La crisis de pánico o de ansiedad es un tipo de trastorno de ansiedad que se caracteriza por presentarse de manera repentina e intensa, acompañada de sensaciones físicas desagradables, como palpitaciones, mareo o ahogo y de pensamientos negativos como miedo a perder el control o a morirse (Fig. 1). En una crisis, estos síntomas son muy “rápidos” y llegan al máximo de intensidad en unos minutos y duran por lo general menos de una hora. Algunas personas, después de sufrir una crisis pueden sentirse inseguras y preocupadas.
Figura 1. Círculo vicioso de una crisis de pánico.
Es importante que tomes conciencia de que la ansiedad es una emoción que todo el mundo experimenta en algún momento; por ejemplo, cuando alguien se siente amenazado o se enfrenta a situaciones difíciles o estresantes, como un examen o una entrevista de trabajo. Por tanto, es una reacción normal y saludable, en la que se activan distintos sistemas del cuerpo que nos preparan para actuar y nos ayudan a responder de forma rápida.
Sin embargo, la ansiedad se convierte en trastorno cuando la persona siente un miedo y una preocupación excesiva ante situaciones objetivamente poco relevantes y esto puede llegar a afectar a sus actividades diarias normales.
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