,3% de la población adulta.
¿Cómo se forman y cuáles son los factores de riesgo?
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¿Cómo se manifiesta?
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¿Cómo se diagnostica?
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¿Cómo se trata?
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Bibliografía
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Autores
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Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
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