Fisterra

    Disminución de la agudeza visual

    ¿De qué hablamos?


    La disminución de la agudeza visual (AV) es un síntoma muy común en numerosos problemas oftalmológicos. Puede tener su origen en cualquier punto del sistema visual, por lo que puede ser debida a errores de refracción, ptosis palpebral, opacidades en medios oculares (edema corneal, cataratas, hemorragia en el cuerpo vítreo o humor acuoso), mal funcionamiento de retina (mácula), nervio óptico o vía visual intracraneal. Puede presentarse en cualquier edad a lo largo de la vida y el paciente varía la forma de describirla, desde sensación de niebla, borrosidad, una cortina que resta visión, una mancha negra o hasta una pérdida de visión completa o amaurosis. Puede aparecer de forma repentina o progresiva, su duración puede ser transitoria (incluso segundos) o permanente, puede ser unilateral o bilateral, e ir acompañada o no de otros síntomas oculares y sistémicos.

    La AV puede definirse como el objeto más pequeño que una persona puede ver a una distancia determinada. Se expresa como una fracción, como un porcentaje o como un valor decimal. Así, la visión normal se define como la capacidad de ver a 6 m (20 pies) lo que una persona sana ve a dicha distancia (20/20, 1 o 100%). La AV habitual de un ojo sano está dentro de un rango que va del 80% (0,8) al 120% o 1,2 (Graue Wiechers D, 2015).

    La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica la deficiencia visual basándose en la agudeza visual del ojo que mejor ve en: deficiencia visual leve, peor que 6/12; deficiencia visual moderada, peor que 6/18; deficiencia visual grave, peor que 6/60; ceguera, peor que 3/60; deficiencia visual de cerca, peor que N6 o 0,8 m a 40 cm. La discapacidad visual se refiere a las deficiencias, limitaciones y restricciones a las que se enfrenta una persona que tiene una enfermedad ocular al interactuar con su entorno físico, social o actitudinal. Comúnmente se reagrupan la discapacidad visual moderada y la discapacidad visual grave bajo el término «baja visión». La baja visión y la ceguera representan conjuntamente el total de casos de discapacidad visual (OMS, 2020). Sin embargo, actualmente no existe una clasificación internacional estandarizada que determine el nivel de baja visión y de ceguera legal. Su límite lo define la medida de la AV y ésta es diferente en cada país. En España, las definiciones de baja visión y ceguera legales se rigen por los límites de AV definidos por la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE) (ONCE, 2017):

    • Baja visión: es la condición visual que padece una persona cuando tras la mejor corrección óptica, la agudeza visual es menor de 0,3 en el mejor de los ojos, o un campo visual inferior a 20°.
    • Ceguera: se refiere a condiciones caracterizadas por una limitación total o muy seria de la función visual, con AV <0,10 en el mejor de los ojos o campo visual de 10º o menor (pueden ser capaces de distinguir entre luz y oscuridad, pero no la forma de los objetos).

    No se conoce con precisión el número total de personas que tienen deficiencia visual en todo el mundo. No obstante, se puede estimar que al menos 2.200 millones de personas en el mundo tienen deficiencia visual o ceguera (Bourne RRA, 2017; Flaxman SR, 2017; Fricke TR, 2018; OMS, 2020). En España, entre la población adulta, la prevalencia de baja visión es de 1,89% (1,36% en hombres y 2,40% en mujeres) y la de ceguera es del 0,17% (0,16% en hombres y 0,18% en mujeres) (Rius A, 2014).

    Las principales patologías oculares que pueden causar discapacidad visual en la población española adulta son: retinopatía diabética (RD), glaucoma, degeneración macular asociada a la edad (DMAE), miopía magna, cataratas, retinosis pigmentaria (RP) y desprendimiento de retina (Guisasola L, 2013; Gómez-Ulla de Irazazábal F, 2012; Coco Martín B, 2015). Sin embargo, teniendo en cuenta que estamos ante una situación de envejecimiento poblacional, con el consiguiente aumento de enfermedades crónicas, se prevé un mayor número de casos de discapacidad visual, siendo esperable que, en España, las patologías que experimentarán un mayor crecimiento en un futuro serán la DMAE, RD y catarata (Garin N, 2014).

    ¿Cómo se diagnostica?

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    ¿Cuál es su etiología?

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    ¿Es recomendable el cribado de la disminución de la AV?

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    ¿Cómo se evalúa la incapacidad laboral por pérdida de visión?

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    ¿Cuándo derivar al oftalmólogo?

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    Bibliografía

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    Más en la red

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    Autores

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    Conflicto de intereses
    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

    Disminución de la agudeza visual

    Fecha de revisión: 25/04/2022
    • Guía
    Índice de contenidos

    ¿De qué hablamos?


    La disminución de la agudeza visual (AV) es un síntoma muy común en numerosos problemas oftalmológicos. Puede tener su origen en cualquier punto del sistema visual, por lo que puede ser debida a errores de refracción, ptosis palpebral, opacidades en medios oculares (edema corneal, cataratas, hemorragia en el cuerpo vítreo o humor acuoso), mal funcionamiento de retina (mácula), nervio óptico o vía visual intracraneal. Puede presentarse en cualquier edad a lo largo de la vida y el paciente varía la forma de describirla, desde sensación de niebla, borrosidad, una cortina que resta visión, una mancha negra o hasta una pérdida de visión completa o amaurosis. Puede aparecer de forma repentina o progresiva, su duración puede ser transitoria (incluso segundos) o permanente, puede ser unilateral o bilateral, e ir acompañada o no de otros síntomas oculares y sistémicos.

    La AV puede definirse como el objeto más pequeño que una persona puede ver a una distancia determinada. Se expresa como una fracción, como un porcentaje o como un valor decimal. Así, la visión normal se define como la capacidad de ver a 6 m (20 pies) lo que una persona sana ve a dicha distancia (20/20, 1 o 100%). La AV habitual de un ojo sano está dentro de un rango que va del 80% (0,8) al 120% o 1,2 (Graue Wiechers D, 2015).

    La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica la deficiencia visual basándose en la agudeza visual del ojo que mejor ve en: deficiencia visual leve, peor que 6/12; deficiencia visual moderada, peor que 6/18; deficiencia visual grave, peor que 6/60; ceguera, peor que 3/60; deficiencia visual de cerca, peor que N6 o 0,8 m a 40 cm. La discapacidad visual se refiere a las deficiencias, limitaciones y restricciones a las que se enfrenta una persona que tiene una enfermedad ocular al interactuar con su entorno físico, social o actitudinal. Comúnmente se reagrupan la discapacidad visual moderada y la discapacidad visual grave bajo el término «baja visión». La baja visión y la ceguera representan conjuntamente el total de casos de discapacidad visual (OMS, 2020). Sin embargo, actualmente no existe una clasificación internacional estandarizada que determine el nivel de baja visión y de ceguera legal. Su límite lo define la medida de la AV y ésta es diferente en cada país. En España, las definiciones de baja visión y ceguera legales se rigen por los límites de AV definidos por la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE) (ONCE, 2017):

    • Baja visión: es la condición visual que padece una persona cuando tras la mejor corrección óptica, la agudeza visual es menor de 0,3 en el mejor de los ojos, o un campo visual inferior a 20°.
    • Ceguera: se refiere a condiciones caracterizadas por una limitación total o muy seria de la función visual, con AV <0,10 en el mejor de los ojos o campo visual de 10º o menor (pueden ser capaces de distinguir entre luz y oscuridad, pero no la forma de los objetos).

    No se conoce con precisión el número total de personas que tienen deficiencia visual en todo el mundo. No obstante, se puede estimar que al menos 2.200 millones de personas en el mundo tienen deficiencia visual o ceguera (Bourne RRA, 2017; Flaxman SR, 2017; Fricke TR, 2018; OMS, 2020). En España, entre la población adulta, la prevalencia de baja visión es de 1,89% (1,36% en hombres y 2,40% en mujeres) y la de ceguera es del 0,17% (0,16% en hombres y 0,18% en mujeres) (Rius A, 2014).

    Las principales patologías oculares que pueden causar discapacidad visual en la población española adulta son: retinopatía diabética (RD), glaucoma, degeneración macular asociada a la edad (DMAE), miopía magna, cataratas, retinosis pigmentaria (RP) y desprendimiento de retina (Guisasola L, 2013; Gómez-Ulla de Irazazábal F, 2012; Coco Martín B, 2015). Sin embargo, teniendo en cuenta que estamos ante una situación de envejecimiento poblacional, con el consiguiente aumento de enfermedades crónicas, se prevé un mayor número de casos de discapacidad visual, siendo esperable que, en España, las patologías que experimentarán un mayor crecimiento en un futuro serán la DMAE, RD y catarata (Garin N, 2014).

    ¿Cómo se diagnostica?

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    Bibliografía

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    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

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    Fecha de revisión: 25/04/2022

    ¿De qué hablamos?


    La disminución de la agudeza visual (AV) es un síntoma muy común en numerosos problemas oftalmológicos. Puede tener su origen en cualquier punto del sistema visual, por lo que puede ser debida a errores de refracción, ptosis palpebral, opacidades en medios oculares (edema corneal, cataratas, hemorragia en el cuerpo vítreo o humor acuoso), mal funcionamiento de retina (mácula), nervio óptico o vía visual intracraneal. Puede presentarse en cualquier edad a lo largo de la vida y el paciente varía la forma de describirla, desde sensación de niebla, borrosidad, una cortina que resta visión, una mancha negra o hasta una pérdida de visión completa o amaurosis. Puede aparecer de forma repentina o progresiva, su duración puede ser transitoria (incluso segundos) o permanente, puede ser unilateral o bilateral, e ir acompañada o no de otros síntomas oculares y sistémicos.

    La AV puede definirse como el objeto más pequeño que una persona puede ver a una distancia determinada. Se expresa como una fracción, como un porcentaje o como un valor decimal. Así, la visión normal se define como la capacidad de ver a 6 m (20 pies) lo que una persona sana ve a dicha distancia (20/20, 1 o 100%). La AV habitual de un ojo sano está dentro de un rango que va del 80% (0,8) al 120% o 1,2 (Graue Wiechers D, 2015).

    La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica la deficiencia visual basándose en la agudeza visual del ojo que mejor ve en: deficiencia visual leve, peor que 6/12; deficiencia visual moderada, peor que 6/18; deficiencia visual grave, peor que 6/60; ceguera, peor que 3/60; deficiencia visual de cerca, peor que N6 o 0,8 m a 40 cm. La discapacidad visual se refiere a las deficiencias, limitaciones y restricciones a las que se enfrenta una persona que tiene una enfermedad ocular al interactuar con su entorno físico, social o actitudinal. Comúnmente se reagrupan la discapacidad visual moderada y la discapacidad visual grave bajo el término «baja visión». La baja visión y la ceguera representan conjuntamente el total de casos de discapacidad visual (OMS, 2020). Sin embargo, actualmente no existe una clasificación internacional estandarizada que determine el nivel de baja visión y de ceguera legal. Su límite lo define la medida de la AV y ésta es diferente en cada país. En España, las definiciones de baja visión y ceguera legales se rigen por los límites de AV definidos por la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE) (ONCE, 2017):

    • Baja visión: es la condición visual que padece una persona cuando tras la mejor corrección óptica, la agudeza visual es menor de 0,3 en el mejor de los ojos, o un campo visual inferior a 20°.
    • Ceguera: se refiere a condiciones caracterizadas por una limitación total o muy seria de la función visual, con AV <0,10 en el mejor de los ojos o campo visual de 10º o menor (pueden ser capaces de distinguir entre luz y oscuridad, pero no la forma de los objetos).

    No se conoce con precisión el número total de personas que tienen deficiencia visual en todo el mundo. No obstante, se puede estimar que al menos 2.200 millones de personas en el mundo tienen deficiencia visual o ceguera (Bourne RRA, 2017; Flaxman SR, 2017; Fricke TR, 2018; OMS, 2020). En España, entre la población adulta, la prevalencia de baja visión es de 1,89% (1,36% en hombres y 2,40% en mujeres) y la de ceguera es del 0,17% (0,16% en hombres y 0,18% en mujeres) (Rius A, 2014).

    Las principales patologías oculares que pueden causar discapacidad visual en la población española adulta son: retinopatía diabética (RD), glaucoma, degeneración macular asociada a la edad (DMAE), miopía magna, cataratas, retinosis pigmentaria (RP) y desprendimiento de retina (Guisasola L, 2013; Gómez-Ulla de Irazazábal F, 2012; Coco Martín B, 2015). Sin embargo, teniendo en cuenta que estamos ante una situación de envejecimiento poblacional, con el consiguiente aumento de enfermedades crónicas, se prevé un mayor número de casos de discapacidad visual, siendo esperable que, en España, las patologías que experimentarán un mayor crecimiento en un futuro serán la DMAE, RD y catarata (Garin N, 2014).

    ¿Cómo se diagnostica?

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    ¿Cuál es su etiología?

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