Antineoplásico, inhibidor selectivo de la fosfatidilinositol 3-cinasa (PI3K), cuya actividad está potenciada en las neoplasias de linfocitos B. Su mecanismo de acción innovador le confiere un papel relevante como tratamiento de segunda línea en la leucemia linfocítica crónica, especialmente en pacientes de alto riesgo y con comorbilidades múltiples.
En pacientes con leucemia linfocítica crónica, asociado a rituximab, ha demostrado una notable superioridad respecto a placebo, tanto en supervivencia sin progresión como supervivencia global y tasa de respuesta objetiva (75 vs 15%), incluso en pacientes con mutaciones del 17p y/o TP53, IGHV no mutado o mayores de 65 años (Furman et al, NEJM 2014). [element_ref id=2865]Ibrutinib[/element_ref] e idelalisib se consideran opciones similares.
En pacientes con linfoma no Hodgkin los datos son también contundentes, aunque proceden de un estudio abierto de fase 2 sin comparador, con una tasa de respuesta global del 57% (54% en linfoma folicular) y una mediana de supervivencia sin progresión de 11 meses (8,5 en linfoma folicular) (Gopal et al, NEJM 2014).
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