La colecistitis aguda es una inflamación aguda de la vesícula biliar causada por la obstrucción del conducto cístico que provoca su distensión. Generalmente ocasionada por cálculos, a veces barro biliar y de forma más rara: tumores primarios con efecto masa, pólipos, parásitos o cuerpos extraños. Esta inflamación puede infectarse por enterobacterias y menos frecuente por gérmenes anaerobios (Knab LM, 2014; Katabathina VS, 2015).
La mayoría de los pacientes con cálculos biliares permanecerán asintomáticos a lo largo de su vida, sólo un 36% desarrollarán una colecistitis aguda (Sanders G, 2007) y también pueden tenerla, el 3% de los que han tenido un cólico biliar (Julka K, 2010). Se considera la causa más frecuente de indicación de cirugía en la población mayor de 55 años que acude a los servicios de urgencias por dolor abdominal (Lyon C, 2006).
El principal factor de riesgo es la edad avanzada, también lo son: el sexo femenino, la obesidad y la pérdida rápida de peso, como ocurre hasta en el 30% de pacientes intervenidos de cirugía baritada (Knab LM, 2014).
En un 5-10% están descritas formas más raras de presentación sin cálculos o alitiásicas, en las que intervienen mecanismos de inflamación más complejos que provocan retención de bilis, isquemia de la vesícula o ambos. Es más frecuente en pacientes hospitalizados con enfermedad grave: politraumatizados, grandes quemados, sepsis, shock, fallo multiorgánico o tras intervenciones de cirugía mayor (cardiaca, cirugía abierta de reconstrucción de la aorta abdominal). Con menor frecuencia también está descrita en pacientes con nutrición parenteral o ayuno prolongado. Su diagnóstico y tratamiento precoz son fundamentales para evitar su elevada morbimortalidad (Gu MG, 2014; Barie PS, 2010; Huffman JL, 2010).
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