La cirrosis hepática es la fase más avanzada de la enfermedad crónica del hígado. El tejido sano va siendo sustituido por cicatrices y el hígado pierde progresivamente su capacidad de eliminar bacterias y toxinas de la sangre, producir bilis o procesar nutrientes, hormonas y medicamentos (Fig. 1).
Figura 1. Hígado sano e hígado con cirrosis.
Un hígado sano puede regenerar la mayoría de sus células, mientras que el hígado con cirrosis es incapaz de sustituir las células dañadas.
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