Fisterra

    Candidiasis vaginal

    ¿De qué hablamos?


    La candidiasis vulvovaginal es un trastorno caracterizado por signos y síntomas de inflamación en presencia de diferentes especies de cándida. Su prevalencia es difícil de determinar debido a que el diagnóstico y tratamiento a menudo se basan en los síntomas y no mediante confirmación por examen microscópico o cultivo (Berg AO, 1984; Blostein F, 2017). Se estima que aproximadamente el 25% de las vulvovaginitis son candidiasis producidas por distintas especies del género cándida, ya sea albicans (80-92%), glabrata o, en menor medida, tropicalis (Odds FC, 1988; Sobel JD, 2007). Clínicamente son indistinguibles y las dos últimas son más resistentes al tratamiento, habiéndose observado un aumento de la frecuencia de ambas, que se pone en relación con el mayor uso de antifúngicos.

    El hongo cándida puede formar parte de la flora vaginal normal, de ahí que se estime que entre el 10 y el 20% de las mujeres presentan una colonización asintomática. Entre los factores de riesgo para su desarrollo destacan el uso reciente de antibióticos de amplio espectro, la diabetes mal controlada y el embarazo (Wilton L, 2003; Donders GG, 2002; De Leon EM, 2002). La inmunosupresión, ya sea por toma de glucocorticoides u otros fármacos inmunosupresores, o por infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), puede actuar como factor predisponente (Duerr A, 2003). Otros factores menos reconocidos o más discutibles son la toma de anticonceptivos orales (especialmente cuando la dosis de estrógeno es alta), la terapia con estrógenos, la contaminación sexual y ciertos hábitos sexuales (Eckert LO, 2006; Geiger AM, 1995).

    El 75% de las mujeres tendrá al menos un episodio de candidiasis a lo largo de su vida y un 40-45% presentará dos o más. En las mujeres con una infección inicial, la probabilidad de recurrencia es del 10% a los 25 años de edad y del 25% a los 50 años (Foxman B, 2013; Blostein F, 2017). La candidiasis vulvovaginal recurrente se define como cuatro o más episodios de infección sintomática en un mismo año (Sobel JD, 1985).

    ¿Cómo se presentan?

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    Conflicto de intereses
    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

    Candidiasis vaginal

    Fecha de revisión: 10/06/2019
    • Guía
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    ¿De qué hablamos?


    La candidiasis vulvovaginal es un trastorno caracterizado por signos y síntomas de inflamación en presencia de diferentes especies de cándida. Su prevalencia es difícil de determinar debido a que el diagnóstico y tratamiento a menudo se basan en los síntomas y no mediante confirmación por examen microscópico o cultivo (Berg AO, 1984; Blostein F, 2017). Se estima que aproximadamente el 25% de las vulvovaginitis son candidiasis producidas por distintas especies del género cándida, ya sea albicans (80-92%), glabrata o, en menor medida, tropicalis (Odds FC, 1988; Sobel JD, 2007). Clínicamente son indistinguibles y las dos últimas son más resistentes al tratamiento, habiéndose observado un aumento de la frecuencia de ambas, que se pone en relación con el mayor uso de antifúngicos.

    El hongo cándida puede formar parte de la flora vaginal normal, de ahí que se estime que entre el 10 y el 20% de las mujeres presentan una colonización asintomática. Entre los factores de riesgo para su desarrollo destacan el uso reciente de antibióticos de amplio espectro, la diabetes mal controlada y el embarazo (Wilton L, 2003; Donders GG, 2002; De Leon EM, 2002). La inmunosupresión, ya sea por toma de glucocorticoides u otros fármacos inmunosupresores, o por infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), puede actuar como factor predisponente (Duerr A, 2003). Otros factores menos reconocidos o más discutibles son la toma de anticonceptivos orales (especialmente cuando la dosis de estrógeno es alta), la terapia con estrógenos, la contaminación sexual y ciertos hábitos sexuales (Eckert LO, 2006; Geiger AM, 1995).

    El 75% de las mujeres tendrá al menos un episodio de candidiasis a lo largo de su vida y un 40-45% presentará dos o más. En las mujeres con una infección inicial, la probabilidad de recurrencia es del 10% a los 25 años de edad y del 25% a los 50 años (Foxman B, 2013; Blostein F, 2017). La candidiasis vulvovaginal recurrente se define como cuatro o más episodios de infección sintomática en un mismo año (Sobel JD, 1985).

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    La candidiasis vulvovaginal es un trastorno caracterizado por signos y síntomas de inflamación en presencia de diferentes especies de cándida. Su prevalencia es difícil de determinar debido a que el diagnóstico y tratamiento a menudo se basan en los síntomas y no mediante confirmación por examen microscópico o cultivo (Berg AO, 1984; Blostein F, 2017). Se estima que aproximadamente el 25% de las vulvovaginitis son candidiasis producidas por distintas especies del género cándida, ya sea albicans (80-92%), glabrata o, en menor medida, tropicalis (Odds FC, 1988; Sobel JD, 2007). Clínicamente son indistinguibles y las dos últimas son más resistentes al tratamiento, habiéndose observado un aumento de la frecuencia de ambas, que se pone en relación con el mayor uso de antifúngicos.

    El hongo cándida puede formar parte de la flora vaginal normal, de ahí que se estime que entre el 10 y el 20% de las mujeres presentan una colonización asintomática. Entre los factores de riesgo para su desarrollo destacan el uso reciente de antibióticos de amplio espectro, la diabetes mal controlada y el embarazo (Wilton L, 2003; Donders GG, 2002; De Leon EM, 2002). La inmunosupresión, ya sea por toma de glucocorticoides u otros fármacos inmunosupresores, o por infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), puede actuar como factor predisponente (Duerr A, 2003). Otros factores menos reconocidos o más discutibles son la toma de anticonceptivos orales (especialmente cuando la dosis de estrógeno es alta), la terapia con estrógenos, la contaminación sexual y ciertos hábitos sexuales (Eckert LO, 2006; Geiger AM, 1995).

    El 75% de las mujeres tendrá al menos un episodio de candidiasis a lo largo de su vida y un 40-45% presentará dos o más. En las mujeres con una infección inicial, la probabilidad de recurrencia es del 10% a los 25 años de edad y del 25% a los 50 años (Foxman B, 2013; Blostein F, 2017). La candidiasis vulvovaginal recurrente se define como cuatro o más episodios de infección sintomática en un mismo año (Sobel JD, 1985).

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