Los virus son los principales causantes de la meningitis aséptica: aquella que cursa con datos clínicos y analíticos de inflamación meníngea y resultados negativos en los cultivos de LCR (Chadwick DR, 2006; Lee BE, 2007).
Se presenta con más frecuencia en los meses de verano, con un curso clínico más leve y benigno que las bacterianas. En muchos casos los pacientes no solicitan asistencia médica al tratarse de cuadros leves y autolimitados: este es el motivo por el que es probable que su incidencia se encuentre infraestimada (Chadwick DR, 2006; Jiménez-Caballero PE, 2011).
En ciertos casos, dependiendo del agente etiológico y de las características del paciente (como lactantes o pacientes inmunodeprimidos) puede ocasionar cuadros graves con secuelas neurológicas y cifras de mortalidad no desdeñables (Rotbart HA, 2000; Romero JR, 2003).
Determinados datos de la anamnesis y el entorno epidemiológico pueden sugerir un agente etiológico específico. Muchas de las meningitis víricas tienen un patrón estacional y geográfico característico. La identificación de una causa vírica específica de meningitis ha demostrado ser beneficioso ya que (Logan SA, 2008):
Aporta información sobre el pronóstico.
Optimiza los cuidados del paciente.
Reduce el uso de antibióticos.
Reduce la duración de la estancia hospitalaria.
Ayuda a prevenir una mayor propagación de la infección.
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