La distribución de la presión arterial (PA) en la población y su relación con el riesgo cardiovascular (CV) parecen ser continuos, pero la práctica asistencial y la toma individualizada de decisiones requieren una definición operativa. Por ello, la definición de hipertensión arterial (HTA) es convencional, es decir, establecida por acuerdo entre expertos (De la Sierra A, 2008; ESH-ESC, 2013).
Diagnosticamos la HTA cuando las cifras promedio de la presión arterial sistólica (PAS) y/o las de la presión arterial diastólica (PAD), medidas en la consulta, son de forma mantenida iguales o mayores a 140/90 mmHg, respectivamente, en adultos mayores de 18 años (NICE, 2011; CHEP, 2013; ESH-ESC, 2013; JNC-8, 2014) o iguales o mayores a las correspondientes al percentil 95 de los niños de su edad en los menores de 18 años (ESH, 2010).
El diagnóstico de HTA se basa en una media de dos o más determinaciones de la PA obtenidas de manera adecuada [ver técnica [element_ref id=567]Toma de la presión arterial e instrumentos de medida[/element_ref]] en cada una de al menos dos visitas efectuadas en la consulta, separadas varias semanas (ESH-ESC, 2007; De la Sierra, 2008; CHEP, 2013). Si en las visitas iniciales la PAD ≥130 mmHg (CHEP, 2013) o la PA ≥180/120 mmHg, dentro del cuadro de una emergencia hipertensiva (ESH-ESC, 2013), se diagnostica HTA y se procede a su tratamiento inmediato.
Para ayudar a establecer el diagnóstico podrían emplearse técnicas complementarias a la toma de la presión en la consulta (PAC), como son la automedida de la presión arterial (AMPA) [ver guía Automedida de la presión arterial (AMPA)], efectuada en el domicilio por el paciente o sus allegados, o la monitorización ambulatoria de la presión arterial (MAPA), en la que un dispositivoautomático toma la PA al paciente de forma programada durante sus actividades habituales (tabla 1, figura 1) [ver guía Monitorización ambulatoria de la presión arterial (MAPA)]. La técnica más precisa es la MAPA, pero tanto ésta como la AMPA son más representativas de los valores de PA, más reproducibles y presentan una mejor correlación con la afectación de los órganos diana y la mortalidad cardiovascular que la PA medida en la consulta (NICE, 2011; ESH-ESC, 2013).
Para confirmar el diagnóstico de HTA se recomienda ofrecer la realización de MAPA (o AMPA cuando la MAPA se rechace o no se tolere) a todos los pacientes con PA en la consulta ≥140/90 mmHg (NICE, 2011; CHEP, 2013).
Tabla 1. Definiciones de HTA según los valores de la PA en la consulta y fuera de la consulta.
(CHEP, 2013; ESH-ESC, 2013)
Categoría
PAS (mmHg)
PAD (mmHg)
PA en la consulta (PAC)
≥140
y/o
≥90
MAPA
Diurna (o cuando el paciente está despierto)
Nocturna (durante el descanso)
PA de 24 horas
≥135
≥120
≥130
y/o
y/o
y/o
≥85
≥70
≥80
AMPA
≥135
y/o
≥85
Figura 1. Contribución de la AMPA y la MAPA al diagnóstico de HTA(CHEP, 2013; ESH-ESC, 2013) modificadas
LOD: lesión de órgano diana.
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