En el término “hombro doloroso” se incluyen todos los problemas que puedan provocar dolor en el hombro. Su prevalencia en atención primaria oscila entre el 17,2-20%. Salvo en el grupo de edad de 10-29 años, la prevalencia global es mayor en mujeres (Frau-Escales P, 2013) alcanzándose su incidencia máxima en el grupo de edad de 45 a 64 años (Djade CD, 2020). Supone el 7% de las consultas de atención primaria y es el cuarto motivo de consulta entre la patología músculo-esquelética (De Alba Romero C, 2014).
La patología que afecta al hombro viene determinada por su estructura anatómica, que consta de 4 articulaciones: glenohumeral, esternoclavicular, acromioclavicular y escapulotorácica. La articulación glenohumeral (articulación principal del hombro) es una de las de mayor movilidad del organismo humano y con menor apoyo óseo, ya que sólo el 25% de la cabeza humeral contacta directamente con la fosa glenoidea. Intervienen en su correcta funcionalidad las siguientes estructuras musculotendinosas (Hermans J, 2013):
Manguito de los rotadores, que está constituido por 4 músculos: supraespinoso (abductor), infraespinoso (rotador externo), subescapular (rotador interno) y redondo menor (rotador externo), con una inserción en la escápula y otra en el húmero por debajo de la bursa subacromial.
Músculo deltoideo: colabora en la abducción.
Porción larga del bíceps braquial: función flexora del hombro.
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