Rubéola, sarampión y parotiditis
Capítulo VI- Manual de Vacunaciones | ||||||||||||||||||||||||||||
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Ciertos grupos podrían tener un mayor riesgo de exposición
y transmisión de estas enfermedades por lo que se debe valorar la necesidad
de establecer actuaciones específicas para ellos. Entre estos grupos se
encuentran:
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Inmunogenicidad y eficacia. Todas las vacunas de triple vírica inducen anticuerpos protectores detectables frente al sarampión en el 96-98%, frente a la rubéola en el 90-95% y frente a la parotiditis en el 85-90% de los vacunados. La vacuna produce inmunidad frente al sarampión en más del 96% de los receptores de 15 ó más meses de edad, pero cuando la vacuna se administra a edades inferiores a 12 meses, la tasa de seroconversión es menor. La vacunación induce inmunidad celular y humoral. Tras la vacunación, los primeros anticuerpos aparecen entre los 12-15 días y el pico máximo se produce a los 21-28 días. Los títulos de anticuerpos producidos por la vacunación disminuyen con el tiempo, lo mismo que tras la infección natural, pudiendo llegar a ser indetectables. El título de anticuerpos tras la vacunación es típicamente más bajo que el producido por la infección natural. Sin embargo, la inmunización normalmente proporciona una inmunidad tan sólida como la infección natural, y probablemente para toda la vida del sujeto. La vacunación suprime la inmunidad celular tal y como sucede en la infección natural. Esta supresión tiene una duración de aproximadamente 4 semanas. La inmunidad se refuerza cuando se administra una segunda dosis, o cuando la persona experimenta un contacto con el virus salvaje. Tras la revacunación, los anticuerpos protectores, principalmente de tipo IgG, aparecen antes y su título es mayor que tras la vacunación inicial. Se detectan a los 5-6 días, con un pico máximo a los 12 días, lo que es característico de la respuesta anamnésica. Todos los estudios indican que si la primera dosis es administrada después del año de vida, más del 99% de las personas que reciben 2 dosis desenvuelven evidencia serológica de inmunidad frente al sarampión, ya que casi todas las personas que no responden a la primera dosis de vacuna lo hacen a la revacunación. Reactogenicidad/Tolerancia. Las reacciones adversas asociadas con la administración de la vacuna triple vírica (excepto las reacciones alérgicas), se deben a la replicación del virus vacunal con la subsecuente enfermedad leve. Estas reacciones suelen ocurrir entre 5-12 días tras la vacunación y se presentan en personas que son susceptibles a la infección. Son muy raras después de la revacunación. No hay evidencia de incremento del riesgo de reacciones adversas tras la vacunación en personas que ya son inmunes a estas enfermedades. Entre las reacciones adversas que pueden presentarse tras la vacunación se encuentran: Fiebre: es el síntoma más frecuente. Aunque los 3 componentes de la vacuna pueden causar fiebre, es el componente sarampión el que se asocia más frecuentemente. Aproximadamente un 5-15% de los vacunados pueden desarrollar una temperatura superior a 39º C a los 7-12 días después de la inmunización, que suele durar 1-2 días. La incidencia de convulsión febril atribuible a la vacunación es de aproximadamente 7/100.000 niños vacunados. Exantema transitorio: normalmente aparece entre los 7-10 días después de la vacunación y puede presentarse hasta en un 4-5% de los vacunados, con una duración aproximada de 2 días. Trombocitopenia: es una complicación rara que puede presentarse hasta 2 meses después de la vacunación. Su frecuencia es de 1 caso/30.000 a 40.000 vacunados y su pico máximo de aparición puede estar entre las 2-3 semanas tras la vacunación. El curso clínico suele ser transitorio y benigno y se recupera completamente en los 6 meses desde su inicio. El riesgo de desarrollar trombocitopenia durante la infección por sarampión es mucho mayor que el riesgo después de la vacunación. Este riesgo puede ser mayor en aquellas personas que padecen púrpura trombocitopénica idiopática, especialmente en aquellos que presentaron una púrpura trombocitopénica después de la primera dosis de vacuna. Artralgias y síntomas articulares: están asociados al componente rubéola, y es más frecuente en adultos jóvenes que en niños y especialmente en mujeres. Las artralgias pueden presentarse en un 25% de las mujeres adultas susceptibles, comienzan generalmente 1-3 semanas después de la vacunación y persisten entre 1 día y 3 semanas. Reacciones alérgicas: erupciones y urticaria en el lugar de la inyección, son poco importantes y tienen una frecuencia muy baja (aproximadamente 0,6/100.000). Las reacciones anafilácticas inmediatas son extremadamente raras y se estiman en menos de un caso por millón de dosis administradas. Alteraciones neurológicas: son raras y no necesariamente denotan una relación causal entre la enfermedad y la vacunación. Aunque se han descrito varios casos de asociación de sordera neurosensorial y vacunación, no existen evidencias para poder aceptar la relación causal. Panencefalitis esclerosante subaguda (PEES):la vacunación contra el sarampión reduce considerablemente el desarrollo de la PEES, como se evidencia por la práctica eliminación de ésta después de la introducción de la vacunación rutinaria. Raramente se han descrito casos de PEES entre personas sin historia de infección natural por el virus del sarampión pero que sí recibieron la vacuna. La evidencia indica que, al menos en algunos casos, existía una infección no reconocida de sarampión antes de que fueran vacunados y que la PEES estaba directamente relacionada con la infección natural. Encefalitis: la encefalitis con deterioro residual permanente del SNC se desarrolla en aproximadamente 1/1000 personas infectadas por el virus salvaje del sarampión. La vacuna fue también implicada en el desarrollo de este síndrome, pero los estudios han demostrado que la evidencia no es adecuada para aceptar la relación causal. Encefalopatía: a pesar de que se notificaron casos de encefalopatía después de la administración de la vacuna del sarampión, la ausencia de un síndrome clínico único o de un test específico de laboratorio, impidió la valoración de la causalidad. Sin embargo, varios estudios de vigilancia han notificado casos de encefalopatía en asociación temporal con la vacunación. La encefalopatía puede presentarse a los 6-15 días después de la vacunación y su frecuencia se estima en 1 caso/ 2 millones de dosis administradas. La encefalopatía ocurre menos frecuentemente después de la administración de la vacuna que después de la infección por sarampión. Síndrome de Guillain-Barré (SGB): a pesar de que durante años el SGB se asoció con la vacunación contra el sarampión, estudios más recientes han demostrado que esta asociación no existe. | ||||||||||||||||||||||||||||
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Se puede administrar simultáneamente con el resto de las vacunas del calendario infantil: IPV, DTP, Td, hepatitis B, Hib y Meningococo C. También se puede utilizar simultáneamente con la vacuna antigripal y antineumocócica. Asimismo puede administrarse de forma simultánea con la vacuna frente a la varicela. Si no se administra de forma simultánea deberá transcurrir un intervalo mínimo de 4 semanas entre ambas. |
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