Es un síndrome clínico asociado a la infección por el virus de Epstein-Barr (VEB). Se caracteriza por la presencia de fiebre, faringitis y adenopatías linfáticas.
La sintomatología de la mononucleosis es poco frecuente cuando la primoinfección se produce en la infancia. Si se produce en la adolescencia, es más frecuente que aparezca la tríada clásica (fiebre, faringitis, adenopatías). Cuanto mayor sea la edad en la que se produce la primoinfección, mayor probabilidad de desarrollar un cuadro sintomático (Aronson MD, 2014; Auwaerter PG, 1999; DynaMed, 2015; Womack J, 2015).
La gran mayoría de los adultos están inmunizados frente al virus de Epstein-Barr. A partir de los 40 años el 90% de la población tiene serología positiva. Normalmente (hasta un 50-75% de los casos) la infección se produce en la edad infantil. Existe otro pico de incidencia durante la adolescencia (Aronson MD, 2014; Auwaerter PG, 1999; DynaMed, 2015; Ebell MH, 2004; Pariente M, 2007; Womack J, 2015).
Se transmite a través de la saliva y de las secreciones orofaríngeas, y suele tener un periodo de incubación de unos 30 a 50 días (Aronson MD, 2014; DynaMed, 2015).
La enfermedad tiene un carácter autolimitado, y normalmente se resuelve espontáneamente en unas 2-4 semanas. En la gran mayoría de los casos con tratamiento sintomático será suficiente (Aronson MD, 2014; DynaMed, 2015; Rea TD, 2001; Womack J, 2015).
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