Consiste en una solución de continuidad de la pared del esófago, que puede provocar paso del contenido al mediastino y mediastinitis. Es una patología poco frecuente (3,1 por 1.000.000/año) pero potencialmente grave con un índice de mortalidad del 15-30% especialmente por complicaciones sépticas (Cheynel N, 2003).
La causa más frecuente es iatrogénica por procedimientos instrumentales tanto diagnósticos como intervencionistas con 1 cada 2.500/11.000 procedimientos (endoscopias, sonda nasogástrica, intubación traumática, ecografía transesofágica) o cirugía periesofágica (Chirica M, 2010; ASGE Standards of Practice Committee, 2012). Otros motivos son los vómitos (síndrome Boerhaave: se trata de una rotura espontánea del esófago habitualmente a nivel del tercio inferior próximo a la unión gastroesofágica, provocada por un aumento súbito de la presión intratorácica en relación con el esfuerzo del vómito. Es más frecuente en varones de 40-60 años en la mayoría de las ocasiones sin patología esofágica previa. La mortalidad oscila entre el 20-40%) (De Schipper JP, 2009).
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