Actualizada el
24/03/2010.
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Acerca de
esta página |
Elaborada por
médicos con revisión posterior por colegas.
La información contenida en este folleto está basada en las Guías Clínicas de Fisterra y otras
fuentes fiables.
Conflicto de intereses: Ninguno
declarado.
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Metodología de elaboración |
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Información para pacientes sobre el
Ataque cerebral, Ictus cerebral o ACV agudo |
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¿Qué es el Ictus cerebral o ataque cerebral? |
Los accidentes cerebrovasculares o ictus (trombosis o derrame
cerebral, antiguamente llamado apoplejía) están causados por
un trastorno de la circulación cerebral que ocasiona una
alteración transitoria o definitiva del funcionamiento de una
o varias partes del encéfalo. Es un
problema frecuente en las sociedades avanzadas, en las que el
accidente cerebrovascular agudo es la tercera causa de muerte,
y la primera causa de invalidez en los adultos, especialmente
en personas de más de 65 años.
Las células nerviosas del cerebro
necesitan un suministro constante de oxígeno y azúcar
(glucosa), transportados por la sangre. La falta de oxígeno
debida a una falta de riego en una zona del cerebro provoca
la isquemia de dicha zona. Si la falta de riego se mantiene en
el tiempo, las células nerviosas se mueren y se produce el
infarto cerebral.
La falta de riego en el cerebro se puede producir por
varias razones: que un coágulo de sangre obstruya las arterias
del cuello que llevan la sangre al cerebro o alguna arteria
del cerebro, o porque se rompa una arteria.
El encéfalo es el órgano de nuestro
cuerpo que controla los movimientos, las sensaciones, el
pensamiento. Por ello, al sufrir una isquemia o un infarto,
aparecen variados síntomas como alteraciones en la
sensibilidad (olfato, gusto, tacto, oído), en los movimientos
(andar, hablar, coger cosas…), o síntomas psiquiátricos. Si la
lesión se produce en el lado derecho del cerebro, los síntomas
aparecerán en el lado izquierdo del cuerpo. Si se afecta el
lado izquierdo del cerebro, los síntomas aparecerán en el lado
derecho del cuerpo.
Los efectos de un accidente
cerebrovascular pueden ser leves o graves, pasajeros o
permanentes. Algunos pacientes se restablecen completamente en
cuestión de días, mientras que a otros les quedan secuelas que
exigen rehabilitación y, a veces, nunca se superan.
Los factores que determinan la gravedad de un accidente
cerebrovascular y de sus secuelas son: |
- la zona del encéfalo afectada,
- la extensión de la zona isquémica o infartada,
- la rapidez con la que logra restablecer el riego
sanguíneo en las zonas lesionadas,
- la capacidad de las zonas intactas del cerebro de suplir
o compensar las funciones de las zonas lesionadas.
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El ictus es una urgencia médica que
requiere una intervención inmediata para realizar el
diagnóstico y tratamiento. La isquemia (falta de riego) tarda
varias horas en desarrollarse y este tiempo supone una
oportunidad para evitar o minimizar el daño cerebral. Cada
minuto es importante. Cuanto más tiempo dure la interrupción
del flujo sanguíneo hacia el cerebro, mayor será el daño.
Los estudios han demostrado que si en las
6-12 primeras horas se instaura el tratamiento adecuado, se
reduce el área del encéfalo afectada y se reducen las secuelas
y la mortalidad por ictus. |
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¿Por qué se producen los ICTUS? |
El ictus o ataque cerebral se produce por
un fallo en el riego sanguíneo que va al cerebro. La falta de
riego sanguíneo provoca la falta de oxígeno y de nutrientes en
las neuronas, y su muerte.
Suelen presentarse asociados a
antecedentes personales como la hipertensión arterial (tensión
arterial alta), la diabetes mellitus, el tabaquismo, niveles
altos de colesterol en la sangre, la existencia de
enfermedades cardíacas, como la fibrilación auricular, la
miocardiopatía dilatada, las afecciones de la válvula mitral
del ventrículo izquierdo del corazón, y la existencia de
episodios neurológicos previos.
Según el tipo de lesión y el lugar del encéfalo donde se
producen se diferencian: |
- Isquemia cerebral:
- Ataque isquémico transitorio (AIT).
- Infarto cerebral.
- Isquemia cerebral global.
- Ictus hemorrágico, que según la zona del encéfalo
afectada puede ser:
- Hemorragia cerebral.
- Hematoma lobar.
- Hematoma cerebeloso.
- Hematoma de tronco cerebral.
- Hemorragia intraventricular.
- Hemorragia subaracnoidea.
- Demencia vascular.
- Encefalopatía hipertensiva.
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¿Cuáles son los síntomas? |
La presentación brusca, de repente, de sintomatología
neurológica debe hacer sospechar un ictus: |
- Adormecimiento, debilidad o pérdida de la sensibilidad o
de la movilidad en la cara, el brazo y/o la pierna,
especialmente si se producen en un solo lado del cuerpo.
- Confusión, dificultad para hablar o para entender lo que
le dicen; cambio brusco de temperamento sin causa.
- Pérdida brusca de la visión de uno o de los dos ojos.
- Dificultad para andar, mareo, pérdida del equilibrio o
de la coordinación. Dificultad para tragar.
- Dolor intenso de cabeza, de inicio brusco y sin causa
aparente.
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Es muy importante fijarse bien en cómo y cuándo se ha
producido el ataque porque puede ser importante para orientar
al médico en el diagnóstico del tipo de ictus y de la causa
que lo provoca (trombosis, derrame o hemorragia cerebral). |
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¿Cómo se diagnostica? |
La sospecha clínica de ictus se realiza en base a los síntomas
y a la exploración física realizada por el médico. Una vez que
se ha realizado una valoración inicial, es preciso remitir al
hospital con la mayor prontitud posible a todos los pacientes,
salvo aquellos que sufren demencia u otros procesos graves en
estadios muy avanzados, con deterioro funcional importante,
donde deben valorarse individualizadamente las posibilidades
de mejora que puede aportar el tratamiento en el hospital.
En el centro hospitalario, la historia clínica, la exploración
física general y una detallada exploración neurológica, se
completarán con la realización de pruebas complementarias que
aporten información acerca del tipo y causa del ictus, a la
vez que permitan excluir otras enfermedades cerebrales.
En general, en todos los casos se hacen análisis de sangre,
electrocardiograma y radiografías, que suelen completarse con
la realización de TAC (Tomografía axial computerizada). |
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¿Cómo evolucionan los ictus? |
Como consecuencia de las lesiones cerebrales producidas por la
trombosis o la hemorragia cerebral son frecuentes las
complicaciones y las secuelas:
Edema con hipertensión intracraneal, que suele
ponerse de manifiesto entre el tercer y el quinto día, y debe
tratarse médicamente.
Crisis epiléptica. Si aparecen precozmente, la
probabilidad de que se repitan pasado el periodo agudo es
baja. Es mayor en los que aparecen tardíamente.
Complicaciones psiquiátricas. Es frecuente que
surjan durante la convalecencia, durante el proceso
rehabilitador y también al finalizar éste.
La depresión es particularmente común, especialmente si la
mejoría en la rehabilitación es muy lenta. También puede
aparecer ansiedad, con o sin ataques de pánico, y labilidad
emocional con diferentes alteraciones afectivas (pasar del
llanto a la risa sin motivo, llorar o reírse sin causa
aparente…).
Dolor central tras ictus o dolor talámico: se
denomina así a un dolor de cabeza intenso de aparición brusca,
y con la sensación de quemar. A veces se acompaña de
alteraciones en la percepción del frío y del calor.
Neumonía. Es una causa importante de muerte en los
pacientes con ictus (responsable de un 15-25% de ellas). La
mayoría están causadas por aspiración, en pacientes con bajo
nivel de conciencia o alteración en la deglución. La
inmovilización y la dificultad para respirar también
predisponen a la aparición de neumonía por retención de
secreciones. Los cambios posturales y la terapia física
pulmonar o fisioterapia respiratoria pueden ayudar a
prevenirla.
Infección urinaria. La retención urinaria es
frecuente en la fase inicial, y consecuentemente la colocación
de catéteres, lo que aumenta el riesgo de infecciones
urinarias. Se debe intentar retirar la sonda lo antes posible
con el objetivo de disminuir el riesgo de infección.
Trombosis venosa y úlceras de decúbito por la
inmovilización en cama. |
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¿Cómo se trata? |
En un primer momento, y tras avisar a los servicios
médicos de urgencia, es importante mantener la vía aérea
despejada, colocando al paciente en posición semi-incorporada.
El médico de urgencias valorará la necesidad de poner oxígeno
y tratamiento mediante gotero y dispondrá su traslado
inmediato al hospital. En el hospital establecerán las
medidas de mantenimiento de las funciones vitales (goteros,
respirador, sondas…) e instaurarán el tratamiento médico.
Tratamiento específico de la isquemia cerebral:
consiste en medicación que reduce la formación de trombos,
favorece la circulación en los vasos sanguíneos afectados y
elimina los trombos (coágulos) sanguíneos.
El ácido acetilsalicílico (aspirina) es el fármaco de
elección: Tiene un efecto inmediato impidiendo la acumulación
de plaquetas, y ha demostrado beneficio administrado en las
primeras 48 horas tras el ictus isquémico, reduciendo la
mortalidad y la aparición de nuevos ictus. En pacientes
alérgicos al ácido acetilsalicílico, o en aquellos que ya lo
estaban tomando, se dará medicación sustitutiva.
En algunos casos es necesario dar anticoagulantes y
fármacos trombolíticos. |
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Otras recomendaciones según las secuelas: |
- Pacientes con disfagia: |
Si existe disfagia leve (dificultad leve para tragar), se
indicará una dieta blanda y serán aconsejable una serie de
medidas que pueden reducir el riesgo de aspiración de
alimentos: mantener la posición de sentado a 45º durante la
alimentación, flexionar o rotar el cuello para facilitar la
deglución, restringir el tamaño del bocado a una cucharada de
café, evitar la administración de líquidos o utilizar
espesantes alimentarios.
En aquellos casos en los que exista disfagia
moderada/grave, se colocará inicialmente una sonda
nasogástrica para la alimentación. Transcurridos unos días
puede que recupere la función deglutoria en cuyo caso se puede
retirar la sonda. En aquellos en los que persistan
alteraciones importantes del reflejo deglutorio, y teniendo en
cuenta la esperanza de vida del paciente, se puede proceder a
la colocación de una sonda de gastrostomía. |
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- Pacientes encamados: |
Los cambios posturales y la terapia física pulmonar o
fisioterapia respiratoria pueden ayudar a prevenir la neumonía
por aspiración o retención de secreciones. Para prevenir las
infecciones de orina, en los casos en los que precisen sondas
permanentes puede ser necesario dar tratamiento con
antibióticos previo al recambio de la sonda.
Debe evitarse la aparición de úlceras de decúbito: Para su
prevención es útil la movilización y los cambios posturales
frecuentes. En los pacientes con incontinencia, se debe
mantener la piel seca. En aquellos con alto riesgo, se puede
utilizar un colchón de aire. Es muy importante el mantener un
correcto estado nutricional ya que contribuirá a reducir su
aparición. |
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¿Cómo se pueden prevenir los ictus o ataques cerebrales? |
Los factores de riesgo que aumentan la probabilidad de tener
un ictus son: |
- Obesidad.
- Tensión arterial alta.
- Enfermedades cardíacas.
- Diabetes.
- Colesterol alto.
- Fumar.
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Dejar de fumar, controlar la tensión arterial mediante
la dieta, el ejercicio físico y si es necesario el
tratamiento, y reducir los niveles de colesterol
manteniendo el peso adecuado, son las mejores medidas para
reducir el riesgo de padecer un ictus. |
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Para obtener más información: |
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Autores:
Equipo editorial de Fisterra.
Médicos especialistas en
Medicina de Familia y en Medicina Preventiva y Salud Pública. |
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