Existe la percepción de que las medidas de evitación de numerosos desencadenantes de asma, tanto ambientales como los relacionados con la dieta u otros, podría prevenir la aparición de asma, mejorarla y disminuir los requerimientos de medicación. Sin embargo, con frecuencia la evidencia acerca de la efectividad de las medidas no farmacológicas en la prevención de asma es débil y se requiere más investigación para obtener conclusiones definitivas (SIGN, 2011). No obstante, en aspectos como el humo del tabaco o las medidas de evitación de ácaros, la evidencia es bastante concluyente.
Al hablar de prevención de asma es importante distinguir entre (SIGN, 2011):
Prevención primaria: intervenciones introducidas antes del inicio de la enfermedad y diseñadas para disminuir su incidencia. La evidencia de estas intervenciones se basa sobre todo en estudios observacionales y, con frecuencia, es difícil de establecer si realmente los efectos observados pueden ser atribuidos a la intervención.
Prevención secundaria: intervenciones introducidas después del inicio de la enfermedad y encaminadas a disminuir su impacto.
Para ver el texto completo de este documento debe de estar suscrito a Fisterra.com
Suscríbase
¿Todavía no está suscrito? Estas son sus opciones:
Suscríbase para tener acceso ilimitado a Fisterra.com