Manejo de la disfonía o ronquera del adulto
Fecha de la última revisión: 27/03/2019Introducción
La disfonía o ronquera no es una enfermedad, es un síntoma que se manifiesta en forma de una alteración de nuestra voz. Aunque puede estar relacionada con cualquiera de los órganos que intervienen en la producción de la voz (laringe, aparato respiratorio, faringe, cavidad nasal y cavidad oral), en general está asociada con enfermedades de la laringe, y más concretamente, de las cuerdas vocales.
Las cuerdas vocales son dos pliegues de músculo liso cubiertos por una capa mucosa. Se encuentran una frente a la otra, en el interior de la laringe, justo por detrás de la nuez de Adán. Son las encargadas de producir la voz a través de su vibración. Cuando estamos respirando en silencio, las cuerdas vocales están abiertas. Al hablar se juntan, vibran con el paso del aire y producen ondas sonoras que se transmiten a las cavidades resonantes (garganta, nariz y boca), donde suena nuestra voz (Fig.1).
Figura 1. Funcionamiento de las cuerdas vocales.
El tamaño y la forma de nuestras cuerdas vocales y cavidades resonantes determinan la calidad de nuestra voz: su timbre, volumen y tono. Por esta razón, la voz de cada persona es diferente y única, como nuestras huellas dactilares.
La disfonía es una manifestación muy común que afecta hasta a un tercio de la población general en algún momento de su vida. Una de cada 13 personas presenta un trastorno de la voz y puede llegar a afectar hasta al 75% de las personas que utilizan la voz para trabajar, como docentes o cantantes.
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