Las mordeduras de animales constituyen una causa importante de morbilidad y mortalidad en todo el mundo, de modo que se convierten en un problema para la salud, tanto para adultos, como para niños en todo el mundo. Compartiendo personas y animales zonas de hábitat y tránsito, dichos accidentes se producen con relativa frecuencia. Los animales más implicados son los perros con un 80% de los incidentes, mientras que los gatos ascienden a un 5-18% (Barcones Minguela F, 2010). Un porcentaje mucho menor lo causan murciélagos, cerdos, caballos, ratas, animales exóticos o salvajes.
No existen estimaciones mundiales de la incidencia de las mordeduras de perro, pero sí se indica su elevada frecuencia (OMS, 2013). En porcentajes, son los niños menores de 14 años los más afectados por este problema, revistiendo mayor gravedad, dado que por su escasa estatura presentan no pocas veces mordeduras en cara y cuello. En algunos países se describe una mayor incidencia en pacientes varones.
Las heridas de perro se infectan en un 15-20%, mientras que en los gatos alcanza un porcentaje superior al 50%. Contribuyen poco los microorganismos presentes en la piel y superficies de la mucosa del agredido, son los gérmenes de la flora bacteriana habitual de la boca del animal los causantes. Los gérmenes de las mordeduras de gato y perro más probables son: Pasteurella sp., S. aureus, anaerobios, Capnocytophaga sp., Moraxella sp., Corynobacterium sp., Neisseria sp. Los agentes microbianos de las mordeduras de humanos más frecuentes son los estreptococos, S. aureus, Eikenella corrodens, anaerobios, Haemophilus sp., (Barcones Minguela F, 2010).
Para ver el texto completo de este documento debe de estar suscrito a Fisterra.com
Suscríbase
¿Todavía no está suscrito? Estas son sus opciones:
Suscríbase para tener acceso ilimitado a Fisterra.com