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Lesiones corneales traumáticas

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Índice de contenidos

¿De qué hablamos?
¿Cómo se diagnostican?
¿Cómo se trata?
Erosión corneal recurrente
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Autores

¿De qué hablamos?

Una lesión traumática corneal es cualquier agresión mecánica, química o física que se produce sobre la córnea y puede ocasionar desde lesiones banales hasta lesiones que pueden dejar graves secuelas en el ojo afectado. Según su etiología pueden clasificarse en (Benito Mayoral N, 2006): Traumatismos mecánicos: Erosión corneal. Cuerpo extraño superficial. Traumatismos químicos: causticación por ácidos y álcalis. Traumatismos físicos: Queratitis actínica: la de los soldadores y la relacionada con la exposición solar prolongada. Quemadura térmica. La córnea es una estructura ricamente inervada, por lo que uno de los principales motivos de consulta por ojo doloroso es la patología corneal. Cualquier traumatismo corneal provoca dolor, fotofobia, lagrimeo y blefarospasmo. En las erosiones corneales se pierde la capa epitelial (capa fina superficial) de la córnea, sin que se afecte el estroma (capa gruesa de tejido colágeno) y cursan con lagrimeo, sensación de cuerpo extraño, blefarospasmo y dolor agudo. En la queratitis actínica los síntomas suelen aparecer entre 6 y 10 horas después de la exposición, ocasionando desde una irritación ligera con sensación de cuerpo extraño, hasta dolor intenso, hiperemia, lagrimeo, fotofobia grave, espasmo con edema palpebral y punteado corneal (queratitis punctata). Las quemaduras químicas por ácidos y álcalis pueden producir lesiones de más o menos gravedad, en función de la concentración, del tipo de producto, de la cantidad y de la rapidez de su eliminación. Las quemaduras por álcalis son más graves porque puede penetrar hasta la cámara anterior, mientras que los ácidos suelen producir una quemadura superficial. Las quemaduras químicas leves provocan erosiones corneales, hiperemia subconjuntival, lagrimeo y blefarospasmo. Las quemaduras graves pueden producir isquemia limbar, opacidad corneal y necrosis conjuntival, dando un aspecto característico al ojo denominado “ojo en porcelana”. En las quemaduras térmicas, la acción directa del calor sobre la córnea puede provocar lesiones y síntomas similares a las producidas por los ácidos y álcalis.

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