Durante el embarazo normal se producen una serie de cambios fisiológicos que pueden originar alteraciones en las pruebas de función hepática y que carecen de significado patológico. Estas alteraciones fisiológicas hay que diferenciarlas de las verdaderas enfermedades hepáticas, que aparecen en torno al 3% de los embarazos (Ch’ng CL, 2002) y que producen desde alteraciones bioquímicas leves hasta insuficiencia hepática severa con repercusión en la morbimortalidad materna y fetal (Salmerón J, 2012).
Durante la gestación se produce un aumento del volumen plasmático del 50%, sobre todo durante el 3º trimestre, pero el flujo sanguíneo hepático y el tamaño del hígado no se modifican. La vesícula biliar aumenta de tamaño y su motilidad disminuye, lo que favorece la colestasis (Joshi D, 2010; Salmerón J, 2012). Es frecuente la aparición de arañas vasculares y de eritema palmar debido al hiperestrogenismo del embarazo, signos que suelen desparecer tras el parto (Bacq Y, 2012).
En la tabla 1 se recogen los cambios fisiológicos que pueden experimentar las pruebas hepáticas durante el embarazo. La mayoría de los parámetros bioquímicos permanecen en el rango normal, como las transaminasas, la bilirrubina y el tiempo de protrombina. El colesterol y los triglicéridos están aumentados. La fosfatasa alcalina aumenta sobre todo en el 3º trimestre, por la fosfatasa alcalina placentaria. Existe hipoalbuminemia debido a la hemodilución (Bacq Y, 2012).
Tabla 1. Cambios fisiológicos en las pruebas hepáticas durante el embarazo.
Parámetro
Alteración durante la gestación
Bilirrubina
Sin cambios o ligeramente disminuida
Transaminasas:
GOT, GPT
GGT
Sin cambios
Sin cambios o ligeramente disminuida
Fosfatasa alcalina
Aumenta de 2 a 4 veces valores normales
Albumina
Disminuye
Tiempo de protrombina
Sin cambios
Fibrinógeno
Aumenta
Alfa-feto proteína
Aumenta
Colesterol
Aumenta
Triglicéridos
Aumentan
Hemoglobina
Disminuye en el tercer trimestre
Leucocitos
Aumentan
Dentro del concepto de hepatopatías propias o específicas de la gestación, que se caracterizan por aparecer durante el embarazo y desaparecer tras el parto, se incluyen las siguientes: la hiperemesis gravídica en el primer trimestre, la colestasis intrahepática y la toxemia gravídica a partir del segundo y el síndrome de Hellp y la esteatosis hepática aguda en el tercer trimestre. Pero no hay que olvidar que cualquier hepatopatía aguda (como las hepatitis víricas) puede coincidir y aparecer durante el embarazo, y que la mujer embarazada puede a su vez tener una hepatopatía crónica previa que puede agravarse o no por la gestación (Bellot García P, 2008).
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