Anestesia en cirugía menor
Fecha de la última revisión: 22/07/2019¿De qué hablamos?
La anestesia local consiste en la pérdida de la sensación dolorosa que se produce por la inhibición del impulso nervioso en las terminaciones nerviosas (o en los troncos nerviosos periféricos o en las raíces espinales, cuando se realizan bloqueos).
Procedimientos como la cirugía menor, la sutura de heridas, la punción lumbar o la inserción de catéteres vasculares son prácticas clínicas comunes que causan dolor y angustia. El dolor de estos procedimientos se elimina con la infiltración de anestésicos locales (AL). En algunas circunstancias (niños, reparación de laceraciones complejas), en lugar de la infiltración, se necesitan bloqueos anestésicos regionales o incluso de sedación.
Los nervios trasmiten sus impulsos por un mecanismo químico y eléctrico. Un estímulo externo provoca un impulso nervioso que se denomina potencial de acción (proceso en el que se produce la entrada de sodio y salida de potasio en la célula nerviosa). La interrupción del impulso que provocan los AL se realiza por el bloqueo de los canales de sodio (de forma reversible), lo cual impide la despolarización de las fibras nerviosas (axones) que transmiten las señales de dolor (Butterworth JF, 2019; Malamed SF, 2013; Tetzlaff JE, 2000).
La membrana celular (estructura lipoproteica con polo externo hidrofílico y polo interno hidrofóbico) que rodea los axones es la pieza más importante que condiciona la conducción nerviosa. Existen determinadas categorías de fibras nerviosas (A, B, C) que de acuerdo a los diferentes tipos de composición de la mielina y del tamaño tienen una función específica (motora, propioceptiva, táctil, dolor, temperatura, vasoconstricción, etc.) y una velocidad de conducción determinada (tabla 1). Estas peculiaridades, junto con otras que veremos más adelante, van a limitar el tipo, la intensidad y la velocidad de la anestesia, así como los tipos de AL a utilizar y en qué cantidad y concentración (Arribas JM, 2006; Hsu DC, 2018; Tetzlaff JE, 2000).
Tabla 1. Clasificación de las fibras nerviosas. | |||
Tipo de fibra | Diámetro | Velocidad | Función |
A-alfa | 10-20 µm | 70-120 msg | Motor/propioceptiva |
A-beta | 5-12 µm | 30-70 msg | Presión/tacto |
A-gamma | 4-8 µm | 15-30 msg | Propioceptivo/dolor |
A-delta | 1-4 µm | 12-30 msg | Dolor/temperatura |
B | 1-3 µm | 3-15 msg | Vasoconstricción |
C | 0,5-1 µm | 0,5-2,5 msg | Dolor/temperatura |
Así, los AL bloquean la trasmisión del potencial de acción y por tanto evitan la trasmisión nerviosa específica de dicha fibra anestesiada. La secuencia de anestesia clínica se produciría por este orden (Arribas JM, 2006; Butterworth JF, 2019; Tetzlaff JE, 2000):
- Bloqueo simpático (vasodilatación y aumento de temperatura).
- Pérdida de sensibilidad dolorosa.
- Pérdida propioceptiva y térmica.
- Pérdida de la sensación de tacto-presión.
- Parálisis motora.
Las fibras que trasmiten la sensación dolorosa son relativamente amielínicas en comparación con las fibras aferentes que transmiten sensibilidad táctil o de temperatura y con las fibras que controlan la contracción muscular. Por lo tanto, la infiltración de soluciones diluidas de AL produce alivio del dolor con escasa repercusión del tacto o de la temperatura y sin parálisis muscular en la mayoría de los niños y adultos (Arribas JM, 2006). Sin embargo, debido a que las vainas de mielina en el sistema nervioso de los recién nacidos y lactantes no están completamente desarrolladas, incluso soluciones diluidas de AL tienen potencial para producir parálisis muscular y toxicidad central (Butterworth JF, 2019; Warren L, 2019; Yaster M, 2003).
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Autores
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José María Arribas Blanco | Médico Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria; Profesor de Medicina (1) | |
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Belén Chavero Méndez | Médico Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria (2) | |
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María Alvargonzález Arrancudiaga | Médico Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria (2) | |
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Wafa Elgeadi Saleh | Médico Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria (2) |
(1) Centro de Salud Universitario “Cerro del Aire” de Majadahonda (Madrid); Universidad Autónoma de Madrid. España. (2) Servicio Madrileño de Salud. Madrid. España. |
Conflicto de intereses: Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
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