El síndrome de Gilbert es una forma leve de hiperbilirrubinemia no conjugada, y la más frecuente. También se ha denominado “disfunción hepática constitucional” o “ictericia familiar no hemolítica”. Se produce por una disminución en la capacidad de metabolizar la bilirrubina indirecta con el ácido glucorónico para formar bilirrubina "conjugada" o directa en el hígado, para que así sea hidrosoluble y excretada por la bilis. Aunque suelen ser casos aislados, se ha observado agregación familiar (Fretzayas A, 2012).
La enzima que conjuga la bilirrubina se llama glucuronosiltransferasa (UGT) y su producción se regula por un promotor. Dicho promotor presenta un defecto genético que provoca una menor producción de esta enzima. En el síndrome de Gilbert se encuentra reducida a un 30% del valor normal, según análisis de muestras obtenidas por punción-biopsia hepática. En este síndrome, que se hereda de forma autosómica recesiva, el defecto genético es una inserción de un par de bases extras en el promotor (TATAA box) del gen que codifica la enzima UGT localizado en el cromosoma 2, sin presentar mutación en la secuencia de la región codificante. Se observa A(TA)7TTA en lugar de la configuración normal A(TA)6TAA (Bosma PJ, 1995; Radlovic N, 2014). Aunque hay una frecuencia relativamente alta de esta mutación en la población sana (40%), tan sólo presentan la enfermedad un número bajo de individuos (3-10%) (Radu P, 2001). Esto se explica por una penetrancia incompleta de este síndrome. Es una patología más frecuente en varones, del 12,4% frente al 4,8% de mujeres (Rasool A, 2015). También los niveles séricos de la bilirrubina no conjugada son mayores en los hombres (Ullrich D, 1987).
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