Se denomina enfermedad tromboembólica venosa a la entidad clínica constituida por la trombosis venosa profunda y por la embolia pulmonar (Khorana AA, 2009). Se caracteriza por la formación de un trombo que puede suceder a cualquier nivel del sistema venoso, aunque lo más frecuente es que ocurra a nivel del sistema venoso profundo de las extremidades inferiores o a nivel del sistema venoso pulmonar.
El cáncer es un factor de alto riesgo para el desarrollo de tromboembolismo venoso, principalmente en los primeros meses tras el diagnóstico o cuando el paciente presenta enfermedad metastásica diseminada. En muchas ocasiones, la trombosis venosa profunda antecede en meses o años al diagnóstico del cáncer. La enfermedad tromboembólica es una de las causas principales de mortalidad en pacientes con cáncer.
La incidencia de la enfermedad tromboembólica en pacientes con neoplasias oscila entre el 1-8% pudiendo alcanzar hasta el 20% en tumores de alto riesgo (Timp JF, 2013). El tratamiento quimioterápico incrementa el riesgo en 6,5 veces (Lyman GH, 2013) la posibilidad de presentar un episodio tromboembólico, elevándose dicha posibilidad con el aumento del número de factores de riesgo (Kröger K, 2006).
El riesgo de embolismo pulmonar mortal en pacientes con cáncer sometidos a cirugía es tres veces superior al de pacientes sin cáncer sometidos al mismo tipo de intervención. La prevención, así como el diagnóstico y tratamiento precoz de esta enfermedad, es de vital importancia, tanto por su morbilidad como, sobre todo, por la mortalidad que genera, constituyendo la segunda causa de muerte en este grupo de pacientes (Khorana AA, 2007).
Existen diversos factores que justifican el mayor riesgo de tromboembolismo en pacientes con cáncer:
Estado de hipercoagulabilidad por secreción de sustancias procoagulantes.
Compresión y/o invasión tumoral de estructuras vasculares.
Utilización de catéteres venosos centrales.
Terapia hormonal (tamoxifeno) o fármacos quimioterápicos (talidomida, bevacizumab) (Khorana AA, 2009).
El tromboembolismo es más frecuente en los pacientes con cáncer de origen gastrointestinal, pulmonar, cerebral, renal, ovárico, hematológico o en los que presentan enfermedad metastásica diseminada (Lyman GH, 2013). Son tumores de alto riesgo el cáncer de estómago y el de páncreas (Mandalá M, 2011).
Los pacientes con cáncer que han presentado un episodio de enfermedad tromboembólica y que están en tratamiento anticoagulante presentan de dos a cuatro veces más riesgo de recurrencia de la misma o de complicaciones hemorrágicas mayores que los pacientes sin cáncer (Prandoni P, 2005).
Para ver el texto completo de este documento debe de estar suscrito a Fisterra.com
Suscríbase
¿Todavía no está suscrito? Estas son sus opciones:
Suscríbase para tener acceso ilimitado a Fisterra.com